Me da que la persona del bus pensó que bajo la manta había un bebé y no un gato XD
15 Pruebas de que aún quedan personas de buen corazón en el mundo
Cuando en una película el personaje principal se mete en problemas, sabemos que todo estará bien con él. O se salvará él mismo o alguien lo ayudará. Pero eso pasa en las cintas. La pregunta es: ¿existen el bien y los milagros en la vida real?
En Genial.guru recopilamos historias que en verdad son capaces de dar esperanza. También hay que admitir que fue difícil elaborar el artículo: un par de veces los ojos se llenaron de lágrimas. Y en el bono encontrarás una prueba de que el bien suele regresar.
- Una vez, mientras viajaba por Corea del Sur, estaba caminando por la carretera. Pasaba un camión. El conductor, al verme, se detuvo, tomó algo de la guantera y empezó a acercarse hacia mí. No había nadie alrededor, tuve miedo: no tenía adónde huir. Se acercó y me explicó que estaba yendo por un camino viejo y que necesitaba regresar. Luego dijo que yo era muy guapa, ¡me regaló una taza de café y una manzana! E inmediatamente corrió de regreso al camión. Inesperado pero muy agradable. © Marmm / Genial.guru
- Hace poco, mi marido se enfermó gravemente. Y claro, estaba preocupada. Además, las tan esperadas vacaciones familiares corrían riesgo de ser canceladas. Regresando de la farmacia me detuve en un semáforo para cruzar. Había que pulsar un botón para que se encendiera la luz verde. Cuando lo presioné, se encendió la palabra “espere”. Pero debajo de ella alguien escribió “un milagro”. Ese acto de vandalismo me inspiró mucho. Como resultado, el milagro ocurrió: en 2 semanas, mi marido se recuperó casi por completo y pudimos irnos de vacaciones. ¡Los milagros existen! © Anna Voloshina Kasatkina / Facebook
- Llevaba a mi gato para esterilizarlo. Era invierno. Pensé: lo llevaré de vuelta con anestesia, se congelará en la transportadora. Lo envolví en una manta y subí al autobús con ese envoltorio en mis manos. Un tipo se levantó rápidamente y cedió su asiento. Sin pensarlo, quité la manta de la cara del gato. Al sujeto casi le dio un ataque. Al principio ni siquiera entendí por qué. © Hildur / Genial.guru
- Eran las siete y media de la tarde, era invierno. Ya estaba oscuro. Volvía a casa en un autobús. A mi lado se sentó un hombre desagradable que intentaba “apoyarse” en mí aprovechando cada bache del camino. Era la primera vez que me encontraba en una situación así y estaba confundida. Me limité a mirarlo con rabia. Pero entonces, una mujer de enfrente dijo en voz alta “Detenga el autobús”, y a este tipo “Fuera”. Él respondió con descaro: “¿Y qué pasa si no me bajo?”. Ella dijo: “Entonces irás a la comisaría”. Resultó ser una inspectora de policía. El tipo, maldiciendo, salió. La mujer se acercó a mí y dijo: “No tienes por qué soportarlo”. © Shreya Mishra / Quora
- Iba de camino a una cafetería para celebrar mi cumpleaños con amigos. De repente, un desconocido se me acercó con una rosa y me dijo que solo quería dársela a la chica más guapa que viera por la calle, y era yo. He de decir que en aquel momento me subió mucho la autoestima. © Lampa / Genial.guru
- La primera vez fui a Inglaterra por trabajo. Me transfirieron un anticipo a la nueva tarjeta que justamente iba a buscar al banco. Llegué y este acababa de cerrar. No conocía a nadie y no tenía dinero en absoluto. De repente, vi a una empleada dentro de la sucursal. Desesperada, toqué la puerta. Tuve suerte, ya que la mujer abrió y le expliqué la situación. No era posible retirar dinero del banco fuera del horario de trabajo. Así que transfirió el dinero de mi cuenta a la suya, lo retiró en un cajero con su tarjeta y me lo entregó. Aunque no tenía por qué ayudarme. © Binita Sen / Quora
- Por un tiempo cuidé de una niña con necesidades especiales. Ella tenía cuatro años y yo 15. Estábamos viendo dibujos animados y sonó una canción. La letra decía “Te quiero”. La niña preguntó qué significaba esa frase. Dije que era cuando cuidas de alguien y esa persona te hace feliz. Se quedó pensando un rato, me miró y dijo: “Te quiero”, y me abrazó. ¡Fue tan sincero e inocente! © Zombiie_priincess / Reddit
- Mi hija tenía unos 12 años, estaba comprando algo en un supermercado y le dijo a la cajera: “Sonría más seguido”. Unos meses después, ella la reconoció en la calle y le agradeció su consejo. Debido a que ese mismo día en la caja había conocido a un muchacho... ¡y ahora se iban a casar! © Vladimir Pisarenko / Facebook
