10 Pruebas sencillas que te ayudarán a conocer mejor tu propio cuerpo
Parece que sabemos absolutamente todo acerca de nuestro propio cuerpo: cómo funciona, cómo reacciona a diversos estímulos, etc. Pero, de hecho, los límites de nuestro conocimiento son bastante estrechos y siempre puedes encontrar algo sorprendente. Por ejemplo, ahora mismo podrías poner a prueba algunas ilusiones táctiles y ópticas.
En Genial.guru nos gustaron tanto estos experimentos que encontramos una explicación científica para ellos.
1. Truco con el brazo
Apóyate contra la pared de modo que el brazo derecho quede presionado contra ella. Intenta levantar el brazo empujándolo con fuerza contra la pared durante 30 segundos.
Ahora cierra los ojos, relaja los músculos y da un paso hacia un lado. El brazo se levantará “por arte de magia”.
- Al presionar el brazo contra la pared, obligas a los músculos a contraerse. Cuando relajas los músculos, debido a la memoria muscular, se contraen automáticamente y, sin encontrar obstáculos en forma de pared, levantan el brazo.
- ¿Por qué hay que cerrar los ojos? Los puntos de referencia visuales pueden interferir con la reacción automática, por lo tanto, para preservar la pureza del experimento, es mejor no ver el brazo en este momento.
2. Prismáticos y dolor
Si tienes una herida o un moretón, intenta mirarlos por la parte opuesta de los prismáticos para verlos desde lejos. Duele mucho menos, ¿verdad?
Esta es otra prueba de que la percepción visual juega un papel muy importante en nuestras vidas. Los ojos envían una señal al cerebro de que el objeto visible está a gran distancia y el sistema nervioso reduce el nivel de dolor experimentado, ya que este objeto no puede ser parte del cuerpo porque está muy lejos.
3. Telaraña
Es el experimento que probablemente hiciste en la infancia. Cierra los ojos y pídele al ayudante que toque la piel del dorso de tu mano con movimientos suaves de sus dedos, como si estuviera recogiendo la sal derramada en una pila. Después de 20 a 30 segundos, el ayudante debe recoger muy lentamente la sal invisible de la pila: tendrás la sensación de que alguien está quitando la telaraña de tu piel.
- Tu cuerpo se centra únicamente en las sensaciones táctiles. La memoria reconoce los movimientos de los dedos del ayudante y da lugar a cadenas individuales de asociaciones numerosas (recoger migas, sal, harina, etc.).
- En el momento de elevar la sal invisible, la experiencia también incita al cerebro a una de las acciones familiares, y trata de aplicarlo a sí mismo. El efecto de levantar una pizca de sal se superpone a los movimientos previos de “recoger”. Como resultado, sientes como si una telaraña se despegara de la piel.
4. Truco con el espejo
Necesitarás un espejo de unos 30 por 30 cm. Colócalo en la mesa y pon una mano delante (debería ser la mano dominante) y la otra detrás. Siéntate para que puedas ver el reflejo de la mano y no veas la mano escondida detrás del espejo.
Comienza a chasquear los dedos de la mano derecha e izquierda al mismo tiempo. Hazlo durante 20-30 segundos y luego deja de chasquear los dedos de tu mano dominante. Ahora en el espejo ves dos manos inmovilizadas (una en el espejo y otra real), pero sigues escuchando los chasquidos. Tienes una sensación extraña, ¿verdad?
- Has engañado a tu cerebro. Tus ojos le envían un mensaje sobre la inmovilidad de las extremidades, y tus oídos y músculos dicen todo lo contrario. Una sensación extraña aparece en el momento en que el cerebro intenta procesar mensajes conflictivos.
5. Dos narices
Debes cruzar el dedo índice y el medio, como se muestra en la foto de arriba, cerrar los ojos y tocar la nariz para que su punta quede exactamente entre los dedos cruzados.
Ahora desliza lentamente los dedos de arriba a abajo. Se siente como si estuvieras tocando dos narices completamente diferentes. Si el experimento no funcionó la primera vez, intenta hacer lo mismo sin cruzar los dedos, y seguramente sentirás la diferencia.
- Si sostienes un objeto con dos dedos, estará entre el lado derecho del dedo índice y el lado izquierdo del medio (si estamos hablando de la mano derecha). La situación cuando se cruzan los dedos no es estándar, por lo tanto, las señales se envían simultáneamente desde dos receptores táctiles desde lados opuestos de los dedos. En este momento, el cerebro “falla”, creyendo que has tocado dos objetos diferentes.
