10+ Trucos que están dispuestos a aplicarte en 1 de cada 2 restaurantes y cafeterías

Consejos
hace 5 años

Cada industria tiene sus secretos de éxito. Las cafeterías y los restaurante no son la excepción. Al parecer, existen varios métodos para hacer que los comensales sutilmente ordenen más platillos, y todos los regalos por parte del chef son un truco más para retenerte en el establecimiento y alentarte a ordenar más.

Genial.guru ha hablado con personas que trabajan como meseros, bármanes y aquellos que tienen su propio restaurante para averiguar un poco sobre el “detrás de cámaras” de esta industria.

Las mesas con buena vista siempre se ofrecen a las personas que van únicamente a comer

Los lugares de donde se abre una vista panorámica a la ciudad o el mar, por defecto, se ofrecen a las personas que llegan a dejar una gran suma de dinero. Por eso, antes de que te lleven a tu mesa, la anfitriona o el mesero discretamente preguntarán: “¿Van a comer?”.

Si seleccionas una mesa junto al mar planeando únicamente ordenar un café con un postre, te dirán que ese lugar está reservado. Y los aledaños también.

No añaden un menú infantil, pero ofrecen porciones especiales con descuento para los niños

En muchos establecimientos no es una coincidencia la ausencia de un menú para niños. En lugar de esto, el mesero atento le ofrecerá al niño ordenar un platillo del menú principal, prometiendo que, en cuanto a tamaño, será la mitad de una porción para un adulto. Y por supuesto, costará la mitad.

Pero aquí hay gato encerrado: probablemente también ordenes para tu hijo una bebida y un postre de una porción de adulto. El platillo con descuento, aun así, le da ganancias al restaurante al aumentar el total de la cuenta y las esperadas propinas.

A los meseros se les prohíbe usar accesorios, llevar el pelo suelto y pintarse de manera llamativa por una razón

El cabello tiene que estar recogido, el maquillaje debe de ser reservado, ningún tipo de accesorio, preferentemente un corte de cabello corto y no tener uñas pintadas. Esto se hace para que los comensales no tengan sensación de que un pedazo de laca, un arete o un cabello pueden terminar en su plato.

A veces, a las personas atractivas y agradables se les puede negar el trabajo: los comensales tratan de manera poco amistosa a un mesero o barman que se ve mejor que ellos.

Los cumplidos y regalos del chef solo los reciben determinadas personas y a una hora en concreto

Los regalos en forma de aperitivos incitan a los comensales a ordenar bebidas alcohólicas y estimulan el apetito, mientras que los postres gratis después de un platillo principal obligan a una persona a pedir un café o té. En ambos casos, esto se hace para que las personas gasten más dinero. Frecuentemente, los cumplidos llegan a la compañía femenina: ellas son más derrochadoras en comparación con los hombres.

Aquí hay otra trampa: al recibir un regalo, los clientes dejan más propinas, ya que se sienten obligados a recompensar al personal de la cafetería. Aunque, en realidad, una gran mayoría de veces son otorgados como regalo en forma de postres o productos cuya fecha de caducidad está próxima.

En algunos establecimientos, en la vitrina hay pasteles enteros y en otros cortados. Y en eso hay un significado oculto

En los restaurantes y cafeterías, así se crea la apariencia de un déficit: al parecer, como mínimo, una persona ha ordenado un pedazo, lo que significa que el pastel es muy solicitado. Y si durante un par de horas las personas no ordenan el pastel en rebanadas, entonces los meseros comenzarán a recomendarlo a los comensales. Finalmente, esto ayuda a vender los postres rápidamente.

En las reposterías, todo funciona al revés, porque ahí las personas van con más frecuencia para comprar un pastel entero, pero hay una mayor cantidad de opciones.

Las recetas de autor y los nombres inusuales a las cosas habituales son necesarios para aumentar el precio de los platillos

Un chef puede cambiar la receta de un platillo conocido para ahorrar en los productos. O, por el contrario, agregar diminutos ingredientes y aumentar considerablemente el precio. Por ejemplo, en la pasta carbonara aparecen unos cuantos gramos de trufa china, la cual es barata, pero para la mayoría de las personas, en sabor, es idéntico al de la costosa comida italiana.

A veces los productos habituales en el menú son llamados de manera extraña para que los comensales sientan la sensación de que están pagando por exclusividad al ordenarlos. Así, por ejemplo, el biscote o pan tostado es llamado croûton, y, en lugar de carne de cangrejo, sirven palitos de cangrejo precortados.

