15 Pruebas de que ser papá es aceptar una misión imposible... pero ellos lo lograron

No todos los héroes usan capa... algunos llevan mochilas llenas de loncheras, dominan el arte de peinar colitas a las 7 a.m. y responden preguntas imposibles mientras lavan los platos. Ser papá no siempre tiene reflectores, pero en cada gesto cotidiano —grande o pequeño— hay un acto de amor silencioso que muchas veces pasa desapercibido.

En este artículo reunimos 15 historias de padres que, sin hacer ruido, estuvieron justo donde su familia más los necesitaba. Porque a veces el verdadero heroísmo se esconde en los detalles.

• Hace unos 7 años, mi esposa me confesó lo mucho que le dolía haber dejado su carrera. Pasaba los días cuidando de nuestros hijos. Yo le dije: “No hay problema, cariño, yo cuidaré a los niños y tú ve y demuestra de qué estás hecha”. Todo iba bien, pero durante esos 7 años, hombres se me acercaban y me decían cosas como “¿Te dejó tu esposa con los niños otra vez?” o “¿Qué hiciste para merecer esto, amigo?”. Las mujeres me echaban de la sala de padres, tratándome como si no pudiera hacer nada. Y las madres solteras me miraban como si yo también lo fuera, porque para ellas no podía haber otra razón para que un hombre cuidara a sus hijos. Pero mis hijos adoran cuando estoy cerca. Cocino bien, y después de haber dirigido un equipo de diseño de jardines, puedo manejar a cinco niños y hacer las tareas del hogar. © TheManRedeemed / Reddit
• Cuando mi hija tenía 10 años, se entusiasmó con la idea de participar en una obra de teatro amateur de “La Bella y la Bestia”. Pero dudaba tanto de sí misma que casi decidió no ir a la audición. Mi esposo, quien había actuado en obras escolares, intervino y le dijo que él también haría la prueba. Sabía que no pasaría la audición, pero quería mostrarle a nuestra hija que no hay nada de malo en intentar algo que parece imposible. Al final, mi hija consiguió el papel de Chip, y mi esposo, que no quería actuar en absoluto, fue elegido para el papel de Maurice, el padre de Bella. © chipdipper99 / Reddit

• Hace unos años, las cosas en el trabajo iban mal. Estaba en la ruina. Un día, llegué a casa y la encontré vacía. Sobre la mesa había una nota de mi esposa. Escribió que se iba con nuestra hija porque yo no podía mantenerlas. Durante un tiempo, no me dejaron acercarme a mi hija, pero pronto mi situación financiera mejoró. Conseguí la custodia compartida y ahora trato de recuperar el tiempo perdido. Los fines de semana hacemos todo lo que ella quiere: visitamos museos, parques, festivales o vamos al cine. Pero ayer, cuando fui a recoger a mi hija de la escuela, mi exesposa y su nuevo esposo me detuvieron. Me dijeron que estaban esperando un bebé y, como el negocio de su esposo estaba en problemas, me pidieron que dejara de consentir tanto a nuestra hija; no podrían costear los mismos gastos para el próximo niño. No querían conflictos entre los hermanos en el futuro. Yo les dije que quería hacer feliz a mi hija y que no iba a reducir los gastos en ella. Al final, mi exesposa me gritó, diciendo que solo era un papá para entretenerme y que usaba mi dinero solo para vengarme de ella. © DecisionInfinite6688 / Reddit
• Me llamaron del jardín infantil y dijeron que a mi hija le dolían y lagrimeaban los ojos. Por la mañana estaba bien. La llevé al oculista, quien la mandó a casa por una semana con diagnóstico de conjuntivitis. Le pedí a mi esposo que cuidara de ella, y él aceptó: “Solo hay que ponerle gotas, es como unas vacaciones”. Pero el primer día, a nuestra hija le empezó a doler un diente. Fuimos al dentista y le sacaron dos dientes de leche porque la inflamación se había extendido. El segundo día, la niña empezó a toser. Tuvimos que hacer gárgaras, limpiar sus dientes y ponerle las gotas en los ojos. El tercer día, mi hija dijo: “Papá, me duele el oído”. Otra vez al médico, quien le recetó gotas para los oídos. Luego tuvimos que hacer análisis de sangre y radiografías. Mi esposo pasó dos semanas cuidando de la niña y yendo de médico en médico. Y se quejaba: “Quería descansar, y vaya que lo hice”. Nunca corrió tan feliz al trabajo como después de esas “vacaciones”. © ZveZda*** / Pikabu

