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Sabemos que hay un color de cabello ideal para cada tipo de piel, incluso un corte o un modo de peinarnos que puede hacernos pasar de cenicientas a reinas (y viceversa) en tan solo minutos. Pero tal vez en el afán de querer vernos mejor y algo diferentes, elegimos un tono muy distinto al de nuestro cabello natural; o venimos usando un peinado que realmente nos hace el efecto contrario al que estamos buscando solo por estar acostumbradas. Aquí te preparamos una lista con esos estilos de los que es mejor alejarte si quieres mantener una apariencia fresca y juvenil. ¿Estás dispuesta a cambiar tu look?
El color oscuro oculta mal las raíces de otro color. A la vez, si tu piel es muy clara, el cabello negro bien oscuro o azabache no hará más que poner la lupa en tus imperfecciones. Es preferible inclinarse por tonos más claros, como el castaño, o generar contrastes iluminando con algunas mechas o reflejos. Esto hará que el cabello se vea con más volumen y te dará una apariencia más juvenil.
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Al partir el cabello en dos secciones iguales con una raya al medio, se tiende a acentuar las líneas del rostro y en consecuencia se destacan posibles arrugas o se marcan en exceso las facciones. Por esta razón, en muchas ocasiones es preferible desplazar la raya ligeramente hacia un lado. Esto suaviza los rasgos faciales y proporciona una apariencia más juvenil.
Aunque es cierto que el flequillo puede equilibrar la frente y simetrizar el rostro, también puede hacerte parecer mayor y acentuar cualquier imperfección. Sobre todo si eliges uno recto y justo por encima de las cejas. Lo importante es no dejarse seducir por esta opción y en cambio probar con uno largo y ligeramente lateral, prestando atención a que no sea muy voluminoso o denso. Esta es sin dudas una excelente alternativa.
Las raíces visiblemente más claras o más oscuras que el resto del cabello teñido se ven descuidadas. Hoy en día, se opta por coloraciones con transiciones más suaves entre el cabello natural y el teñido.
Este tipo de flequillo puede sobrecargar tu look y alterar tus rasgos faciales. Además, puede resaltar imperfecciones en la piel. Una alternativa a este tipo de flequillo es optar por uno desmechado y ligero. Este estilo puede crear un look más suave y relajado, y es ideal para enmarcar el rostro sin aportar demasiado peso visual.
Los mechones de colores muy diferentes al tono base del cabello están pasados de moda. Actualmente, se prefieren las transiciones más naturales y sutiles que aportan frescura y volumen al cabello.
Los cortes con sienes afeitadas han perdido popularidad. Muchos consideran que distorsionan la apariencia y resultan poco elegantes.
Además, las sienes muy cortas pueden crear un look demasiado informal, mientras que un corte más suave puede realzar los contornos del rostro de manera más favorecedora. Incluso un corte bob por encima del cuello puede ser la mejor opción si te gusta el cabello corto.
Los peinados muy elaborados o con moños muy abultados suelen hacer que algunas personas luzcan mayores de lo que realmente son. Por ello, una alternativa más favorecedora puede ser un corte estilo long bob, con el cabello liso e incluso acompañado de mechas que aporten luminosidad.
Un recogido demasiado ajustado puede acentuar rasgos afilados o asimetrías faciales, además de transmitir un aire serio que podría hacernos parecer más maduras.
En cambio, un estilo más relajado y natural, con mechones sueltos que enmarquen el rostro, suavizan las facciones y aportan un aspecto juvenil y desenfadado. Este tipo de peinado ligeramente desestructurado es una opción ideal para lucir elegante y fresca al mismo tiempo.