En su trabajo, los empleados de servicio entran en contacto con una gran variedad de personas todos los días. No es de extrañar que siempre tengan historias que contar sobre clientes que hacen algo fuera de lo común. Como escaparse sin pagar la ropa y luego convertirse en clientes habituales, o llevar de vuelta los huesos de un pollo recién comprado y exigir un reembolso por su peso.
En Genial.guru, revisamos Internet en busca de historias sobre clientes especialmente memorables. Junto con los autores de estas historias, nos indignamos, nos reímos y nos sentimos conmovidos.
- Soy odontopediatra. A la pregunta “¿cuántos años tiene el niño?”, la madre no respondió, porque, atención, los lunes no se dice la edad. @ Elena Dolintsa / Facebook
- Trabajaba en una tienda de cosméticos y perfumería. Un día, llegó un hombre. Buscaba un perfume, pero no sabía cuál exactamente. Le pregunté si era un regalo para alguien especial. Resultó que su esposa había fallecido recientemente y él quería un frasco de su perfume favorito. Probamos todos los frascos y, finalmente, encontramos aquel mismo perfume. Me gustaría agradecerle haberme permitido, al menos en cierto modo, reunirlo con su esposa. © antipatico_6 / Reddit
- A una amiga mía que vendía pollo, un hombre le compró un pollo ahumado. Tres días después, este le llevó los huesos y pidió que le devolviera el dinero según el peso, ya que no comía huesos. @ Ludmila Tsurkova / Facebook
- Tenemos una clienta que, de manera regular, le compra calcetines a su esposo. Los revisa durante mucho tiempo, examina las costuras, los huele y luego intenta inflarlos para ver si son transpirables o no. Y así con todos los pares, incluso de la misma marca que compró la última vez o la anterior. @ Julia Antonyuk / Facebook
- Trabajo en una farmacia. A menudo, nos visitan personas a las que llamo “perdidas”, porque piden cosas que no puede haber en una farmacia. Pilas, recargas de saldo, frambuesas al peso. Recientemente, entró un joven y dijo: “¿Por qué vine aquí?”. Y se fue. © Oídoporahí / VK
- Trabajaba como cajera en un supermercado. El cliente, un hombre de mediana edad, compró un montón de productos, incluidos lichis. Nunca los había visto antes y no sabía lo que eran. Le pregunté amablemente qué tipo de producto era. Se sorprendió de que nunca hubiera probado los lichis y me dijo que debería hacerlo. Le contesté que me compraría un poco después de trabajar, pero él insistió en que pelara y me comiera ahí mismo uno de sus lichis. Fue divertido. Un hombre tan amable. © unluckyducker / Reddit
- Una vez, una clienta eligió un conjunto de ropa por un valor impresionante, se lo puso en el probador y dijo que iría así. Muy bien. Empaqué su propia ropa en una bolsa esperando a que pagara, pero me dijo: “¡Señorita, vendré mañana y pagaré!”. Solo abrí la boca y ella gritó: “¡Señorita, mi destino está en juego!”. Y salió corriendo sin pagar. Al día siguiente, me trajo el dinero. Ahora es mi clienta habitual. @ Julia Antonyuk / Facebook
- Quince minutos antes de terminar la jornada laboral, anunciamos que estábamos a punto de cerrar. Pero un hombre entró al probador con un montón de camisas. Le informé firme pero amablemente que la tienda estaba cerrada por la noche. Así que empezó a tirarme las prendas gritando que no era su culpa que no hubiera oído el anuncio. © Anne Freeman / Quora
- Soy una bibliotecaria con experiencia. Un día, llegó un cliente y dijo que quería un libro: “No recuerdo el autor, he olvidado el título, ¡pero hay una lámpara de escritorio en la portada y, arriba, un caballo con alas!”. @ Irina Subbotina / Facebook
- Soy ginecólogo. Vino una mujer con un problema.
Yo: “Quítese la ropa, suba al sillón”.
Ella: “¿Cómo? ¿Ahí? ¿Por qué?”.
Yo: “Bueno, soy médico, ginecólogo”.
