En Diario de una pasión mejor el final de la película
11 Escenas o detalles de libros exitosos que no pudimos disfrutar en su adaptación al cine
Adaptar un libro a la gran pantalla nunca es tarea fácil. Trasladar una narrativa desde el lenguaje oral al cinematográfico implica todo un cambio de perspectiva en la forma en la que se cuenta dicha historia. Por lo tanto, es muy común que ciertos detalles del material original deban ser omitidos para darle mayor dinamismo y cohesión a la historia y que se pueda adaptar al ritmo de una película.
En Genial.guru recopilamos algunos detalles significativos de los libros que fueron cambiados u omitidos en sus respectivas adaptaciones cinematográficas.
1. Harry Potter y el cáliz de fuego
Tanto en el libro como en la película de Harry Potter y el cáliz de fuego, se realiza la disputa del legendario Torneo de los Tres Magos, en el que Hogwarts compite contra los colegios Beauxbatons y Durmstrang. Sin embargo, en la adaptación se decidió que los colegios fueran enteramente femeninos y masculinos respectivamente, cuando en el material original se dejaba claro que ambos eran colegios mixtos.
2. Diario de una pasión
La adaptación de Diario de una pasión tiene uno de los finales más conmovedores y devastadores del cine romántico del último siglo, por lo cual resulta una gran sorpresa saber que en el libro, el final es ligeramente distinto. Mientras que en la película Noah y Allie fallecen tras compartir juntos una última noche, en el libro se muestra un final más feliz, en el que ninguno de los dos muere y se prometen amor para toda la vida.
3. El hobbit: La desolación de Smaug
La accidentada trilogía de El hobbit, capitaneada por Peter Jackson, tuvo que sufrir grandes cambios en su historia para modificar el enfoque de la clásica novela de fantasía de J. R. R.Tolkien a una versión más épica y dramática, como la que había llevado al éxito a El señor de los anillos. Para ello, el neozelandés se tomó algunas licencias, incluso reincorporando a personajes que no participaban del material original, como Legolas, el elfo arquero, interpretado por Orlando Bloom.
4. Orgullo y prejuicio
Una de las escenas más recordadas de la adaptación de Orgullo y prejuicio es aquella en la que el señor Darcy se declara por primera vez a Elizabeth Bennet bajo la lluvia cerca de un hermoso lago. En el libro de Jane Austen, dicha proposición tiene un lugar menos elocuente, ya que ocurre en el interior de la casa de los Collins.
5. Yo, robot
Yo, robot es una serie de relatos cortos escritos por Isaac Asimov que conforman algunas de las historias más icónicas de la ciencia ficción, por lo que adaptarlo a la gran pantalla representaba todo un desafío. La película protagonizada por Will Smith, pese a que adoptaba las clásicas tres leyes de la robótica creadas por el autor, distaba mucho en cuanto a historia y espíritu del material original. Es más, el personaje interpretado por el querido actor ni siquiera aparece en el libro.
6. Harry Potter y la piedra filosofal
En una escena que marca el clímax en la primera película de la saga, Harry, Ron y Hermione deben derrotar a una planta llamada lazo del diablo, que era una de las trampas que custodiaban la piedra filosofal. En la película, Ron se retuerce tanto del miedo que debe ser salvado por Hermione; sin embargo, en el libro es justamente ella quien cae en el temor y es avisada por sus amigos de que puede derrotar a la planta con su varita.
7. Mary Poppins
Las diferencias entre P. L. Travers y Walt Disney fueron tan grandes en su momento que incluso se hizo una película sobre ello. Evidentemente, la adaptación realizada por la casa del ratón se tomó muchas licencias con respecto al material original. Una de las mayores disonancias se da en la personalidad de la mítica niñera; mientras que en los libros tiene un carácter más bien misterioso y autoritario, en la película se la ve mucho más resolutiva y abierta a escuchar a los niños.
8. Los juegos del hambre
Una escena muy recordada de la primera película de la saga de Los juegos del hambre se da cuando los personajes de Katniss Evergreen y Peeta Mallmark se toman de la mano durante el desfile de los tributos, por iniciativa de este último, lo que refuerza un poco el romance paulatino que se construye entre ambos personajes. Sin embargo, en el libro es Cinna, el personaje interpretado por Lenny Kravitz, quien tiene la idea de que el dúo se muestre de esa manera durante el evento, lo que le da un marco más formal a una acción que en la película se ve espontánea.
9. Luna nueva
La saga Crepúsculo fue un gran éxito dentro de las historias juveniles de fantasía, con un gran toque de romanticismo tanto en los libros como en las películas. Sin embargo, se han podido ver grandes cambios alrededor de su transición a la gran pantalla, y uno de los más notorios se ve en el personaje de Jasper, que en la película asiste al mismo instituto que Edward y Bella, mientras que en el libro ya había terminado sus estudios secundarios.
10. El señor de los anillos: La comunidad del anillo
El concilio de Elrond es probablemente una de las escenas más referenciadas de la saga de El señor de los anillos, ya que marca un punto de inflexión para la historia al conformarse el grupo que debe afrontar la misión de destruir el Anillo Único. Sin embargo, en el libro de J. R. R. Tolkien, la escena es ligeramente diferente, ya que el personaje de Bilbo Bolsón estaba entre los invitados al concilio e incluso se ofrece como voluntario a llevar el anillo antes que su sobrino Frodo.
11. Perdida
Perdida es uno de esos atípicos casos en los que quien escribió el guion de la adaptación cinematográfica es la misma escritora del libro original. Uno de los cambios que Gillian Flynn hizo respecto a su propio material es el enfoque de Nick Dunne, el protagonista interpretado por Ben Affleck. Mientras que en la película se lo ve más bien torpe y descuidado, en el libro se muestra más despreciable y con una tendencia misógina mucho más marcada.
¿Te parece bien que las películas hagan cambios respecto de los libros? ¿Qué te gusta más, leer libros o ver películas?
Comentarios
Yo me suelo quedar con los libros salvo excepciones