• Cuando nació nuestro hijo, mi esposo se quedó conmigo hasta que me dieron de alta. El personal médico estaba sorprendido, y una enfermera incluso dijo que llevaba 20 años trabajando en el área de maternidad y nunca había visto a un padre quedarse tanto tiempo con su bebé y su esposa. A mí me hicieron una cesárea, y él simplemente quería ayudarme mientras me recuperaba. Cuando nuestro hijo, ya mayor, estuvo en el hospital, mi esposo se quedó con él, lo cual fue más conveniente para ambos. El personal médico no dejaba de preguntarse cuándo se haría cargo la mamá o elogiaban a mi esposo por su “heroísmo”. © thegrimrita / Reddit
• Soy papá y cuando estoy con mi hija en centros comerciales y otros lugares públicos, surge la pregunta: ¿a qué baño vamos? Siempre entro al baño para personas con discapacidad. Si alguien me pregunta por qué, les devuelvo la pregunta: “¿A cuál deberíamos ir?”. Mientras piensan en la respuesta, ya me he ido. © efkz / Pikabu
• Mi esposa y yo tenemos un hijo de 8 meses. Ella sufre de depresión postparto, así que he tratado de encargarme del bebé todo este tiempo. Pero cada vez que vamos de visita y cambio el pañal del bebé, la gente dice: “Oh, cambias pañales, qué bien”, y lo dicen como si hubieran descubierto mi “secreto”: que solo finjo ser un buen padre en público. © Unknown author / Reddit

• Viví con mi madre y mi padrastro. Él me había criado desde los 3 años. A los 15, empecé a bajar mi rendimiento escolar y a salir todo el tiempo. Mi padrastro trató de intervenir, pero terminamos peleando. Él intentaba hacerme entrar en razón, pero en mi rebeldía adolescente, le grité: “¿Y tú quién eres? ¿Mi papá?”. Así fue como una chica de 15 años hizo llorar a un hombre de 40. Aún me siento culpable. © Overheard / Ideer
• Me divorcié de mi esposo. Después de un tiempo, empezaron las peleas con mi hija, que decía que su papá era genial y que yo era un monstruo y lo hacía todo mal. La envié a vivir con él, pensando que en un mes ambos estarían desesperados. ¡Pero ya ha pasado un año! Mi hija está feliz allí, no han tenido peleas y ella incluso ha mejorado en sus estudios. Mi ex ha adelgazado, y ahora van juntos al gimnasio. Recientemente, estuve en su casa y estaba todo limpio. Antes, ambos eran un desastre. © Oído / Ideer
• A mi esposo no le permitieron entrar a la piscina. Nuestra hija tiene 4 meses y él está en casa con ella mientras yo trabajo. Quiso inscribirla en clases de natación para bebés, pero no se lo permitieron, diciendo: “Entienda que las otras madres se sentirán incómodas con usted”. © OTBEPTKA / Pikabu

