11 Cosas que haces todos los días y que, sin darte cuenta, estás haciendo mal

Consejos
hace 10 horas

Muchas cosas las hacemos como estamos acostumbrados, sin siquiera sospechar que solo nos estamos complicando la vida. Por eso se pierde más tiempo en tareas insignificantes, los alimentos terminan más rápido en la basura y la ropa favorita se estropea. Por ejemplo, no hay que guardar el papel higiénico en el baño ni aplicar el detergente para platos directamente en la esponja. Decidimos reunir una lista de este tipo de cosas, tal vez también te sea útil.

Sufrimos al enhebrar una aguja

Seguro que todos recordamos esa pequeña tortura, pasar cinco minutos tratando de meter el hilo por el ojo de la aguja y, como si fuera a propósito, el hilo se resiste. Ni siquiera el truco de mojar la punta ayuda, porque igual se resbala sobre el metal. Pero resulta que hay una forma mucho más fácil de hacerlo: solo hay que enrollar el hilo alrededor de la aguja formando un pequeño lazo y sujetar bien las puntas con los dedos. Luego se retira el lazo de la aguja y se desliza sin esfuerzo por el ojo.

Guardamos los huevos en el refri como antes

Muchos ya saben que lo mejor no es colocar los huevos en el compartimento especial de la puerta del refrigerador, sino en la repisa inferior. Pero resulta que hay otro truco para conservarlos frescos por más tiempo: basta con ponerlos en su caja de cartón o plástico con la punta hacia abajo. De esta forma, la yema se mantiene más centrada y tarda más en echarse a perder. Además, conviene no tirar la caja original, ya que los huevos absorben fácilmente los olores de otros alimentos, y el empaque los protege bastante bien.

Simplemente rompemos los espaguetis

Romper la pasta puede parecer casi un sacrilegio para cualquier amante de la cocina, pero a veces no hay de otra: los espaguetis no caben enteros en la olla y hay que hacer sacrificios. Sin embargo, cualquiera que haya intentado partirlos sabe que hacerlo sin causar un desastre es casi imposible: los pedacitos de pasta salen volando por toda la cocina.

Pero hay una solución. Para lograr esta complicada tarea sin perder ni un solo trozo, hay que torcer bien los espaguetis antes de romperlos. De hecho, hasta hay investigadores que inventaron una máquina especial solo para eso.

Despegamos los post-its de abajo hacia arriba

Los post-its son, sin duda, muy prácticos, pero tienen un pequeño detalle molesto. En cuanto pegas una nota en cualquier superficie, la hoja tiende a levantarse por arriba, y así no hay forma de leer lo que escribiste. Bastante frustrante, ¿no? Resulta que esto ocurre porque la mayoría de las personas los despega mal del bloc. En lugar de hacerlo de abajo hacia arriba, hay que despegar la hoja de lado, de izquierda a derecha.

Doblamos los calcetines

Quien ha vaciado el cajón entero buscando sin éxito el par de un calcetín sabe que lo más práctico es hacer una bolita con ambos. Pero hay un problema: resulta que guardar los calcetines así los arruina. Se estiran con facilidad y pierden su forma. Lo ideal sería colocarlos con cuidado, uno sobre otro, bien planos y, si es posible, clasificados por tipo de tela. Así que, al parecer, no existe una solución perfecta: o los calcetines se pierden o se deforman.

Aplicamos el detergente para platos directamente en la esponja

Podría parecer que lo mejor es verter el detergente directamente sobre la esponja, no vas a exprimirlo sobre los platos, ¿verdad?. Pero si te pasas un poco con la cantidad (como suele hacer mucha gente), terminarás tardando mucho más en lavar. Tendrás que enjuagar durante un buen rato la espuma y los restos del producto de los platos y tazas. Lo mejor es usar un recipiente de plástico, llenarlo con agua y disolver ahí un poco de detergente. Así se ahorra tanto en producto como en agua, y el lavado es mucho más rápido.

Guardamos la salsa picante en el refrigerador

El refrigerador está hecho, precisamente, para que los alimentos se mantengan frescos por más tiempo y no se echen a perder. Pero no toda la comida reacciona bien al frío. Por ejemplo, es mejor no meter las salsas picantes al refri, podrían perder parte de su sabor y picor. Lo mismo pasa con la salsa de soya: la mayoría de sus variedades puede guardarse perfectamente en la alacena durante un año. Lo importante es revisar primero las instrucciones en la etiqueta.

Dejamos el papel higiénico en el baño

Por lo general, tratamos de guardar las cosas justo donde las usamos, para tenerlas siempre a la mano. Pero eso no siempre es una buena idea. Por ejemplo, no conviene guardar el papel higiénico de repuesto en el baño. Primero, porque este espacio siempre tiene un nivel alto de humedad, y el papel puede echarse a perder o incluso llenarse de moho. Y segundo, porque en esa habitación se usan con frecuencia productos de limpieza muy fuertes, que con el tiempo pueden impregnarse en el papel, y eso no resulta nada agradable. Es mejor guardar el paquete en otra habitación, donde esté más seco.

Elegimos el sostén en el momento menos adecuado del mes

Muchas mujeres notan que el tamaño de sus senos varía a lo largo del mes. El busto puede aumentar considerablemente, justo antes del inicio del periodo. Por eso, si se compra un sostén nuevo en esos días, lo más probable es que el resto del mes resulte, como mínimo, incómodo de usar. Los especialistas recomiendan elegir la ropa interior hacia la mitad del ciclo, así se ajustará mucho mejor.

Usamos leggings con ropa interior

Aunque esto suene un poco provocativo, los especialistas no recomiendan usar ropa interior debajo de la ropa deportiva durante el ejercicio. Cualquier actividad física hace que el cuerpo sude, y una piel caliente y húmeda es el ambiente perfecto para que proliferen las bacterias. Una capa extra de tela solo empeora la situación. Por eso, lo ideal es ponerse los leggings o los shorts directamente sobre la piel y, por supuesto, darse una ducha después de ir al gimnasio.

Planchar los jeans

Aunque unos jeans sin arrugas ni dobleces se ven impecables, plancharlos no es bueno. El calor intenso hace que se destiñan y se estiren más rápido, especialmente si están hechos de mezclilla que no es de la mejor calidad. Claro, esto no significa que esté prohibido plancharlos o que tengas que andar con los pantalones todos arrugados. Pero, si tus pantalones son valiosos para ti, es mejor evitar plancharlos tanto como sea posible.

¿Y tú? ¿Tienes tus propios tips que te ayudan a simplificar las tareas del día a día? Compártelos en los comentarios.

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