10 Historias que demuestran que las vacaciones en familia no son tan relajantes como parecen

La mayoría de las personas esperan con ansias las vacaciones. Es una oportunidad para relajarse junto al mar, ir de campamento o descubrir nuevos destinos tras largas jornadas de trabajo y estrés. Sin embargo, los viajes en familia no siempre salen como uno espera, y a veces pueden ser más agotadores que un día entero en la oficina. Aquí tienes 10 historias de vacaciones familiares que salieron completamente mal.

• Mi bebé de 8 meses lloró durante todo el vuelo de 10 horas. Le di su biberón justo cuando el avión despegó, pero lo terminó antes de que termináramos de ascender (a pesar de que usé un chupón para recién nacidos, que tiene un flujo más lento).
  Intenté darle el biberón, pero solo quería jugar. El letrero del cinturón de seguridad estuvo encendido casi todo el vuelo por las turbulencias, así que tuvo que estar amarrado a mí o acostado en el moisés del avión y lo odiaba. Lo único que quería era gatear, ponerse de pie y jugar.
  Cuando comenzamos el descenso, lloraba (más bien gritaba) tanto que ya no aceptaba ni biberón ni chupón. La gente me lanzaba miradas asesinas durante todo el vuelo, y la señora junto a mí tenía la cabeza entre las manos. Yo también quería gritar y llorar. © beelabong24 / Reddit
• Mi mamá debía tener unos 70 años en ese entonces. No era su primer vuelo, pero sí su primer viaje al extranjero. Íbamos sentadas en asientos separados, uno frente al otro, en un vuelo nocturno de Logan a Heathrow.
  Un par de horas después del despegue, me despertó desesperada, diciéndome que tenía que hablar con el piloto porque íbamos en la dirección equivocada.
  Estaba convencida de que, como veía el amanecer, eso significaba que el avión había alcanzado al sol, así que debíamos estar volando hacia el oeste en vez de al este.
  Tuve que explicarle bastante (e incluso pedirle a una azafata que confirmara que íbamos por la ruta correcta) antes de que me creyera. © plotinus99 / Reddit

• Estaba descansando solo en la habitación del hotel mientras el resto de mi familia había salido de compras.
  Cuando regresaban, se quedaron atrapados en el ascensor.
  Por alguna razón, nadie notó que el ascensor estuvo averiado durante horas, y sus teléfonos no tenían señal adentro.
  Teníamos planes de cenar juntos después de las compras, y me empezó a preocupar que no regresaran, sobre todo porque ya era muy tarde.
  Después de un buen rato, descubrí que el ascensor del hotel se había descompuesto. Lamentablemente, el encargado del hotel me dijo que los técnicos ya se habían ido con la llave de emergencia.
  Tuvimos que llamar a los bomberos para que abrieran el ascensor y rescataran a todos. © Saeed Shoummo / Quora
• Mi papá no es un viajero novato —ha recorrido el mundo—, pero ya es viejo. Hace unos años, viajamos juntos a China porque mi mamá no quiso ir.
  Cada vez que entrábamos a una nueva habitación de hotel, me preguntaba de inmediato dónde estaban las luces o cómo funcionaba el baño. Yo le recordaba con paciencia (y a veces no tanta) que era la primera vez que entraba ahí, igual que él.
  Ahora que lo pienso, fue un poco tierno. Y a pesar de esos momentos, lo pasamos genial. © Chemical_Egg_2761 / Reddit

• Alquilé una casa con mis suegros, quienes creen que ser padres significa nunca decir “no”, darles azúcar a sus hijos en el desayuno y esperar que los demás obliguen a sus hijos a jugar con un malcriado.
  Insistieron en rentar una casa al otro lado de una autopista muy transitada, frente a la playa, a pesar de que teníamos niños pequeños que cargar, solo porque querían una cocina “gourmet”.
  Resultó que la casa estaba construida sobre un pantano, y tuvimos que quedarnos encerrados para no ser devorados por mosquitos gigantes. Desde entonces, ya no los invitamos a nuestras vacaciones familiares. © Kalthia / Reddit
• Mi esposa es de Miami y yo, de Alaska. Nos conocimos en la universidad, en Australia. Ella ya había viajado antes, pero solo a lugares tropicales o al sur de EE.UU.
  Un año, en mayo, fuimos juntos a Alaska para que conociera a mi familia. Como era casi verano, pensó que haría calor, así que solo empacó sandalias y chanclas.
  ¡Y nevó 60 centímetros mientras estuvimos ahí!
  Resultó que jamás había tenido zapatos cerrados —salvo tacones y un par de tenis que usaba en la preparatoria para atletismo.
  Tuvimos que ir corriendo a la tienda por un abrigo y pedirle prestadas las botas a mi hermana para el resto de la semana. © BeefosaurusRekt / Reddit

• Pasaba un verano en Europa cuando me reuní con mi mamá en Italia. A ella le gusta el café con crema, al estilo americano, y en una cafetería intentó pedir exactamente eso: “Café con crema.” El mesero le preguntó: “¿Con leche?” y mi mamá respondió: “No, con crema.”
  El mesero se quedó un poco confundido, pero no preguntó más.
  Intenté explicarle que en Europa el café normalmente se sirve con leche, pero antes de que pudiera terminar, el mesero regresó con un café coronado por un enorme remolino de crema batida. Ella se quedó mirándolo como dos minutos antes de intentar revolver la crema. © lumnicence2 / Reddit
• Hopetown Harbor, en las Bahamas, era absolutamente hermoso: un entorno tranquilo, buena comida y gente muy amable.
  Pero mi papá, por razones que nunca entenderé, se aburrió y decidió comenzar una pelea con mi pobre madre.
  Parecía que su objetivo era encontrar una excusa para acortar las vacaciones. Fue frustrante, exasperante y completamente vergonzoso. Jamás lo olvidaré. © Rip Christman / Quora

• Cuando tenía 11 años, fuimos de campamento a Yellowstone con mi mamá, mi papá y mi hermanito. No la pasábamos tan mal (modo sarcástico): teníamos una camioneta con camper. Lo único que no tenía era baño.
  La primera mañana, salí a hacer del baño y al regresar le dije casualmente a mi hermano que había visto huellas de oso. Estaba inventando (o eso creía), porque ni siquiera me fijé si había huellas. Entonces mi papá salió, volvió y dijo: “¡Sí hay huellas de oso allá afuera!”
  Me asusté de inmediato. © Sandy Johnson / Quora
• Viajamos a España y cruzamos Francia en auto. Como ya era tarde, paramos en un pueblito francés a pedir indicaciones para llegar a un motel. El novio de mi mamá tomó la delantera y entró con toda seguridad a un bar, a pesar de que no hablaba ni una palabra de francés.
  Abrió la puerta de golpe, tosió fuerte para llamar la atención y gritó con valentía: “¿Vous le vouz coucher avec moi?” que, por supuesto, significa: “¿Quieres acostarte conmigo?”
  Todo el bar estalló en carcajadas.
  Mi mamá, sin embargo, no se rio ni un poco, sobre todo porque hablaba francés a la perfección y tuvo que acercarse, con la cara roja, a pedir direcciones al bartender. © Darielos / Reddit

Las vacaciones prometen descanso y aventura, pero a veces traen todo lo contrario convirtiendo viajes soñados en desastres inolvidables. Descubre más historias de vacaciones fallidas aquí.