• Recuerdo que trabajaba en la recepción de un gimnasio cuando un padre y su hija se me acercaron, preguntando dónde podían cambiarse. Me quedé sin saber qué decir. No había vestuarios separados para padres e hijos, así que tuve que enviarlos a un solárium vacío. © Ananazig / Pikabu
• Cuando conocí a mi actual esposa, ella tenía una hija de 3 años. Nos llevamos bien rápidamente, y cuando cumplió 4, empezó a llamarme papá. Ahora tiene 13, y su padre biológico aparece de vez en cuando. Pero ella también lo llama papá, aunque solo me llama a mí así cuando estamos solos. Ayer por la noche, estaba en casa de su papá y de repente recibí un mensaje de ella: “Ven a buscarme”. Llegué, y ella casi llorando se lanzó a mis brazos, quejándose de dolor. Vi que su brazo estaba lleno de moretones e hinchado. Resulta que se cayó de la patineta. Le pregunté a su padre por qué no había dicho nada a mi esposa, y él respondió que nuestra hija estaba exagerando, que no era para tanto. No pude contenerme, y mientras ella se subía al coche, le dije a su padre que su comportamiento mostraba quién era el verdadero padre. Al final, la llevé al hospital y resultó que tenía el brazo fracturado. Estuvimos allí hasta la una de la mañana. © HopefulAd1737 / Reddit

• Voy a la piscina y veo a dos niñas pequeñas, de 3 y 5 años, de pie en la entrada de los vestuarios femeninos, temblorosas y agarradas de las manos, asustadas de entrar. No había puerta en el vestuario, y el papá estaba al otro lado, gritando: “¡Vayan, no tengan miedo! Pídanle a alguna señora que les ayude a encender la ducha” (la ducha funciona con sensores). Pensé en lo difícil que debe ser para los padres: no pueden cambiarse juntos, y los niños están fuera de su vista por mucho tiempo. © citis / Pikabu
• Mi esposa y yo tuvimos una hija. Trabajo desde casa, así que cuando ella empezó a volverse loca durante la baja por maternidad, le dije que regresara al trabajo, al principio a medio tiempo. Pero nuestra hija creció y empezó a demandar más atención. Yo tenía que pedir más permisos en el trabajo. Mientras tanto, la carrera de mi esposa despegaba y me rogaba que la dejara trabajar a tiempo completo. Me enojaba, pero sabía que no quería privar a mi esposa de esa oportunidad. Así que oficialmente me tomé la baja por paternidad. En los 6 meses que llevo cuidando a nuestra hija, mi entorno se ha dividido en dos: muchos me apoyan, pero algunos amigos me miran con desconfianza. Pero cuando llevo a mi hija a casa en brazos, que ya pesa casi 14 kilos, además de las bolsas, sé que tomé la decisión correcta. © SoldatovVA / Pikabu

Bono

• Cuando a mi esposa la llamaron porque su madre había tenido un accidente, me dejó a cargo de nuestros tres hijos: Martín (5), Simón (8) y Valeria (12).
  El primer día casi olvido a uno en el colegio. El segundo, Valeria se me acercó nerviosa:
  —Papá... me vino la regla.
  Entré en pánico. Fui al supermercado, pero estaba bastante perdido. Busqué en Google y me confundí aún más. Mi último recurso: Pedirle ayuda a una desconocida. Se apiadó de mi cara de tragedia y regresé a casa como un héroe, con la caja correcta. Valeria me abrazó. Casi lloro.
  Pensé que había pasado lo peor, pero el tercer día, Simón se metió un lego en la nariz, Martín pintó al perro, y Valeria tenía cólicos. Aun así, lo logramos.
  Cuando Laura volvió, la casa era un caos, pero todos estaban bien.
  —¿Sobreviviste? —me dijo.
  —Crecí —le respondí.
  Ser papá también es eso: improvisar, cuidar, y estar ahí... aunque quemes la sopa.

Estas historias nos recuerdan que la paternidad también es sinónimo de entrega, vulnerabilidad y presencia. A todos esos papás que dan lo mejor de sí cada día, este homenaje va por ustedes.

¿Te gustó? Entonces no te pierdas estas otras historias inspiradoras sobre familias que superaron lo imposible a punta de amor.