Creo que cada vez nos sentimos menos avergonzadas por esto
14 Cosas que merecerían aceptación, pero que provocan vergüenza en muchas mujeres
Los estereotipos sociales sobre las mujeres pueden causarnos ansiedad, pues, por un lado, nos hacen rechazar lo que somos, y por otro, nos hacen olvidar las cosas que nos hacen únicas y todo nuestro potencial. La falta de aceptación propia nos puede afectar no solo de forma emocional, sino también a nivel físico, pues el estrés causado por esto nos puede provocar enfermedades e incluso acelerar el envejecimiento.
En Genial.guru hicimos una lista de creencias limitantes sobre las mujeres de las cuales sería bueno deshacernos para dejar de juzgarnos; de esta manera, podremos hacerle frente al mundo desde una perspectiva más libre y positiva.
1. Tener poros grandes y notorios en el rostro
La piel es un órgano poroso que cumple funciones vitales de protección y filtro, almacena agua y grasa, facilitando la eliminación de toxinas e impidiendo el ingreso de bacterias; por ello, su naturaleza es estar abiertos. Algunos factores de tipo hormonal, ambiental, de hábitos, etc., hacen que estos sean más notorios; sin embargo, con buenos cuidados podemos evitarlo.
Muchas veces nos sentimos mal porque las personas que vemos en las redes sociales tienen una piel que parece perfecta, y nos comparamos con ellas. No obstante, debes tener en cuenta que muchos utilizan filtros de belleza y edición de imagen para mejorar su aspecto: no es real, así que no te sientas mal, ni te compares con imágenes editadas; la piel está expuesta y trabaja mucho para protegerte, por lo que es normal que tenga imperfecciones.
2. Olvidar depilarse o dejarse crecer el vello corporal
El vello corporal es natural y útil para proteger tu piel, contrario a la creencia que dice que quitarlo es más higiénico, cuando por lo general, esta última obedece a factores estéticos. Depilarse o no hacerlo es una elección personal que debemos procurar apartar de la presión social.
Hay mujeres que se sienten cómodas o están habituadas a hacerlo y otras que no, hay mujeres que no lo hacen porque lo olvidaron o están muy ocupadas, e incluso hay mujeres que tienen algún problema de salud que hace que tengan más vello. Todas estas circunstancias influyen y no tenemos que sentirnos culpables o avergonzadas de ello, ni obligadas a agradarle a alguien por esto.
3. No alcanzar metas habituales o cambiar de planes
Existen algunas expectativas tradicionales de logros que se corresponden con una línea de tiempo, como una especie de libreto que hay que cumplir, que puede llegar a ser más dañino que real. Los tiempos cambian, y con ellos la forma en la que configuramos nuestros objetivos, los plazos y las maneras de cumplirlos.
Muchas ya no creen que tener hijos o casarse, poseer muchas cosas materiales, etc. sea prioritario o sinónimo de éxito, tal como lo es el poder decidir libremente qué hacer con nuestra vida y disfrutar del proceso y de la experiencia.
4. No tener las medidas impuestas por la sociedad
El rango de medidas de cuerpos saludables es muy amplio, no hay un estándar o un ideal por el cual guiarse, más que por tu propia salud y tu bienestar. El cuerpo es el vehículo por el cual se expresa la energía que eres. Aceptarlo y cuidarlo para hacerle honor a tu ser esencial y darle las mejores condiciones para desarrollar tu potencial son las medidas ideales que puedes tomar.
5. Haber tenido o tener acné
Si tienes o has tenido acné, no estás sola: al menos un 80 % de las personas de entre 11 y 30 años lo ha padecido en alguna medida en su vida. Se podría decir que forma parte de los cambios naturales del cuerpo, es común y por lo general, tratable. Busca las causas y las soluciones en lugar de agobiarte con tu apariencia, confía en que eventualmente desaparecerá.
6. Tener una nariz grande o no respingada
Muchos de nuestros rasgos faciales obedecen a un factor genético; nuestro rostro es el relato de nuestros padres y del lugar de donde venimos, forma parte de nuestra identidad más íntima. Aceptar la forma natural de nuestra nariz refleja la riqueza con la que hemos construido nuestro propio concepto, y eso es más notorio que la ilusión de una nariz perfecta.
7. Que te salgan estrías o celulitis
Las estrías son marcas que aparecen en la piel después de que esta ha sufrido un estiramiento. La mayoría de las mujeres e incluso los hombres pueden presentarlas, sobre todo en ciertas circunstancias, como el crecimiento, los cambios de peso y el embarazo.
