10 Datos que podrían ir en contra de algunas cosas que creías del reino animal
Según las estimaciones, existen más de 8.7 millones de especies de plantas y animales en la tierra. Sin embargo, apenas se han identificado y descrito alrededor de 1.2 millones y la mayoría son insectos. Esto significa que no conocemos mucho del reino animal. Cada día se descubren nuevas especies y nuevas características que cuestionan todo lo que sabemos hasta el momento. Es por eso que la información que tenemos de los animales se tiene que ir actualizando, porque muchas cosas que creíamos ya no se corresponden con la realidad.
En Genial.guru hemos recopilado una lista de algunos datos de los animales que antes considerábamos como hechos, pero que en realidad no eran del todo ciertos.
1. Los gatos caen siempre en sus 4 patas
Falso. Los gatos cuentan con una habilidad innata de acomodarse cuando están cayendo para aterrizar en sus patas. Este reflejo de enderezamiento aparece en los gatitos a partir de las 3 a 4 semanas de nacidos. Sin embargo, para que el gato se pueda enderezar y acomodar su cuerpo para la caída necesita un poco de tiempo. Según un estudio, se determinó que entre más alta sea la caída más tiempo le da al gato de prepararse. Pero, no todos los gatos tienen bien desarrollado este reflejo. Los gatos urbanos, por el sobrepeso y la falta de ejercicio, pueden salir lastimados en una caída. Así que aunque todos los gatos tienden a caer de pie a veces no les es posible por la altura, su peso y su flexibilidad.
2. No se le pueden enseñar nuevos trucos a un perro viejo
Falso. Este, aunque sea un dicho popular, no es del todo cierto. En un estudio hecho en Austria, se demostró con algunos juegos mentales que los perros ya viejos eran capaces de aprender como los jóvenes. El problema radica, según los expertos, en que los perros de edad ya no son tan ágiles y muchas veces no les interesan las actividades físicas. Sin embargo, mientras un perro esté despierto, seguirá aprendiendo.
3. Los camellos almacenan agua en sus jorobas
Falso. Este mito es uno de los más conocidos pero también de los más erróneos. Las jorobas de estos animales están llenas de grasas, las cuales son un depósito de energía cuando falta el alimento, algo común en el desierto. La forma en que los camellos y dromedarios sobreviven sin beber agua durante mucho tiempo se debe a la forma de sus glóbulos rojos, que tienen forma de óvalo, son más alargados que las células normales y se pueden expandir hasta 240 %. ¡Se pueden beber hasta 135 litros de agua en una sentada!
4. Los peces tienen una memoria de 3 segundos
Falso. Este es un mito muy extendido desde hace muchos años, pero que creció más con las películas animadas de Buscando a Nemo y Buscando a Dory. En realidad, los peces tienen buena memoria y dependiendo de la especie, pueden recordar eventos de meses atrás e inclusive años.
5. Los tiburones son los animales más peligrosos para los seres humanos
Falso. Los tiburones siempre han sido vistos como los depredadores más peligrosos. Películas como Tiburón han aumentado esa percepción, pero la realidad es que es un mito. Existen más de 350 especies de tiburones en el océano y solo unas pocas son consideradas peligrosas para los seres humanos. Cada año hay más víctimas de venados, perros y cerdos que de ataques de tiburón. Es 30 veces más probable ser alcanzado por un rayo que ser atacado por un tiburón.
6. Los búhos pueden girar su cabeza casi 360 grados
Falso. Científicos de la Universidad John Hopkins hicieron un estudio y con modelos en 3D lograron emular el sistema óseo de los búhos y descubrieron que ellos solo pueden girar su cabeza en 270 grados. Esto es más de lo que un humano puede girar su cuello, pero los búhos y otros tipos de aves lo hacen gracias a que sus cuellos tienen menor cantidad de hueso. También, para compensar el poco ángulo de visión que tienen al tener los ojos al frente.
7. Los camaleones cambian de color para camuflarse con cualquier entorno
Falso. A pesar de que algunos videos falsos que circulan por internet lo sugieren, los camaleones no cambian el color de su piel a voluntad. El rango de colores que pueden tener cuando están sueltos en el bosque es muy pequeño, por lo regular son tonos de café o gris y los hacen imperceptibles entre piedras, ramas u hojas. El cambiar de colores sucede de acuerdo a factores como el clima, para aparearse y para impresionar a otros miembros de su especie. No pueden cambiar a cualquier color a voluntad y menos a colores que no están presentes en su hábitat.
8. En una manada de lobos solo hay un macho alfa
Falso. Según Barbara Zimmermann, profesora de la Universidad de Noruega, designar a un lobo como alfa, beta o gamma solo ocurre en cautiverio. En la naturaleza, las manadas son más pequeñas y son familias de lobos compuestas por padre, madre e hijos. Los que cuidan a los pequeños son los padres. La idea de un “macho alfa” se ha extendido a otros animales y personas pero en realidad en los lobos salvajes eso no existe.
9. Los gatos ronronean cuando están contentos
Cierto. Los gatos ronronean cuando están a gusto, pero también lo hacen para comunicar otros estados de ánimo. Con él comunican si tienen hambre o desean algo y aunque en apariencia suenen igual, son diferentes tipos de ronroneo. También, cuando están nerviosos o cuando algo les duele, pueden llegar a ronronear. Si tienes un gato, debes estar pendiente de sus sonidos para aprender a distinguir el tipo de ronroneo y actuar para suplir sus necesidades.
10. Las tortugas no sienten dolor en el caparazón
Falso. A pesar de que el caparazón de las tortugas parezca estar hecho de piedra, es una estructura viva formada por huesos, terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos. Por lo que una tortuga puede sentir cuando la tocan e incluso distinguir los diferentes tipos de caricias y gustar de ello. Si quisieras hacerle un cariñito a una tortuga, ya sabes cómo hacerlo.
¿Qué otros mitos de los animales conoces? Cuéntanos en los comentarios.