11 Pequeños detalles de los cuales los invitados no hablarán de inmediato, pero después se lo contarán a todo el mundo

Gente
hace 2 años

La etiqueta dice que debes entrar en la casa de otra persona como un ciego y salir como un mudo. Pero todos somos seres humanos y, a menudo, no podemos resistir el deseo de estudiar el ambiente del departamento de alguien. Y si hablamos con toda sinceridad, a veces incluso les contamos a nuestros amigos que María obliga a los invitados a cortar cebollas y que Ramón tiene las bandejas de arena para gatos en la cocina.

Genial.guru organizó una lluvia de ideas y pudo revelar 11 hábitos que son incompatibles con la hospitalidad verdadera.

1. La falta de accesorios necesarios en el baño

Los personajes de películas pueden estar durante todo el día en la casa de alguien y no ir al baño, pero las personas reales sí tienen necesidades fisiológicas. Solo que ir a un baño ajeno donde no hay cepillo sanitario ni ambientador puede llegar a ser una experiencia desagradable.

El invitado no debe necesitar abrir todos los cajones en busca de un medio que le ayude a ocultar las huellas de su “delito”. Un amable propietario dejará las cosas necesarias a la vista o simplemente explicará dónde están. Si alguien solo encuentra papel higiénico en el baño (si tiene suerte), pueden ocurrírsele diferentes pensamientos. ¿Los propietarios quieren avergonzarlo? ¿No usan un cepillo ellos mismos? ¿No quieren que alguien gaste el Lysol?

2. Demasiado calor o frío

¿Quién de nosotros no ha viajado en autobús con pasajeros que luchan por la temperatura? A uno le sopla el aire todo el tiempo y tiene frío, mientras que el otro tiene demasiado calor... Y ambos se convierten en una molestia. Pero si en el transporte público podemos quejarnos, estando de visita a menudo soportamos inconvenientes solo por cortesía.

La temperatura agradable para la mayoría de las personas en general es de 20 a 22,2 °C. Puedes tomarla como un punto de referencia y simplemente observar a los invitados: si una persona tiene demasiado calor o frío, no será difícil notarlo.

3. Intentos de forzar a los invitados a “hacerse amigos” de las mascotas

No todos los invitados estarán encantados con el hecho de que se ponga un gato blanco y peludo en sus pantalones negros. Algunas personas hasta pueden llegar a tenerles miedo a los animales, y el contacto cercano incluso con un pequeño chihuahua puede estresarlas. Muchos perros y gatos también odian que los empujen a los brazos de un desconocido. A veces, por el bien de todos, es mejor encerrar al animal en otra habitación.

  • Visitamos a los parientes de mi marido. Me sentaron en un sillón, pusieron té y galletas en la mesa. Me quedé sentada tomando una infusión demasiado suave, poco agradable, y de repente, un gato peludo saltó sobre la mesa y puso su cola en el platillo con galletas. Los dueños lo admiraban tanto, pero yo no estaba contenta. Les dije: “Se metió en el platillo”. Y ellos me respondieron: “Pero esa es su mesa, su lugar, SIEMPRE se acuesta allí”. O sea, pusieron mi té en el rincón de un gato. Fue una falta de respeto total a los invitados. © Vero / Genial.guru

4. Objetos íntimos en los lugares más visibles

El huésped no necesita saber que el dueño de la casa usa calzoncillos de los pitufos y que la dueña prefiere los protectores con olor a manzanilla. Los productos de higiene personal pueden esconderse temporalmente en la mesita de noche, y el tendedero con ropa puede llevarse a otra habitación.

El cepillo merece una mención aparte. Una chica publicó un video en TikTok sobre cómo limpiaba y lavaba los cepillos para el cabello. Al final, preguntó a los suscriptores si hacían lo mismo. Algunos usuarios dijeron que no se molestaban en absoluto con esto, pero la mayoría se sorprendió de que alguien no prestara atención a la limpieza de estos objetos. Por lo tanto, dejar un cepillo con mechones de cabello en el baño puede incomodar a muchos invitados.

