10 Formas de responder preguntas complicadas que hacen los reclutadores en una entrevista de trabajo

Psicología
hace 4 años

Quienes buscan trabajo detestan la frase “Lo llamaremos”, porque desde hace mucho tiempo la gente la percibe como una versión más suave de “No te contrataremos”. Y después de cada entrevista fallida podemos llegar a preguntarnos por qué no le agradamos al reclutador. ¿Acaso carecemos de experiencia o no apreció nuestras habilidades? ¿O tal vez no era necesario hablar tan honestamente de todos nuestros defectos?

Basándose en los sitios de búsqueda de empleo, artículos de reclutadores y opiniones de los usuarios de Internet, Genial.guru decidió responder las preguntas más incómodas que puedes escuchar durante una entrevista de trabajo.

“¿Tienes pensado tener hijos?”

Esta es una pregunta común para las mujeres, especialmente para las jóvenes. Así es como el reclutador estima la perspectiva de baja por maternidad de la candidata. En este caso, no hay que responder categóricamente con un “por supuesto que sí” o “claro que no”. ¿Quién sabe qué creencias tiene el futuro jefe? Pero puedes decir evasivamente: “Mi desarrollo profesional es y será una prioridad para mí durante los próximos X años”.

“¿Con quién vives?”

El especialista en recursos humanos puede preguntar con quién vive el candidato, si alquila una casa o tiene una propia, e incluso si posee una hipoteca. Este interés tiene que ver con su independencia y bienestar financiero, que está directamente relacionado con el salario. Así es como el reclutador averigua qué tan dependiente es el futuro empleado de los pagos o bonificaciones regulares. Puedes responder algo como: “Tengo algunas necesidades económicas que no me permiten bajar el nivel de expectativas salariales por debajo de tal monto”.

“¿Cuáles son tus defectos?”

Cuando se te pregunte acerca de tus defectos, no respondas con una broma, mejor admite tus debilidades honestamente. Lo ideal es contar cómo las convertiste en ventajas. Por ejemplo, hace un año no sabías mucho sobre inglés, pero te inscribiste en un curso y ahora lo hablas con fluidez. No hay personas perfectas, pero el reclutador apreciará tu enfoque maduro de reconocer tus defectos y trabajar duro en ellos.

Preguntas personales: religión, preferencias y demás

Hay razones por las que un reclutador puede hacerle a un candidato una pregunta sobre su religión o posición política. Esto se hace para saber mejor si el nuevo empleado se sentirá cómodo en el equipo, y qué intereses o limitaciones tiene. Tal cuestión está más relacionada con lo psicológico que con el puesto de trabajo, y el candidato tiene derecho a mantener en secreto su vida personal. Puedes responderle al reclutador sin agresión, preguntándole con calma: “¿Para qué necesita saberlo?”. Y según la respuesta, decide si quieres compartir tus preferencias personales con él o no.

“¿Por qué todavía no estás casado/casada?”

Haciendo esta pregunta, el reclutador puede poner a prueba tu resistencia al estrés o crear tu perfil psicológico. Además, muchos psicólogos tienden a pensar que las personas casadas son más sensatas. Esta opinión es discutible, pero muchos reclutadores confían en ella al elegir a un candidato para un puesto. ¿Cuál es la respuesta correcta? Más o menos la misma que si te preguntan sobre los hijos: “Actualmente, mis prioridades son el trabajo y mi carrera”.

“¿Cómo te describirían tus colegas?”

Al responder a esta pregunta, es posible que desees elogiarte abiertamente o con sarcasmo. Intenta no hacer ninguna de las dos cosas. El objetivo de un reclutador es averiguar si el candidato puede evaluarse a sí mismo con sensatez desde afuera. La respuesta a la pregunta puede ser algo como esto: “Creo que ellos me valoran más por...”, y luego nombra tu lado fuerte. ¿Estás siempre listo para ayudar cuando tus colegas lo necesitan? Genial, habla sobre eso. Tal respuesta no parecerá jactanciosa, pero al mismo tiempo, será otra oportunidad para mostrarte desde un lado positivo.

“Si fueras una fruta, ¿cuál serías?”

El objetivo de estas preguntas abstractas es ver la reacción del candidato a ellas en tiempo real. ¿Dudará, se reirá o dirá que no entendió? Todo esto puede mostrarle al reclutador cómo se comportará un empleado potencial en situaciones inesperadas en el trabajo. No existe una respuesta correcta a tales preguntas. No importa si eliges una naranja o una manzana (sin embargo, si nombras alguna fruta exótica, el reclutador apreciará tu forma de pensar fuera de la caja). Lo más importante es no ponerse nervioso, sino responder con calma, con una sonrisa y justificar la respuesta.

“Descríbete en una palabra”

Puedes escoger tanto adjetivos como sustantivos para describirte a ti mismo. Pero no elijas al azar, sino en función de tu futuro puesto. ¿Estás postulando para ser el jefe de un departamento? Responde “líder”. Si tu profesión no implica mucha responsabilidad, di “observador”. También hay respuestas universales como “realista” o “extrovertido”.

“Si dejáramos de pagarte, ¿continuarías trabajando con nosotros?”

La mayoría de las veces, los candidatos dicen que sí, porque piensan que esto es lo que espera el empleador: dedicación y fidelidad a la empresa. En realidad, todo es diferente: lo más probable es que el reclutador quiera encontrar un empleado que conozca el valor de sí mismo y de sus habilidades profesionales. Por lo tanto, la respuesta correcta es no.

“¿Tienes alguna pregunta?”

Este punto suele ser el último de la entrevista. Será genial si te preparas un poco de antemano y decides qué quieres saber. No debes preguntar sobre algo que pueda encontrarse fácilmente en la descripción del trabajo o en el sitio web de la empresa, pero la ausencia de preguntas puede alertar al reclutador. Averigua, por ejemplo, por qué renunció el empleado que ocupó tu cargo anteriormente; de esta manera, matarás dos pájaros de un tiro: demostrarás que tienes habilidades analíticas y, habiendo comenzado a trabajar, podrás evitar los errores de tu predecesor.

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