11 Tips que te pueden ayudar a tener la memoria como la de un elefante
¿Te imaginas tener un atajo para recordar mejor las cosas? Pues, según los investigadores, esos atajos existen, cada uno tiene su propia explicación científica, y cualquiera puede tomarlos, ya que son increíblemente sencillos. Para ayudarte a conseguir una memoria tan afilada como diente de león, te compartimos 11 trucos que probablemente no conocías sobre cómo mejorar tu memoria.
1. Los aromas pueden ser buenos estimulantes
Justo como el olor de una galleta recién horneada puede hacerte recordar a tu abuelita, los olores de los esferos con los que escribiste tus notas de estudio, pueden ayudarte a recordar exactamente lo que necesitas. El sentido del olfato juega un gran rol en la retención de la información y puede ser usado a nuestro favor.
Un pequeño truco para recordarlo todo cuando lo necesites es marcar la parte de atrás de tu muñeca con el aroma de los esferos que usaste para estudiar, y encontrarás un atajo rápido a toda esa información. De hecho, puede ser el aroma de la tinta de un esfero, o bien un perfume. Cualquier aroma distintivo que estés percibiendo justo durante tu sesión de estudio servirá.
2. El color amarillo es tu mejor aliado
De acuerdo a la teoría del color, el amarillo es uno de los tonos más felices que existen. Si alguna vez te sientes desganado, trata de rodearte de este color y verás la diferencia. Sin embargo, estudios han demostrado que este asombroso color puede ser mucho más que esto.
De hecho, este color es un promotor de la memoria. Tal vez esta sea la razón por la que los famosos post-it son de color amarillo, o por la que existen tantos resaltadores de este tono. Así que ya sabes, si marcas tus notas de estudio con este color, o si directamente las escribes sobre papel amarillo, probablemente tendrás un buen rendimiento en el examen.
3. El olor a naranja no solo es delicioso
Otro atajo casi mágico para estimular tu memoria es el olor de la naranja. Este truco sigue la misma lógica que la teoría de los olores que mencionamos anteriormente. Sin embargo, estudios científicos han demostrado que este aroma en particular es un gran promotor de la retención de la información.
De la misma manera, trata de comer o simplemente oler una naranja mientras estudias, y verás la magia.
4. El color puede activar tu memoria
Dependiendo de qué tipo de persona seas, puede que retengas mejor la información a través de libros de texto, o tal vez recuerdes mejor con ayudas visuales. Aquí te va otro truco para usar los colores a tu favor.
Si eres una persona visual, una mini “trampa” que puedes hacer es resaltar tus notas con un color en específico y estudiar normalmente. Después, en el día del examen, o cuando necesites recordar lo que estudiaste, usa una camiseta del mismo color que usaste para resaltar tus notas y los recuerdos vendrán como cascada.
5. La magia de apretar los puños
Probablemente asocies apretar los puños como una señal no verbal para expresar emociones. Sin embargo, este gesto tan simple, esconde un gran secreto que puede ayudarte a mejorar tu memoria.
Según estudios científicos, simples movimientos corporales pueden mejorar la memoria únicamente por cambiar la manera en que tu cerebro está trabajando en ese momento. De hecho, psicólogos de Estados Unidos descubrieron que apretar tu mano derecha por 90 segundos antes de empezar a estudiar, y luego apretar la mano izquierda cuando terminas, puede ser un muy buen truco para estimular la memoria.
Los científicos creen que esto se debe a que apretar los puños activa partes específicas del cerebro que están asociadas al procesamiento de la memoria, y que apretar el puño derecho activa el hemisferio izquierdo, y viceversa.
6. ¡Háblalo al mundo!
Puede que hayas escuchado a tu madre decirte que leas en voz alta cuando estás estudiando y que hayas creído que eso no servía para mucho. Sin embargo, científicos de la Universidad de Waterloo han demostrado que hablar en voz alta mientras estudias, de hecho, es un excelente truco.