5. La costumbre de limpiar todo el tiempo

Si el dueño se levanta en medio de una comida para lavar los platos o en pánico toma el trapo cuando una miga cae sobre la mesa, los invitados pueden sentirse incómodos. O quieren mostrarles sin decir nada que son desordenados, o quieren deshacerse de ellos lo antes posible. Para no poner a nadie en una situación incómoda, es mejor relajarse, disfrutar de la comunicación y hacer la limpieza cuando todos se hayan ido.

6. Cosas tiradas y la falta de cajones libres

Si el huésped se quedará a pasar la noche, será de buena educación proporcionarle un cajón o una mesita de noche donde pueda poner sus cosas. Es poco probable que alguien esté satisfecho con la perspectiva de dejar su ropa en el suelo o de juntar las cosas del dueño que se encuentran tiradas por ahí para poner las suyas en su lugar.

Si una persona vino solo por un par de horas, sería apropiado tener preparado un espacio para su abrigo y zapatos.

7. Vajilla no presentable

Los días en que la vajilla más bonita de la casa estaba destinada a los invitados están desapareciendo poco a poco. Pero esto no significa que a una persona le guste comer de un plato mal lavado o beber de una taza con manchas. Por cierto, las manchas de té y café pueden eliminarse fácilmente con bicarbonato de sodio.

  • Una vez estaba visitando a una amiga. Ella tomó mi plato, lo puso en el piso y llamó al perro. El animal vino corriendo y empezó a lamerlo. No pienso volver allí nunca. © Mila / Genial.guru

8. Toallas desordenadas

Cuando alguien entra en el baño de otra persona por primera vez, muchas preguntas pueden llenar su cabeza. ¿Cómo secarse las manos? ¿Está bien usar esa toalla grande o para los invitados de la casa está ese trapo de color café?

Cuelga una toalla limpia separada en el baño antes de que lleguen los invitados. Idealmente, si la colocas cerca del lavabo, quedará claro que se puede usar.

9. Pasillo lleno

Imagínate: entras en el departamento de alguien, tropiezas con zapatos tirados, chocas con una bicicleta apoyada contra la pared y terminas el recorrido volcando una mesita de noche con una maceta. No es así en absoluto como deben comenzar las reuniones amistosas.

El dueño debería liberar espacio en el pasillo con anticipación y, si estamos hablando de una casa privada, limpiar el porche. Tampoco estará de más limpiar la manija de la puerta, porque casi siempre está más sucia de lo que parece.

10. Pedir disculpas todo el tiempo por el desorden

A veces nos parece que el departamento podría haber sido limpiado hasta conseguir un brillo deslumbrante, pero no deberíamos centrar la atención de los invitados en eso. Frases como “Perdón por el desorden” o “Disculpa, el niño volvió a tirar los juguetes” pueden causar confusión. Una persona puede sentirse culpable por invadir el territorio del otro en el momento equivocado.

  • Una vecina siempre invitaba a nuestra familia a las fiestas, pero ir de visita a su casa era una diversión confusa. Con notas de agresión pasiva, comentaba cada cosita y se dispersaba en disculpas, como si tuviéramos que convencerla. “Perdón, queridos invitados, no tuve tiempo de limpiar el baño. Preparé tanta comida para ustedes, nadie me ayudó. Pero no pasa nada, puedes limpiar la almohadilla del asiento con el trapo”.

11. La regla tácita de “todos aceptan todo”

Algunas personas no dudan en lavar la bandeja para gatos en el fregadero de la cocina mientras el invitado está sentado en la mesa y trata de no atragantarse con el pastel. Queremos creer que estos dueños no son tantos, pero a veces necesitamos estar preparados para cualquier cosa cuando estamos de visita.

  • Fuimos a visitar a una familiar de mi esposo. Ella acababa de tener un hijo. Y en medio de la comida, en algún momento, anunció alegremente: “¿Y quién tiene el pañal tan pesado aquí?”. Por sus movimientos posteriores, nos dimos cuenta de que iba a cambiar el pañal allí y en ese momento. Casi todos los invitados encontraron de inmediato una razón para salir volando de la mesa. Mi esposo y yo acordamos que iríamos de nuevo con esa familiar solo cuando el niño crezca.

Cuéntanos sobre el mayor impacto que hayas experimentado estando de visita. Quizás tu historia se convierta en la cereza del pastel de nuestro próximo artículo.

Imagen de portada Depositphotos.com

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