No me hubiese gustado ser un niño con tantas reglas
10 Reglas poco conocidas que todos los niños de la realeza deben seguir
Pensar en la infancia como una etapa en la que hay que preocuparse por seguir protocolos y tradiciones al pie de la letra puede sonar extraño para la mayoría de las familias. Pero esto no es así para la familia real británica. Ser parte de ella conlleva sus responsabilidades y algunas incluso deben cumplirse desde antes de nacer.
En Genial.guru, nos sorprendimos al descubrir esas normas que los pequeños herederos de la monarquía deben aprender y por eso queremos compartirlas contigo.
1. Nada de decirle “abuela” a la reina
A la reina de Inglaterra le gusta que sus nietos y bisnietos la llamen por nombres cariñosos como “abuelita”; es algo que se les enseña desde muy temprano a los descendientes de la familia real. A algunos (como el príncipe William cuando estaba muy pequeño) les ha costado pronunciar la palabra “abuelita”, que en inglés es “granny”. Sin embargo, con el paso del tiempo, incluso los hijos de sus nietos han adoptado un apodo de cariño para ella.
2. Deben hacer presencia en actos oficiales
Los deberes oficiales de un miembro de la realeza empiezan a muy temprana edad. Desde ceremonias familiares, como los bautizos y las bodas, hasta eventos de beneficencia; los pequeños royals deben participar activamente de distintos compromisos y comportarse a la altura.
3. Deben tener pasaporte desde muy pequeños
Aunque para la mayoría de los niños es poco común tener pasaporte cuando aún son bebés, para los niños de la realeza, no es así. Dado que deben estar preparados para abordar vuelos internacionales en cualquier momento, estos pequeñitos pueden obtener su pasaporte incluso a los pocos meses de nacidos. Así paso con el príncipe George, cuando realizó su primer gira real con tan solo 9 meses de edad.
4. Terminar la decoración del árbol de Navidad
Una actividad que tradicionalmente han llevado a cabo los pequeños nietos y bisnietos de la reina Isabel II es la de poner los últimos adornos en el árbol de Navidad de la casa Sandringham, donde la monarca británica acostumbra a pasar esas festividades.
5. Si son muy pequeños, no asisten al servicio de Navidad
El servicio del día de Navidad es una práctica que desde tiempos de la reina Victoria ha estado presente en la familia real. Cada 25 de diciembre, la reina Isabel, acompañada de varios miembros de la familia, asiste a esta conmemoración en horas de la mañana. Los niños, aunque también deben participar, no lo harán sino hasta cuando ya tengan cierta edad. El príncipe Louis, hijo menor del príncipe William, empezó a hacerlo después de cumplir los 3 años.
6. Ir con sus padres a los viajes oficiales
En 1983, la princesa Diana rompió con el viejo protocolo de la monarquía en el que los más pequeños quedaban a cargo de terceros mientras sus padres cumplían compromisos diplomáticos en otro país. En esa ocasión, llevó al príncipe William, de tan solo 9 meses de edad, a un viaje oficial de 45 días.
Desde entonces, sus hijos William y Harry han seguido el legado con sus propios hijos, volando con ellos a giras oficiales, a veces incluso antes de que cumplan su primer año.
7. No comen alimentos procesados para bebés
La dieta de los bebés reales, una vez que empiezan a probar alimentos sólidos, está a cargo de chefs contratados especialmente para ese propósito. Muchas de las papillas que se les preparan con especial cuidado incluso provienen de las frutas cultivadas en los jardines de la reina Isabel II.
8. Tienen una nana y deben obedecerla
Los niños de la familia real siempre han contado con cuidadoras especializadas que deben acompañarlos a donde vayan y velar por su bienestar todo el tiempo. Las nanas de los herederos al trono británico acaban convirtiéndose en los seres más cercanos a los niños después de sus padres, por todo el tiempo y actividades que comparten juntos.
Olga Powell prestó sus servicios como nana para los príncipes William y Harry durante 15 años y ahora el turno es para María Turrión Borrallo, la royal nanny de los hijos de los duques de Cambridge.
9. Seguir el protocolo de seguridad
Como cualquier otro miembro de la realeza, los niños también están sujetos a los estrictos protocolos de seguridad que rigen en la casa de Windsor. Aunque hoy en día el príncipe William y la duquesa de Cambridge procuran darles a sus hijos una infancia lo más normal posible, la seguridad siempre es una prioridad para todos ellos.
10. Aprender el saludo real
El distintivo royal wave, con el que se los ve saludar a los miembros de la realeza ondeando suavemente su mano, no es un movimiento improvisado. Por el contrario, es una técnica que necesita ser aprendida desde muy corta edad con el fin de que vaya acorde con la etiqueta real.
¿Cómo imaginas tu niñez si hubieras tenido que aprender y seguir todas estas reglas? Cuéntanos en los comentarios.
Comentarios
La mayoría no las conocía