10+ Historias comunes con finales tan locos que nos dejaron en shock

Historias
hace 2 horas

Muchos de nosotros hemos tenido historias que empezaron siendo bastante corrientes, pero en algún momento todo se puso patas arriba hasta el punto de que costaba creer que estuviera ocurriendo de verdad. En este artículo recopilamos historias interesantes e inesperadas.

  • Un joven se me acercó por la calle. Me pidió el móvil para hacer una llamada. Parecía simpático, así que se lo di. Estuvo un rato con él, diciendo que no recordaba el número. Luego se alejó e inmediatamente volvió. Y por la tarde, me sorprendió recibir una llamada de un “Mi amor”.
    No tengo novio y tampoco a nadie en mi teléfono con este apodo. Resulta ser el número del chico que me pidió el móvil ese mismo día. Es un poco descarado, pero divertido. Mañana tenemos una cita. © Caramel / VK
  • Hace 3 años conocí a un chico en una pista de patinaje. Era extranjero y empezamos a salir. Luego volvió a su casa, al otro extremo del mundo. Desde entonces, nos hemos visto poco, pero nos llamábamos constantemente e intentábamos mantener viva la relación, aunque no era fácil.
    Para su cumpleaños, decidí darle una sorpresa: compré los billetes y volé hasta allí. Lo llamé desde el aeropuerto, contestó al teléfono y me dijo: “¡Cati, estoy en tu ciudad! He venido a verte”. © Caramel / VK
  • En octavo, me enamoré perdidamente de una chica. Todo era infantilmente dulce, excitante, un poco aterrador, pero muy conmovedor. Era evidente que nos gustábamos, pero los dos fingíamos que no pasaba nada. A veces, después de la escuela, salíamos a pasear y, en clase, le pasaba a escondidas notas cariñosas.
    Una día, me atreví a escribirle una confesión: “Eres la más guapa. No puedo dejar de mirarte. Te quiero”. Pero en ese momento, la profesora de Inglés irrumpió en el aula y anunció una prueba. Con todo el alboroto, tomé un cuaderno, terminé de escribir algo y lo entregué, y sin querer metí allí la nota.
    Por la noche, la profesora me llamó y me dijo: “Me doy cuenta de que estás en una edad romántica. Pero será mejor que prestes atención a tus iguales. Soy lo bastante mayor para ser tu madre”.
    Quise replicarle algo, pero ella continuó: “Respeto tus sentimientos. Pero sinceramente, después de esto, no he podido revisar bien tu trabajo. ¿Qué te parece lo siguiente: te pongo una buena nota y no me escribes más notas?”. © SHCogwarts / VK
  • Un día, en un ruidoso grupo de amigos, intento impresionar a un joven. Coquetamente, le digo:
    — Antonio, no te preocupes, no recuerdo los nombres de los que no me interesan.
    El hombre responde fríamente:
    — No soy Antonio, soy Sergio.
    10 sobre 10 en la escala de “impresión causada”. © emigrantsdiary / Threads
  • Mi autoestima a los 15 años. Llevo minifalda.
    Un chico:
    — ¿Eres atleta?
    — Sí, ¿cómo lo sabes?
    — Tienes las pantorrillas musculosas.
    Ese cumplido me hizo llevar solo pantalones hasta los 35 años. Todavía me estremezco cuando alguien dice algo sobre mis piernas. Y ni siquiera dijo si eran buenas o malas, solo constató un hecho. Así me lo tomé yo. © ludacava / Threads
  • Mi hermano menor viaja mucho a dedo. Intentaba hacerlo hasta Valdez, Alaska, para correr allí una media maratón antes de hacer autostop hasta la casa de mis padres, cerca de Fairbanks. Una mujer le recoge cerca de Seattle.
    Charlan y mi hermano le cuenta la historia de cómo fue en bicicleta desde Alaska hasta Argentina. La mujer dice que el hijo de su vecina había hecho lo mismo. Resulta que era la vecina de al lado de mis padres. © discreet1 / Reddit
  • El primer día entré en un trabajo nuevo. Me acerqué a un hombre y me presenté. Me dijo: “No hay tiempo que perder” y me asignó unas cuantas tareas extrañas y empecé con ellas. Llevaba una hora trabajando cuando suena el teléfono y es del trabajo que acabo de empezar.
    Contesto y el hombre del teléfono me dice: “¿Eres consciente de que hoy es tu primer día?”. Le digo: “Sí, de hecho estoy aquí, David me ha dado algunas tareas que hacer”. El hombre del teléfono dice: “¿Quién es David?”.
    Por lo visto, un completo desconocido empezó a decirme lo que tenía que hacer y no me lo pensé dos veces. Nos reímos bastante. © Unknown author / Reddit