Según este estudio, hacer esto ayuda a que la información sea almacenada directamente en nuestra memoria de largo plazo debido al “efecto de producción”, y los científicos creen que esto sucede gracias a la acción de hablar y escuchar lo que se quiere recordar.
“Cuando agregamos una medida activa o un elemento de producción a una palabra, esa palabra se vuelve más distintiva en la memoria a largo plazo y, por lo tanto, más memorable”, mencionó Colin M. MacLeod, profesor y presidente del Departamento de Psicología de Waterloo.
7. Masticar chicle no solo mejora tu aliento
Según psicólogos del Reino Unido, las personas que masticaban chicle durante pruebas de memoria, tenían un mejor rendimiento que las que no. Existen tres posibles explicaciones para este fenómeno: en primer lugar, en el año 2000, investigadores japoneses encontraron que existen áreas del hipocampo que mejoran su función mientras se mastica chicle.
Otra posible explicación es que los receptores de insulina en el hipocampo pueden influir en la retención de información. Es decir, puede que la liberación de insulina promueva la memoria. “Pero esto es muy especulativo”, mencionó Andrew Scholey de la Universidad de Northumbria.
Finalmente, otra explicación a esto puede ser que masticar chicle aumenta el ritmo cardiaco y “cualquier cosa que mejore el suministro de oxígeno al cerebro, es un posible potenciador cognitivo”, dijo el investigador.
8. La asociación de ideas puede ser una gran herramienta
Este truco también es conocido como las reglas mnemotécnicas, que no son más que mecanismos para asociar palabras y conceptos o incluso objetos. Existen varias formas de aplicar la asociación de ideas.
Están los acrósticos, armar canciones con lo que estás estudiando, o directamente asociar objetos comunes de tu entorno con conceptos que estés estudiando. Por ejemplo, si estás estudiando la gravedad, puede que puedas usar una manzana para recordar el concepto, debido a que fue gracias a una que Isaac Newton armó su teoría.
9. Tomar un descanso para una siesta no es tan malo
Investigadores han encontrado que las personas que toman siestas de entre 30 y 90 minutos durante una sesión de estudios, mejoraron su capacidad de retención de palabras, a diferencia de las personas que no lo hicieron.
Además, se encontró que las personas que tomaban siestas, también tenían mejores habilidades para dibujar, lo que señala que no solo la memoria, sino otras partes de las funciones cognitivas se ven beneficiadas para las personas que duermen un poco durante el día.
10. Las maravillas de tomar una ducha
Está bien enfocarte al 100 % en tus estudios por tiempos prolongados, pero es aún mejor tomar unos pequeños descansos para asimilar la información. Pero cuidado, debes dejar de pensar en ello por completo. Investigaciones en creatividad señalan que cambiar de contexto mientras estamos trabajando en algo, puede activar áreas del cerebro que pueden ayudarte a resolver problemas, o simplemente a recordar mejor.
La ducha, por ejemplo, crea las condiciones perfectas para alejarse de los problemas y dejar descansar a tu cerebro de lo que estás pensando, y de pronto, aquello que querías recordar ya no parece tan difícil.
11. ¡Vuelve a tu niño interior y dibújalo!
Un estudio demostró que dibujar un concepto sobre lo que estás estudiando puede ser una de las mejores maneras de recordar lo que necesites. La investigación halló que dibujar es más efectivo que escribir y visualizar pasivamente el material de estudio.
“Descubrimos una ventaja significativa en el recuerdo de las palabras dibujadas en comparación con las escritas. Los participantes a menudo recordaban más del doble de las palabras que dibujaban que las que escribían”, dijo Jeffrey Wammes, del Departamento de Psicología de la Universidad de Waterloo.
Además, se halló que esta técnica funcionaba aún si los dibujos no son perfectos, y son especialmente beneficiosos para personas de edad avanzada con deterioro mental.
¿Alguna vez se te olvidó algo importante que tenías que decir en público? ¿Cómo lo resolviste?