6. Ilusión de Pinocho
Coloca dos sillas una frente a la otra. Te sentarás en una y tu asistente ocupará la silla opuesta a la tuya. Usa tu dedo índice de la mano derecha para tocar la punta de la nariz de tu asistente al mismo tiempo tocando tu propia nariz con el dedo índice de la mano izquierda. Ahora cierra los ojos y muy lentamente con ambos dedos comienza a correr sincrónicamente hacia arriba y hacia abajo sobre las narices. En unos 10 — 20 segundos, te parecerá que tocas una sola nariz: la tuya.
Al suspender la percepción visual, otra vez engañaste a tu propio cerebro. Si la velocidad y la dirección del movimiento de los dedos eran idénticas, entonces se enviaron señales idénticas al sistema nervioso. El cerebro percibió uno de ellos por duplicado y simplemente lo ignoró.
7. Caída en el abismo
Tienes que tumbarte en el suelo boca abajo. El ayudante debe agarrarte de las manos y levantar tu tronco a unos 50 cm de la superficie (tienes que tener tu cuerpo relajado). Después de 30 segundos, el ayudante debe comenzar a bajarte muy lentamente. En este momento te sentirás como si estuvieras cayendo en un abismo sin fondo. Durante esta prueba tus ojos deben estar cerrados.
- El cerebro, al no tener contacto visual con la realidad, se basa totalmente en las sensaciones táctiles y la audición. Los músculos completamente relajados, combinados con un lento descenso del cuerpo, le dan al cerebro una razón para concluir que estás cayendo.
- El mismo efecto se puede observar al quedarse dormido. Algunas personas, al relajarse y estando casi durmiendo, experimentan algo como una repentina sacudida y se despiertan. Es el cerebro que intenta despertarte para salvar tu vida luego de decidir que estás cayendo.
8. Receptores táctiles
El siguiente experimento te ayudará a comprender qué tan sensibles son tus receptores táctiles. Para hacer esto, necesitarás un palillo de dientes, una regla o una cinta métrica y un asistente.
Empieza con el antebrazo. El ayudante debe comenzar a pinchar suavemente tu piel con dos palillos de dientes a una distancia de aproximadamente 10 cm entre sí, reduciendo la distancia entre ellos en aproximadamente 1 cm con cado pinchazo. En algún momento, sentirás pinchazos solo de un palillo de dientes, es cuando el espacio entre los palillos será igual a la distancia de un receptor a otro.
Hay muchos receptores táctiles en nuestro cuerpo, están distribuidos de manera desigual y difieren entre sí en sensibilidad. Por ejemplo, la parte superior de la espalda se considera menos sensible (la distancia entre los receptores serán de aproximadamente 3 a 5 cm), pero las manos son muy sensibles: en esta parte de cuerpo el resultado puede ser de 0,5 a 1 cm.
9. Hilo de la mano
Aprieta un puño. El ayudante debe agarrar tu muñeca y presionarla para cortar el flujo de sangre. Al mismo tiempo, debe frotar el puño del mismo brazo. Después de un minuto, aflojas el puño, el ayudante suelta lentamente la muñeca y tira suavemente de cada dedo de tu mano, luego pellizca la piel en el centro de la palma de la mano y disimula como si fuera tirando del hilo. Sentirás como si te sacaran un hilo de la mano.
- Primero, el asistente redujo la sensibilidad de tu mano presionando tu muñeca. Es por eso que esta ilusión se ha hecho posible. En segundo lugar, el frotamiento prolongado del puño y los tirones de los dedos desviaron la atención del cerebro. Una acción familiar, tirar del hilo, lanzó una cadena de reconocimiento en tu memoria, y la posibilidad de sacar el hilo de debajo de la piel fue un invento de tu imaginación.
10. Truco mental
Siéntate en la silla, cruza las piernas y comienza a girar el pie de la pierna superior en el sentido del reloj. Al mismo tiempo, estira tu brazo dominante y dibuja un círculo en el aire contra el sentido del reloj. Sigue haciendo el ejercicio durante 30 a 40 segundos, luego notarás que la mano o el pie comenzaron a moverse en la misma dirección.
Si el experimento no funcionó, entonces tienes la percepción visual muy desarrollada. Intenta repetir la prueba con los ojos cerrados.
- En este caso, fuiste engañado por tu propio cerebro. El cuerpo humano puede realizar al mismo tiempo una sola acción que requiere concentración de atención. Cuando intentas obligarte a hacer dos o más tareas, el cerebro se “confunde” y le da preferencia a una de ellas.
Cuéntanos en los comentarios qué pruebas funcionaron contigo y cuáles fracasaron. ¿Tal vez conoces otros experimentos interesantes?