11 Curiosidades sobre la vida en diferentes rincones del mundo que pocos conocen

Hay muchas costumbres, normas y usos en el mundo que ni siquiera sabemos que existen. Pero es muy interesante descubrir cómo vive la gente del otro lado del mundo. Además, si vamos a viajar a algún sitio, necesitamos saber qué regula la vida local. Te contamos lo que la gente de distintos países y ciudades no puede hacer y lo que está obligada a hacer.

Los milaneses deben sonreír siempre

Según el historiador Andrea Santangelo, en Milán todo el mundo está obligado a sonreír. Las únicas excepciones son los enfermos o los asistentes a ceremonias luctuosas. Quienes promulgaron el decreto pensaron que así Milán sería una ciudad más popular.

Se supone que la norma se inventó en el siglo XIX y aún no se ha anulado oficialmente. Aunque ahora los milaneses admiten que nadie les multa por no sonreír.

En Tailandia, no está permitido entrar en un local con los zapatos puestos

Según la tradición local, la gente se quita los zapatos antes de entrar en el local. Así que si vas a visitar a un tailandés, prepárate para que te pidan que te descalces. Incluso muchos restaurantes y hoteles del país no permiten llevar zapatos puestos. Por eso las chanclas son tan comunes aquí: es más fácil quitar que los zapatos con cremallera o cordones.

Pero es mejor no quitarse la ropa. A pesar del clima caluroso, se considera una falta de respeto salir de la playa sin camiseta, por ejemplo, o con ropa demasiado reveladora.

En un estado de EE.UU., los pájaros no pueden pasear por las calles

La ordenanza está en vigor en el estado de Georgia. Se trata de gallinas, patos, gansos y cualquier otra ave doméstica. Por supuesto, la norma se aplica a sus propietarios. Los propietarios de aves domésticas están obligados a vigilarlas para que no acaben en las calles de las ciudades o en territorios privados donde viven otras personas. En otras palabras, no deben dejar que los animales salgan de su propiedad. Esta es la primera y principal preocupación por la seguridad de las aves.

En Turín, hay que pasear al perro al menos tres veces al día

Los italianos aprecian mucho a los animales, por lo que los cuidan de todas las formas posibles. Por ejemplo, hay normas que protegen a los gatos callejeros.

Pero lo más interesante está en Turín. Aquí los dueños de perros deben pasear a sus mascotas al menos tres veces al día. Por supuesto, es imposible controlar a todo el mundo, así que aquí la esperanza está en la vigilancia de los propios ciudadanos.

Los escoceses deben abrir la puerta de su casa a quien lo desee

Escocia honra la tradición de la hospitalidad. Por eso, si alguien llama al timbre de una casa o piso privado en busca de un retrete, los habitantes no pueden negarle las instalaciones. Curiosamente, nadie ha dictado nunca oficialmente un edicto semejante. Pero para muchos lugareños es una especie de ley no escrita.

Aquí generalmente son sensibles a lo cómodas que se sienten las personas que los rodean. Por ejemplo, en Escocia no se puede cantar en los trenes. Imagínate: si quieres cantar, tienes que pedir permiso por escrito al revisor.

Una ciudad canadiense no permite trepar a los árboles

Qué genial era en nuestra infancia subirse a un árbol mientras jugábamos. Pero los pequeños habitantes de la ciudad canadiense de Oshawa no pueden permitirse semejante placer, porque aquí no está permitido subirse a los árboles. En esta ciudad, en general, se cuida mucho el paisaje forestal. Por ello, se vigila estrictamente que nadie dañe los árboles. Ni siquiera se pueden atar cosas al tronco.

No se puede dar de comer a los pájaros en Venecia

A los venecianos no les gusta que haya tantas palomas y gaviotas en la ciudad. En primer lugar, alimentar a estas aves se considera antihigiénico. Al fin y al cabo, según las investigaciones, son portadoras de infecciones.

En segundo lugar, a los lugareños les preocupa que palomas y gaviotas estropeen los bellos monumentos y la arquitectura de Venecia. Por eso está prohibido alimentar a las aves en la ciudad. De lo contrario, te pueden multar.

Los automovilistas de Abu Dabi deben lavar sus coches con regularidad

Abu Dabi, la capital de los EAU, también se preocupa mucho por la limpieza y la belleza de la ciudad. Los lugareños cuidan cada detalle, hasta los coches que están en la calle. Por eso, los propietarios están obligados a limpiar sus coches de polvo y suciedad todo el tiempo. De lo contrario, se los pueden llevar y les impondrán una multa.

Al mismo tiempo, no está permitido lavar un coche en un lugar público. Se trata de nuevo de la imagen de la ciudad. Lavar coches no encaja con el bello entorno, y además estropea el asfalto.

No se puede comprar chicle en Singapur

Aquí está permitido mascar chicle, pero importarlo y venderlo es un tabú en Singapur. Solo se pueden comprar chicles terapéuticos, y solo con receta médica. Así es como se combate la contaminación callejera en Singapur. Al fin y al cabo, mucha gente no lleva los chicles usados a la papelera, sino que los tira directamente al asfalto. Esas personas, por cierto, son multadas aquí.

En Bélgica está prohibido jugar a las bolas de nieve

Jugar a las bolas de nieve está prohibido en Bélgica, concretamente en algunas ciudades belgas, desde hace más de 10 años. Según los lugareños, las bolas de nieve son potencialmente tan peligrosas como las piedras. Por la diversión habitual de los niños aquí la gente incluso pueden ser multada.

Por cierto, hay otras normas curiosas en este país. Por ejemplo, en la ciudad de Hasselt no se puede uno sentar en los respaldos de los bancos. Y en el municipio de Schaarbeek, las personas que han contraído el virus solo pueden viajar en ambulancia. Lamentablemente, no disponen de otros medios de transporte.

En Indonesia, no se puede tocar la cabeza de otra persona

Es una de las prácticas culturales más estrictas de los indonesios. Esta parte del cuerpo es tratada con mucha reverencia por los lugareños. Por eso, aquí no está permitido en absoluto tocar la cabeza de otra persona, aunque sea tu hijo.

Y los indonesios también tienen un presagio especial: no se debe hacer nada con la mano izquierda. Dar la mano, hacer un regalo, comer... en fin, casi todo debe hacerse con la mano derecha, o al menos con las dos.