11 Técnicas que ayudarán a poner elegantemente en su lugar a cualquier “sabelotodo”
En su libro "El arte del ataque verbal", Karsten Bredemeier escribe que la habilidad de ganar en una disputa no depende tanto del conocimiento como de las tácticas y trucos que puede aprender cualquier persona. Usando este método, desarmarás de manera brillante a tus oponentes, y tus comentarios en Internet recibirán grandes cantidades de likes.
Genial.guru ha recopilado los trucos más simples y efectivos que te enseñarán a ganar cualquier disputa dignamente.
Habla de manera sencilla
En su libro "El arte de la controversia", Jonathan Herring señala que la forma de hablar debe ser acorde al nivel de comprensión de aquellos a quienes está destinada. De esto se desprende que uno no debe alardear de sus términos inteligentes, si de antemano sabe que no lo van a entender. En última instancia, explica lo que quieres decir.
A la vez, las palabras y los términos complicados pueden usarse para confundir al oponente, pero ya no sería un juego limpio.
Cita a personas competentes
Sea cual sea el tema que estés discutiendo, siempre habrá personas públicas que saben mucho de él. Pueden ser políticos, científicos, escritores, etc. Argumenta tu posición, refiriéndote a la opinión de las personas competentes en el asunto, esto le dará peso a cada una de tus palabras. Lo principal es que la referencia sea real, de lo contrario corres el riesgo de perder.
Básate en hechos y estadísticas
Hay 2 tipos de argumentos con los que es casi imposible discutir: los hechos y las estadísticas. Es poco probable que tu oponente trate de refutar la inmutable verdad de que la Tierra es redonda (aunque también hay personas así). Los datos estadísticos no siempre están a mano, pero aquí puede ayudar el todopoderoso Google.
Criticar la posición, no a la persona
Para eso hay que comprender claramente el tema y los límites de la disputa y ver la línea detrás de la cual termina la conversación y comienzan los reproches. En una disputa no importa si una persona farfulla, habla en voz alta o baja, rápida o lentamente, y así sucesivamente, sino solo sus pensamientos y argumentos. Recuerda también que la opinión de una persona sobre un objeto no es una característica de ella como individuo.
Muéstrate de acuerdo con tu oponente para que se muestre de acuerdo contigo
A veces, ayuda a mostrarse parcialmente de acuerdo con el oponente. Encuentra algo con que ambos estén de acuerdo, eso hará que tu oponente esté más abierto a la persuasión. Usa el método del "sí, pero...". Si ves que tu oponente se cruzó de brazos y frunció el ceño, tal vez debas mostrarte de acuerdo con algo de lo que dice para calmar la situación y predisponer bien al interlocutor.
Haz preguntas
Fingiendo inocencia, haz preguntas sinceramente. La persona se relajará, no sentirá amenazas y comenzará a razonar. Con cada paso, fortalece tus preguntas, hazlas más difíciles, encuentra contradicciones, al final, el interlocutor se confundirá y perderá. Esta técnica se llama "El método socrático", con su ayuda, el famoso filósofo ganó muchas disputas.
Juega con las emociones
Las emociones funcionan mucho más rápido y con mayor precisión. A veces, una única emoción bien definida puede superar los argumentos más fuertes. Haz que parezca que te han insultado las palabras del oponente, haz que se sienta culpable o, por el contrario, ensálzalo, la adulación siempre desarma al otro. Trata de emocionar a tu interlocutor. Así te dará la razón más fácilmente, o simplemente se distraerá, lo que te dará una ventaja.
Vigila tu discurso
Trata de no usar palabras "inestables", como "quizás", "probablemente", "pueda que". Estas palabras dejan un agujero en tu argumento y muestran tu inseguridad. El oponente puede aprovecharlo y derribar tu argumento. Adhiérete a los detalles. Sé concreto, no entres en una demagogia vacilante, no es difícil perderse en ella.
Escucha atentamente
Muchas personas no saben cómo discutir, porque en lugar de escuchar, piensan en qué van a responder. Como resultado, el hilo se pierde y los interlocutores se pelean o terminan el diálogo en nada.
Mientras escuchas al interlocutor, observa su forma de hablar. Trata de captar la lógica de su razonamiento para anticipar el próximo movimiento. Siente las debilidades: falta de lógica, contradicciones, posición difusa, etc.
Mantente tranquilo
En el fragor de una disputa, existe una gran tentación de levantar la voz o interrumpir al interlocutor. Pero este tipo de comportamiento denota debilidad, así que trata de mantenerte calmado y confiado, así no le darás a tu oponente la oportunidad de herir tus sentimientos, y ganarás el respeto y el reconocimiento de los oyentes. Solo una cabeza fría es capaz de pensar con claridad.
No respondas a las provocaciones
A veces, una disputa se convierte en una confrontación abierta. Si ves que la persona comienza a atacar tus características individuales y va más allá de los límites de la decencia, entonces es mejor ceder, cuida sus nervios. Hay un tipo de personas que son incapaces de mantener una conversación constructiva. Discuten para afirmarse a sí mismos, por lo que tratarán de humillarte, ignorando el sentido común. Es mejor mantenerse alejado de este tipo de interlocutores.
¿Y tú tienes algún secreto para ganar una disputa? Comparte en los comentarios.