Si existe una prueba inquebrantable de amor propio y aceptación, es valorar las marcas que dejan los cambios naturales en tu cuerpo, que además son ineludibles, y en algunas ocasiones, huellas valiosas que son el testimonio de distintas etapas de la vida, como cuando nos convertimos en madres.
Lo mismo sucede con la celulitis o piel de naranja, que puede aparecer por múltiples factores, entre ellos una predisposición genética, los hábitos y la edad, principalmente. La modelo Ashley Graham, abanderada del movimiento llamado “body positive”, que invita a normalizar los cuerpos grandes y las realidades del organismo humano, no teme mostrar su celulitis para recordarnos que es completamente normal tenerla.
8. Tu estatura o contextura
Ser bajita o alta, gordita o delgada no es un asunto de discusión social, y representa un desafío aprender a poner límites cuando alguien se atreve a opinar sobre nuestro cuerpo.
Hay ocasiones en que incluso las mismas mujeres nos convertimos en ese juez implacable, tanto de nuestra propia imagen como de la de las demás.
Por fortuna, actualmente existe lo que se llama sororidad. Este término hace referencia a la complicidad y a la solidaridad femenina, no como un fin en sí mismo, sino como una estrategia para lograr un cambio de paradigma.
9. Cuando aparecen las canas
Muchas mujeres están cambiando estereotipos que es increíble que aún existan en nuestra época. Sobre todo, aquellos que son de tipo estético, que nos vuelven esclavas de prácticas que a veces son poco saludables y que van contra la naturaleza del cuerpo. Cubrir las canas o no es una decisión de cada una, pero muchas sabemos el desgaste y la dependencia que implica teñirlas.
Si una mujer se deja las canas, puede ser señal de que está envejeciendo y que luce descuidada, pero ¿qué piensas si un hombre lleva su cabello gris? ¿Te parece atractivo, maduro e interesante? Sé parte del cambio. La actriz Salma Hayek nos deja este inspirador mensaje mostrando con orgullo sus canas, a las que llama “las canas de la sabiduría”.
10. No sentarse como “una dama”
“Si no te sientas como una dama, puedes dar pie a que se hagan ideas sobre ti”, es lo que solía pensarse. Pero las normas de etiqueta cambian con las épocas, y más allá de cumplir con un lenguaje corporal estético, te invitamos antes a pensar cuál es la postura más saludable para tu cuerpo.
Tu espalda te agradecerá que recuerdes mantenerla recta, y tus hombros relajados te harán lucir y sentirte segura y ligera.
11. Tu periodo menstrual
¿Te has preguntado qué sería de la existencia si las mujeres no menstruáramos? Amada u odiada, dolorosa, sensible, emotiva. etc. Aceptar y conocer tus ciclos te dará más beneficios que resistir, ignorar o rechazar este hecho, pues según los expertos, cuando concibes este proceso como algo “sucio o malo”, tu cuerpo genera una química para padecerlo como tal.
12. No mantener la casa limpia todo el tiempo
Mantener un entorno limpio y ordenado nos proporciona tranquilidad mental. Sin embargo, la casa, o nuestro espacio, no pueden mantenerse así todo el tiempo, es completamente normal que se desordenen con las actividades diarias, y dejar de organizar y limpiar un día no te va a definir como persona.
13. Comer mucho o comer determinados alimentos
Si un día te antojaste de comer una pizza o un helado, no le debes explicaciones a nadie; al contrario, comer algo que te gusta puede subirte el ánimo. Por otro lado, si prefieres no comer carne, eso no debería ser tema de debate. Tu dieta, tu peso, tus hábitos, tus gustos son solo tuyos y solo tú puedes elegirlos, descartarlos o cuestionarlos.
14. Repetir atuendos en eventos especiales
No estamos obligadas a vernos diferentes en cada ocasión; antes que agradar a otros con tu atuendo, debes ser tú quien se sienta cómoda. Si tienes una prenda favorita y te sienta bien, ¿por qué no repetirla?
El tabú de no repetir la ropa está quedando obsoleto: muchas mujeres que son personajes públicos, como Kate Middleton, lo han hecho. Además, puede resultarte beneficioso en tanto que puedes ahorrar tiempo y dinero a la hora de vestirte.
¿Qué otras cosas te han hecho sentir avergonzada? ¿Qué mensaje les darías a las mujeres que se sienten así?
Comentarios
A mí me pasa lo de las canas