- Un día estaba en el balcón. De repente, un tipo atropelló a un perro y se fue. Salimos con toda la familia y empezamos a ayudar. Era un enorme can de pelea. Junto con nosotros, otras 15 personas vinieron a ayudarle. Dos chicas tenían plástico en la cabeza: se estaban pintando el pelo. Otro hombre vino corriendo en su ropa interior. Un veterinario pasaba por allí en su moto y aceptó ayudar al perro gratis, pero había que transportarlo de alguna manera. Un hombre desconocido se detuvo y lo llevó en su viejo camión. Y alguien sigue afirmando que no hay nada bueno en el mundo. © Oídoporahí / VK
- Rayé mi auto el otro día. Fui con un especialista que conozco. Un tipo normal, conduce un auto viejito. Acordamos que costaría 175 dólares. Me llamó antes del plazo: ya lo había hecho todo. Y dijo que el pintado no fue difícil y que la reparación costaría 25 dólares más barata. Todo el día he estado pensando: ¿qué le impedía cobrarme esos 25 dólares de más? Y me di cuenta de que simplemente era su conciencia. Este tipo no solo es un especialista en autos, sino también en vivir con conciencia. ¡Todo un jedi! © eugenek80 / Pikabu
- Si veo a una persona y me doy cuenta de que me gusta su vestido/sombrero/uñas, lo digo. El cumplido de un desconocido puede hacer sonreír a la persona. Y también les hago cumplidos a los hombres que conozco, pero sin que parezca raro. © june_june_hannah_ / Reddit
- Fui con mi novia a un festival de caballeros. Llegando al pueblo donde se realizaría, nos bajamos del último tren de ese día. Caminamos desde la estación hasta el castillo y los faroles no estaban encendidos, estaba oscuro. Encima, dos semanas antes del festival, todos los hoteles se habían ocupado. Esperábamos encontrar a unos conocidos para que nos dejaran quedarnos con ellos. Pero nos fuimos dando cuenta de que tendríamos que dormir en el parque. De repente, nos encontramos con un alegre grupo de desconocidos. Nos dijeron que iban a festejar toda la noche y nos regalaban su reserva en el hotel. Una noche en la cama y una ducha por la mañana son una bendición. ¡Muchas gracias, amable gente!
- Viajaba por Europa. Puse el pasaje de tren en mi cuaderno. Me di vuelta un segundo y este desapareció. Me puse a correr por la estación en pánico. De repente, un muchacho se acercó y preguntó qué había pasado. Me ayudó a solucionar todo y subir al tren. Me despedí de él con un abrazo y le di un beso en la mejilla. © Ann Borne / Quora
- No puedo ignorar a la gente que está llorando. Intento ayudar a los que no tienen suficiente dinero para el metro o la comida, siempre llevo conmigo alimento para gatos y perros. Devuelvo las cosas que encuentro. No espero la gratitud de la gente, pero el universo siempre me lo devuelve. Perdí la billetera y me la devolvieron; dejé el teléfono en el parque y llamaron para regresarlo; me torcí el tobillo, no podía bajar las escaleras y unos jóvenes me ayudaron. © Oídoporahí / VK
- Con un grupo de amigas fuimos por otra amiga que estaba en la sala de maternidad. Allí también había un hombre de 60 años con nosotros. Cuando llegó el momento de recibirla, las enfermeras miraban desaprobando al único hombre de nuestro grupo. Se acercaron a él y dijeron: “Pues, aquí tiene, ¡papá joven!”, acentuando con sarcasmo la palabra “joven”. El hombre se sintió incómodo y dijo que él era su jefe, que habían entendido todo mal. Las tan morales enfermeras estaban indignadas. La verdad era que mi amiga tenía 19 años. El padre del bebé había desaparecido durante el embarazo. Y el jefe no era más que un hombre compasivo con auto. Nos reímos junto con él durante todo el camino. © kisik4 / Pikabu
Bono: dicen que lo bueno regresa. Y cuesta creer lo literal que puede ser
- Esta historia tiene 41 años. Estaba en la sala de maternidad. Había dado a luz a un bebé de 6 meses, estaba terminando mis estudios y estaba a punto de defender mi diploma. Solo había una mujer en la habitación de al lado que aún no había dado a luz. Nadie la atendía. Gritaba tanto, me partía el corazón. Yo fui con ella: le llevaba agua, llamaba a la enfermera o al médico si los necesitaba. Finalmente, dio a luz sin problemas. Nos pusimos a charlar. Le hablé de mí, de que no podría defender el diploma ese año, ya que quería estar con mi hijo en el hospital. En el momento del alta, la mujer me dijo que no me preocupara por nada. Su marido resultó ser el profesor con el que tenía que presentarme. Tres meses después nos dieron el alta y aprobé los exámenes. © Natalia Ovsiannikova Jakobsdóttir / Facebook
¿Alguna vez te ha ayudado gente desconocida? ¿O tal vez tú fuiste el desconocido que ayudó?
Comentarios
Me encantó la historia de espere un milagro
Muero de amor con la niña de necesidades especiales y su cuidadora
Bravo por el especialista en autos!
Buenísimo artículo