Es más fácil engañar a los hombres

Frecuentemente, el mesero coloca el cambio de tal manera que los billetes estén ordenados. Pero si el dinero está mezclado y han colocado un par de billetes de mediana nominación entre los pequeños, es posible que el comensal no lo perciba y lo deje junto con la propina para el mesero. El cálculo es simple: la mayoría de los hombres en citas o reuniones de negocios rara vez cuentan con atención el cambio.

Algunos establecimientos van más lejos e inmediatamente incluyen el 10 por ciento del total de la cuenta. Esto en algunos países está prohibido, pero los clientes no conocen sus derechos y rara vez discuten con la gerencia.

El mesero trae el menú e inmediatamente “obsequia” una limonada

¿Aceptaron? Entonces quiere decir que ha mordido el anzuelo: ahora seguramente no se irá y ordenará algo en este establecimiento ya que la “cortesía” ya se ha incluido en la cuenta. Frecuentemente, a los comensales se les ofrece una limonada o jugo fresco, ya que esto induce a una persona a pensar que necesita un platillo caliente o ensalada para estimular el apetito. El café y té se asocian únicamente con los postres.

El tamaño de los platos depende de en dónde te encuentres y qué ordenes

Los restaurantes frecuentemente utilizan la ilusión de Delboeuf para engañar al cerebro y los ojos del comensal. Si se colocan alimentos en un pequeño plato, de manera que se vea lleno, rápidamente te sentirás satisfecho, incluso si la porción es pequeña. Este truco se encuentra en cantinas, hamburgueserías y establecimientos con bufé.

En los restaurantes funciona al revés: el platillo principal se sirve en platos grandes para que la sensación de hambre no se vaya y ordenes un postre.

Tú ordenas una bebida y al final terminas pagando dos

Ordenas un café turco, con el cual se ofrece gratuitamente un vaso de agua. Pero el mesero astuto intentará reemplazarlo por una línea del menú y te preguntará si te trae agua mineral con gas o sin gas. Si no aclaras que necesitas agua normal para el café, entonces pagarás dos bebidas en lugar de una.

Una situación parecida ocurre con el té: ordenas una tetera para dos, la terminas y le pides al mesero que repita la orden. El verterá agua caliente, sin reemplazar las hojas, y agregará a la cuenta dos órdenes de té. De hecho, el servicio “añadir agua caliente” en los establecimientos es gratuito y, en el caso del té verde, incluso es bueno, ya que ayuda a revelar el sabor de la bebida.

Nunca te prepararán algunos platillos, ya que su tarea es vender otro platillo del menú

Generalmente, este es el platillo más caro, colocado en la parte superior del menú. Una persona ve el precio y se guiará por él al elegir otro platillo, el cual ahora le parecerá más accesible. Si intentas ordenarlo, entonces seguramente escucharás que precisamente hoy se ha terminado.

El mesero determinará lo que el comensal ordenará de acuerdo con su apariencia

Los meseros experimentados adivinan el platillo o la bebida favoritos de una persona según su comportamiento, manera de hablar y forma de vestir. Por ejemplo, las estudiantes y las chicas de hasta 30 años adoran pedir ensalada con pollo o mariscos, pasta, crema, postre de chocolate, té o latte. Los hombres mayores de 30 años frecuentemente ordenan platillos calientes de pollo, los niños adoran los embutidos y las papas a la francesa.

También hay peticiones especiales. Por ejemplo, los bomberos frecuentemente ordenan platillos muy picantes y los doctores prefieren las sopas calientes y algo hervido, con menor frecuencia algo frito o salado.

El mesero controla tus acciones con ayuda de una sonrisa y un simple asentimiento con la cabeza

Este método se llama asentimiento de cabeza Sullivan: al recomendar algún platillo al comensal, el mesero cortésmente sonreirá, se inclinará hacia adelante un poco y lentamente asentirá con la cabeza. La mayoría de las personas también asienten la cabeza como respuesta y aceptarán ordenar lo propuesto, incluso si no lo planeaban.

Los restaurantes utilizan diversos materiales, formas y colores para manipular la mente de los clientes

Nuestro cerebro es fácil de engañar al utilizar trucos relacionados con la manera en que percibimos la realidad. Por ejemplo, un helado nos parece más delicioso si se presenta con una cuchara de metal, un vaso verde azulado ante nuestros ojos le otorga a la bebida una frescura adicional. En los restaurantes costosos, los platillos principales y manjares se sirven en platos pesados, ya que esto crea la sensación de alta calidad en los productos.

Si te parece que a ti no te podrían engañar de esta manera, intenta tomar una cerveza en un vaso ligero transparente para cóctel o sirve chocolate en una copa de vino: la percepción de la bebida cambiará y parecerá que tiene un sabor desagradable.

¿Qué trucos has percibido en el arsenal de los meseros?

Imagen de portada depositphotos

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El de las recetas de autor con nombres modernos es totalmente así

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