13 Veces cuando los sueños se hicieron realidad, pero... con giros inesperados

Historias
hace 5 horas

Los sueños no son solo imágenes bonitas en nuestra mente, sino metas a las que avanzamos sin importar los obstáculos. A veces, el destino nos sorprende y nos ayuda a lograr lo que parecía imposible. Y en otras ocasiones, los sueños se hacen realidad de formas completamente inesperadas.

  • Mi amiga se divorció y quedó sola con tres hijos. A pesar de su mala suerte en el amor, nunca perdió la esperanza de encontrar la felicidad. Un día, decidió irse de vacaciones a un balneario. Desde allá me llamó emocionada: ¡había conocido a un hombre increíble! Cada noche bailaban juntos, y él solo tenía ojos para ella. Pero cuando terminó el viaje, él ni siquiera le pidió su número. Pasaron varios meses y un día, en medio del bullicio de una de las muchas estaciones de tren de la capital, mi amiga giró la cabeza… ¡y ahí estaba él! Caminando directamente hacia ella. Hoy llevan muchos años casados, tienen nueve nietos y él los cuida a todos como si fueran propios. © Incógnito 3332 / Dzen
  • Siempre quise tener un perro faraón. Le pedí a mi esposo que compráramos uno, pero su respuesta fue: "No podemos pagarlo". Me resigné, hasta que, unos meses después, llegó con una moto nueva, comprada con nuestro dinero y sin consultarme. Me dolió hasta las lágrimas. Entonces, empecé a buscar cómo conseguir el dinero para mi perro. Y de repente recordé que mi esposo me había regalado una cadena de oro en mi cumpleaños. La vendí y con eso compré el perro. Cuando llegué a casa, le dije que había comprado una mascota para los dos, pero nunca aclaré con qué dinero. © Mamdarinka / VK
  • Estuve hospitalizada por un tiempo, junto con varias mamás que llevaban meses ahí con sus hijos. Un día, una de ellas salió a hacer unas compras para cocinar comida casera, pero en medio del ajetreo olvidó todas sus bolsas en el taxi. Volvió al hospital desanimada. Pero poco después, apareció el taxista con sus compras. Y no solo eso: ¡había cocinado todo! Pollo al horno, guarniciones listas, todo fresco y recién hecho. Se lo devolvió sin aceptar un solo peso. © Oksana Lim / Dzen

"Ese día se cumplió uno de mis sueño, porque siempre he amado a los suricatas"

  • Envié una carta anónima a la dirección de la empresa con una foto de una compañera en plena estafa a los clientes. No quería ser un soplón, pero esa mujer se había tomado la atribución de decirme que yo debía renunciar porque no me quería ver "en su oficina". Era la empleada con el rango más bajo del departamento, pero ya se creía la jefa. No estuve presente el día de su despido, pero le envié una felicitación por haber logrado su deseo: ahora sí que ya no me verá más. © Oído por ahí / Ideer
  • Cuando era estudiante, me enamoré de uno de mis profesores. Un hombre culto, elegante, de unos 35 años. Estaba divorciado, pero nunca mostró ninguna señal romántica hacia mí durante toda la carrera. Al graduarme, me despedí de él y de mi sueño imposible. Meses después, mis amigas me convencieron de confesarle mis sentimientos. Contra todo pronóstico, fue recíproco: nos entregamos a una pasión desenfrenada, y con los años se convirtió en un amor tierno y profundo. Hoy estamos casados, y sigo sin creer cómo aquella joven tímida e inexperta se atrevió a hacer esa llamada. © Oído por ahí / Ideer
  • Mi esposo siempre soñó con tener un ganso. Así que un día, sin pensarlo mucho, trajo a casa un enorme ganso que corría por todo el departamento, graznando y mordiendo a traición. Pero lo peor es que él no lo alimentaba, no limpiaba sus desastres ni lo educaba. Toda la carga cayó sobre mí, mientras él solo disfrutaba de su "exótica" mascota. "No tenemos hijos y tú vives a mis expensas, así que bien puedes hacerte cargo del ganso", me soltó un día. Aquí estoy, buscando trabajo. Al diablo con su manutención y sus reproches. © Oído por ahí / Ideer
  • Mi hija, siendo dama de honor en la boda de su mejor amiga, conquistó el corazón del padrino. Recuerdo haber pensado en ese momento: "¡Qué chico tan guapo!". Han pasado 15 años y ahora dos pequeñas versiones de ellos corren por mi casa gritando: "¡Abuela! ¡Abuela!". © Oído por ahí / Ideer
  • Cuando tenía 8 años, mi papá me grabó en video preguntándome qué quería ser cuando creciera. Respondí con total seguridad: "Quiero ser esposa, madre y artista". Las tres cosas se hicieron realidad. Y exactamente en ese orden. © jibegirl / Reddit
  • Siempre soñé con ser azafata, y lo logré. Durante varios años fue emocionante, hasta que se convirtió en una rutina de hoteles indistinguibles y pasajeros descontentos. © starcloudrose / Reddit
  • Tengo 22 años y, por fin, he cumplido mi sueño de la infancia: rescatar a un perrito enfermo, abandonado y sin nadie que lo quiera. Ya tengo un perro en casa y mis padres también tienen uno, pero no hay palabras para describir la felicidad de ver a un cachorro, que estaba condenado a morir, ahora vivo y con una segunda oportunidad. Sí, no es de raza, sí, necesitará un tratamiento largo, pero ahora tendrá una vida digna y sabrá que es amado. © Oído por ahí / Ideer
  • De adolescente soñaba con ser detective privado. Me parecía algo glamuroso. Con los años, entendí que la realidad era mucho menos emocionante, pero trabajaba en almacenes con un sueldo miserable, así que la idea de ganar dinero sentado en un coche, fingiendo ser detective, aún sonaba atractiva. Sabía que ningún adolescente conseguiría ese trabajo, así que decidí estudiar una carrera técnica en derecho penal. Pero fui un pésimo estudiante, abandoné la universidad y dejé que mis préstamos estudiantiles se acumularan. Luego descubrí que, con deudas pendientes, no podía obtener una licencia de detective privado. Así que durante años me propuse saldar mis deudas para poder cumplir mi sueño. Pero cuando finalmente lo logré, me di cuenta de que ya había avanzado demasiado en mi carrera actual y que tendría que aceptar un sueldo más bajo y un peor horario para hacer un trabajo menos emocionante. © lookyloolookingatyou / Reddit
  • En mi boda, mi mejor amiga fue mi dama de honor. Es una mujer guapísima y con un encanto natural. Como los padrinos de boda son casi tan importantes como los novios, la grabaron en video muchas veces, y terminó llamándole la atención al camarógrafo. Ahora, él está filmando su primera película y la ha elegido para el papel principal. Estoy muy feliz por ella, lo está haciendo increíble. Pero, qué difícil es ver cómo los sueños que compartías con alguien desde la infancia se cumplen, pero para la otra persona. © Oído por ahí / Ideer

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