La señora estaba segura de que, al escuchar su breve relato y mirarla a los ojos, le recetaría la pastilla necesaria y listo. @ Igor Pospelov / Facebook - Una vez, llegó una abuelita a devolvernos los zapatos que le había comprado a su nieta. Revisé el recibo y resultó que los había comprado hacía 2 meses. Se veían desgastados y le pregunté qué les pasaba. La señora respondió que estaban bien, pero que su nieta los amaba tanto que los llevaba todos los días y ahora estaban sucios. Le expliqué que no podía aceptar la devolución, porque había pasado demasiado tiempo y, además, los zapatos estaban usados. Me respondió que estaban defectuosos, porque las suelas estaban sucias y que nuestra empresa debía estar al tanto de que los niños no sabían mantener limpios sus zapatos. Repetí que no podía aceptar esta devolución, pero podía ayudarla a escoger otro par y darle un cupón del 15 % de descuento. La abuelita dijo que no compraría nada aquí porque nuestros zapatos se ensuciaban demasiado rápido. Agarró su bolso y se fue. © MaiTai0427 / Reddit
- Una llamada:
—¿Pueden conectar una impresora a la laptop? He comprado una impresora nueva y no hemos podido hacerlo.
—Sí, traiga la impresora, la laptop y los cables.
Nos trajo la impresora y los cables.
—¿Y la laptop?
—Solo necesito que me conecten la impresora. La laptop funciona, no hace falta conectarla, solo la impresora.
—¿Conectar la impresora a qué?
—¡A la laptop!
—¿Y dónde está?
—¡Uf, ahora lo traigo!
Se alejó y en la puerta dijo en voz baja: “No pueden hacer nada por sí mismos, ¡hay que llevarles todo!”.
Después de que la clienta trajera la laptop, conectamos la impresora en pocos minutos. © Vigilar / Pikabu - Trabajaba en una tienda que estaba en una venta por liquidación. Por la noche, junto a mí pasaron una mujer muy embarazada y su madre y oí: “Creo que se me rompió la fuente”. Inmediatamente, les pregunté si necesitaban una ambulancia y me quedé sin palabras cuando la madre contestó que iban a seguir comprando un poco más porque estas rebajas eran demasiado buenas para perdérselas. Y su hija estaba de acuerdo. Así que continuaron recorriendo la tienda, mirando a su alrededor y, finalmente, llegaron a la caja. Cuando salían para el hospital, la mujer ya estaba de parto. © fusillihair / Reddit
- Una historia de la vida de nuestra tienda. Una clienta pidió un vestido para la estatura de 128 cm y una compañera le enseñó uno azul precioso. La clienta dijo: “¡Pero es azul, es para un niño!”. © Stella Voldmane / Facebook
- Trabajo como cajera. ¡He visto de todo! Pero este caso lo recordaré durante mucho tiempo. Se acercó un hombre mayor, escaneé sus compras y le dije el precio. Entonces empezó a desabrochar y abrochar sus pantalones. Me quedé sin palabras y me di media vuelta de inmediato. Enseguida empezó a disculparse y me dijo que no iba a hacer nada malo, que simplemente llevaba puestos dos pares de pantalones y que su cartera estaba dentro de los de abajo. Un cliente interesante. © HometownJess / Reddit
- Trabajaba en una joyería. Veinte minutos antes del cierre, entró un hombre confundido y dijo que necesitaba un regalo para su esposa. Tardé mucho en averiguar qué le gustaba y qué solía llevar, calculé por el mes cuál era su piedra de nacimiento. Al final, elegí para ella una pulsera de oro con zafiros. Unos días después, el hombre regresó con su esposa. Ella se me acercó, me mostró la pulsera, sonrió y dijo: “Muchas gracias por ayudar a mi esposo a encontrar un regalo tan maravilloso. Me encanta”. Sigo sintiéndome feliz de que el cliente estuviera tan contento con su regalo. © blue_moon_dreams / Reddit
¿Qué anécdotas inolvidables te han ocurrido en las tiendas a ti?