10 Prácticas médicas antiguas que hoy podrían ser consideradas una locura
Hoy en día, no es extraño que algunas personas aún se refieran a los médicos como “matasanos”. Si nos ponemos a revisar la historia de la medicina, la falta de información y las suposiciones audaces respaldaban ese término. Sumando el poco conocimiento del mundo y el pensamiento mágico de las civilizaciones, la medicina solía ser una mezcla de creencias mágicas e improvisación. Si bien los precursores de esta noble profesión buscaban sanar a los enfermos, la ciencia médica no tenía los avances actuales, dando pie a que tanto ideas como procedimientos parecieran (por no decir menos) una historia de terror. Decidimos recapitular diez prácticas médicas antiguas que, gracias al conocimiento en esta área, dejaron de hacerse.
¿Qué tratamiento, remedio o conocimiento antiguo conoces que aún se siga practicando?
1. Transfusiones de animal a ser humano
Jean-Baptiste Denys, médico del rey Luis XIV de Francia, inyectó sangre de ternero a un hombre que sufría de ataques de cólera. Su razonamiento para hacerlo fue que la sangre del ternero sano se trasladaría al enfermo, frenando su padecimiento. El paciente sobrevivió después de días con vómito y orina en color negro. En la actualidad, se sabe que las proteínas de la sangre animal son incompatibles con las del ser humano y, al transferirla, el cuerpo busca rechazar las células invasoras.
2. El alma albergaba las enfermedades
El médico alemán Georg Stahl (1660-1734) creó la teoría del animismo. En ella se creía que el ánima (o el alma) era la que albergaba la causa última de la vida y los procesos orgánicos, por lo que muchas enfermedades eran ocasionadas por actividades mal orientadas del espíritu. Se creía que la fiebre era la lucha del alma por expulsar la enfermedad, por lo que no se combatía. En la actualidad, se sabe que, si una fiebre no se trata, las altas temperaturas pueden ocasionar que varios órganos del cuerpo fallen.
3. El plomo y el mercurio como tratamientos
Hoy se sabe que ambas sustancias son tóxicas, pero en la antigüedad no se tenía conocimiento sobre las propiedades de estos componentes químicos. El plomo se usó en Egipto para fijar la tinta de los papiros. Y en la historia más reciente, aún había pinturas que lo contenían. La intoxicación por plomo crea efectos secundarios como temblores, insomnio, pérdida de memoria y alteraciones cognitivas y motoras. Al igual que el plomo, el mercurio fue otra sustancia utilizada incluso para tratar enfermedades como la sífilis y las heridas. Pomadas hechas con mercurio mezclado con aceite, mantequilla y manteca de cerdo eran utilizadas.
4. La deformación craneal
Se tienen registros de hace 45 000 años de algunas civilizaciones (como la inca o los cazadores-recolectores en Patagonia) en las que deformar los cráneos era símbolo de riqueza y un nivel social alto. La decisión de hacerlo se tomaba cuando las personas eran bebés, ya que antes de cumplir el primer año de edad es cuando el cráneo es lo suficientemente blando como para ser moldeado. Cráneos tubulares, erectas, oblicuas o con forma de anillo han sido encontradas en los restos de estas civilizaciones.
5. Implantar dientes de otras personas o animales
En la antigüedad, perder los dientes era muy común. La falta de conocimiento en el área hacía que la higiene y el mantenimiento de la dentadura no fueran prácticas regulares. Una solución previa al cuidado dental fue la implantación de dientes. Las personas que perdían los suyos se implantaban dientes, comprando los de otras personas (vivas, que los vendían), fallecidas o de animales. Se han encontrado implantes con bambú en China, con cobre en Egipto y con conchas en la civilización maya.
6. Caracoles para la tos
En la antigüedad, se creía que los caracoles podían curar la tos y problemas respiratorios como el asma. La práctica consistía en tomar varios caracoles, quitarles su caparazón, cortarlos y ponerlos en una bolsa con azúcar. Normalmente, el remedio se administraba a los niños pequeños como una especie de jarabe. Otro uso que se les daba a los caracoles era usar su secreción y frotarla en las verrugas para hacerlas desaparecer.
7. La orina para blanquear los dientes
En la Antigua Roma, el médico Escribonius Largus incentivó la higiene dental en el pueblo romano. Su receta era utilizar productos naturales, entre los cuales se encontraba la orina como dentífrico. La lógica era que, debido a las grandes cantidades de amoniaco que contiene la orina, esta limpiaba los dientes.
8. La pomada de bilis de vaca
Un libro médico anglosajón de hace mil años titulado Bald Leechbook contiene una receta para pomada de ojos. La mezcla se tenía que hacer con ajo, cebolla, vino y bilis de vaca, y dejarla en una vasija de bronce durante nueve días y nueve noches. Esta pomada era utilizada para quitar el picor de los ojos.
9. Gotas de ojos con excrementos de aves
En el siglo XVIII, se recomendaba como tratamiento para los ojos una mezcla de vinagre y excremento de palomas o gallinas. En la actualidad, se sabe que, aunque los desechos de las aves contienen nitrógeno, fósforo y potasio (de ahí que sean usados como abono), no es recomendable usarlos en ninguna parte del cuerpo, ya que las bacterias que pueden transmitir superan sus posibles beneficios.
10. Arreglar la dentadura con fruta
Como mencionamos, la educación bucal en la antigüedad era muy precaria. Se sabe que la civilización egipcia utilizaba recetas para arreglar su dentadura a base de resina, comino y fruta. Mezclando los tres ingredientes, colocaban una pasta en los hoyos de los dientes, los cuales se desgastaban debido a la arena del desierto y a pequeños pedazos de piedras que se colaban en sus comidas, provocando infecciones.