  • Tenía veintipocos años y estaba buscando trabajo. Llegué a una entrevista de trabajo y el entrevistador no sabía que yo iba a asistir. A regañadientes, me hace pasar a su despacho y empieza a hacerme preguntas. Había estado en tantas entrevistas que no estaba de humor para que alguien me hiciera sentir que no era bienvenido.
    Me pregunta por qué quiero trabajar aquí y parte de mi respuesta es: “Me gusta ayudar a la gente”. Me responde: “Qué chorrada”. Me sorprende, pero me doy cuenta de que esto no va a ninguna parte. El resto de la entrevista son formalidades y termino con un sarcástico “siento molestarle”.
    Vuelvo a mi departamento y me siento deprimido. Recibo un mensaje de voz preguntándome dónde estaba para la entrevista. Me dicen que si sigo interesado vuelva a llamar. Comparo nombre, número y empresa con la tarjeta de visita que me dieron, y resulta que estaba en la planta equivocada.
    Entré en una empresa cualquiera y me hicieron una entrevista. Pero al final, no conseguí ninguno de los dos trabajos. © adverb_adjective / Reddit
  • Hace unos 10 años, cuando era una colegiala, pasé unas vacaciones en el mar en un campamento y allí conocí a mi primer amor. Desde entonces, he intentado encontrarlo muchas veces, pero sin éxito: yo soy de ciudad, él es de pueblo.
    Hace poco me fui a vivir con un chico, ¿y adivinas quién resultó ser su hermano? Mi primer amor.
    Resulta que él también intentó encontrarme muchas veces, pero no funcionó. Y ahora de repente nos encontramos después de 10 años. Solo que ahora él tiene esposa y yo tengo a su hermano. © Overheard / Ideer
  • Mi vida está llena de giros, mi esposo bromea diciendo que soy como Forrest Gump. El último tiene que ver con mi mejor amiga. Somos amigas desde que teníamos 6 años, lo hacíamos todo juntas. Cuando me fui a otro país hace 17 años, lloró en el aeropuerto y me dijo que no volvería a verme.
    Perdimos el contacto. No tenía Internet ni teléfono, intenté encontrarla a través de las redes sociales, pero fue en vano. Un par de años después, su hermano me escribió. Resultó que ella también me había estado buscando todo ese tiempo. Me dio su número y volvimos a charlar. Le sugerí en broma que solicitara un visado. Ella respondió: “Tengo gallinas, ¿quién va a darles de comer?”.
    Con el tiempo, se decidió. Rellené la solicitud por ella y me olvidé del asunto. Luego mi madre me dijo que alguien me estaba buscando. Volví a llamar y me enteré de que mi amiga había ganado aquel visado. Chillamos de alegría y luego lloramos. Después de muchas dificultades, me reuní con ella en el aeropuerto. Hacía 15 años que no nos veíamos. Nos abrazamos y volvimos a llorar. © Elena Ledoux / Quora
  • Encargamos una broma para un amigo: con actores, todos serios. Según el guion, estamos pasando el rato en su casa y llega la policía. Y aquí estamos, sentados en su casa, y de repente aparecen los “polis”, empiezan a esposarlo. Y él no dice ni una palabra, ¡ni siquiera se resiste!
    Los actores ya están confusos, no entienden qué hacer. Yo grito: “Andrés, ¿por qué te detienen?”. Y él se echa a llorar: “No lo hice a propósito... Llama a mis padres, cuéntales todo...”.
    En el ascensor, rompió a llorar. Tuve que confesar que era una broma. Después de eso, Andrés dejó de hablarnos. Y lo que hizo exactamente “no a propósito”, nunca lo averiguamos. © Cámara 6 / VK
  • Fui a la biblioteca para saltarme algunas clases. Agarré un viejo libro de filosofía de la estantería, lo abrí y había un montón de notas a bolígrafo en los márgenes. Alguien entiende claramente, comenta, discute con el autor, bromea, a veces simplemente comparte sus pensamientos. Como en un diálogo, pero en un solo sentido.
    Empecé a leer no el libro, sino estas notas, y me enganché. Empecé a contestar, a escribir mis propias notas. Pasaban las semanas y veía notas nuevas de él o ella. Se convirtió en una especie de correspondencia secreta a través del libro.
    Pasó un año. Un día fui a la biblioteca y había una chica con ese libro en la mano y sonriendo. Me dice: “¿Eres tú el del bolígrafo verde?”. Asentí con la cabeza. Y ella dice: “Y soy la del negro”.
    Nos sentamos juntos, hablamos durante un par de horas y nos dimos cuenta de que habíamos sido amigos durante todo un año sin saber siquiera cómo éramos. © SHCogwarts / VK

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Imagen de portada Caramel / VK

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