16 Historias que prueban que ser padre es esperar lo inesperado

Historias
hace 2 horas

La paternidad está llena de momentos inolvidables, pero nada nos prepara para las sorpresas que los niños traen a nuestras vidas. Con su creatividad sin límites, lógica impredecible y una honestidad que no conoce filtros, logran convertir lo cotidiano en una aventura llena de giros inesperados. Desde las preguntas más extravagantes hasta ocurrencias que nadie podría prever, cada día con ellos es una prueba de que el manual para ser padre simplemente no existe. Estas 16 historias lo confirman: cuando se trata de niños, lo único seguro es que nunca dejan de sorprendernos.

  • Una vez, le estaba dando de comer a mi hija con una cuchara, haciendo el juego del “avioncito”. Ella tenía unos tres años. Entonces, se volvió a mí y me dijo que ella también jugaba el “avioncito” con su hija. Me asombré y pregunté cuando pasó y me dijo: “Hace mucho mamá, ni siquiera había nacido”. © Rafaela Camila da Silva / Facebook
  • Mi abuelo siempre cantaba una canción cuando llegaba del trabajo. Mi hija no lo conocía, pero cuando cumplió un año, comenzó a tararear la misma canción que él silbaba... ¡Nunca la había escuchado! © Aline Sampaio / Facebook
  • Estaba embarazada y le pregunté a mi primera hija, que entonces tenía 3 años: “¿Qué hay en la barriga de mami: ¿un hermanito o una hermanita?”. Y ella respondió, de la manera más natural: “Es mi hermana Patricia”. Y así la llamamos. © Mara Lucimar Fernandes da Silva / Facebook
  • Mi hijo dijo que tenía un hermano y una hermana. Le dije: “No hijo, solo tienes una hermana”. Y él respondió: “Mami, tengo un hermano que vive lejos y ya es grande. Tiene 6 años”. © Jaqueline Silva / Facebook
  • Mi hijo tenía cuatro años cuando fuimos a pasar la noche a casa de su madrina. Cuando nos acostamos, vio una manta y me dijo que su papá tenía una así cuando era niño, que solo era un poco diferente. Tomé la manta y fui a la habitación en la que estaba mi esposo y le pregunté: “Cariño, ¿recuerdas una manta como esta?”. Y él respondió: “Sí, yo tenía una así cuando era niño, ¡pero la mía era verde!”. © Tamiris Borges / Facebook
  • Mi hijo tenía un amigo imaginario. Cuando tenía cinco años, me dijo que su “amigo” dijo que viviría en Victoria. Cuatro años después, mi esposo se fue a trabajar a Victoria y nos mudamos allá. © Lucília Balduino / Facebook
  • Mi hija tiene dos años y diez meses y siempre dice que tenemos que ir a visitar a su abuelo Rafael. Ella no tiene un abuelo con ese nombre, pero siempre habla de él como si fuera alguien que sabe que existe de verdad, y que tenemos que ir a verlo. © Milena Cristine Zavarise / Facebook
  • Durante el velorio de mi cuñado, que se estaba llevando a cabo a kilómetros de distancia, mi sobrina, de 2 años, se cayó. Sin embargo, en cuestión de segundos, se levantó por sí misma. La niñera y mi hija corrieron a ayudarla, pero ya estaba de pie. Entonces, emocionadas, le dijeron: ’¡Felicidades, ya eres una niña grande, te levantaste sola!’
    Ella se giró y, señalando como si estuviera tomando la mano de alguien, respondió: ¡Fue papá!" © Ieda Paz / Facebook
  • Mi hijo iba a cumplir cinco años cuando su prima se iba a casar. Estábamos eligiendo la música para la entrada a la iglesia. De repente, sonó una canción orquestada y mi pequeño soltó: “¡Es Elvis! ¡Entra con esa!”. Detalle: yo nunca había escuchado a Elvis con él. Entonces le preguntamos “¿conoces a Elvis?”, y contestó: “¡Por supuesto que sí!”. © Patricia Andrade / Facebook
  • Cuando era pequeña, mi hija decía que sabía que seríamos la mejor familia que tendría y que había esperado mucho tiempo para nacer en ella. © Michelle Küster / Facebook
  • Cuando estaba embarazada de mi tercer hijo, mi hija menor de tres años me dijo: “Mami, el bebé va a nacer hoy”. Le respondí: “No, hoy no”. Cuando llegó la noche, nació. Pensar que cuando me dijo eso todavía no sentía el más mínimo dolor ni ningún síntoma. © Jéh Santos / Facebook
  • La hija de mi prima siempre me llamaba Paloma. Un día, su mamá le preguntó por qué me decía así, si mi nombre era Paula. Ella contestó que, cuando me conoció, yo me llamaba Paloma. Yo trabajaba en un preescolar. Un día, una niña de unos cinco años me vio y me dijo: “Tía Paloma, hace mucho que no te veo”, y me abrazó. © Ana Paula Ana Rafaella / Facebook
  • Hace un mes, le dije a mi hijo de cinco años que íbamos al cine. Él dijo: “Qué bueno, mamá, quiero ver esa película sobre el barco que se hunde”. Inmediatamente le pregunté: “¿Titanic?”, y él respondió: “Esa misma, mamá, la que vimos una vez en el cine”. Y sí, fui al cine a ver Titanic cuando tenía diez años con mi mamá, pero nunca le dije eso y mi hijo nunca ha visto esa película. © Agda Fernanda Teodoro / Facebook
  • Cuando mi hijo tenía cuatro años, me puso la mano en la barriga y me dijo: “Mami, ahí dentro hay un bebé”. Me quedé asustada, y le dije: “Claro que no, ¿de dónde sacaste esa idea?”. Sin embargo, y por las dudas, me hice una prueba de embarazo y salió positiva .© Kenia Oliveira / Facebook
  • Mi segunda hija es casi nueve años menor que su hermana, pero desde que empezó a hablar me dijo que me habían elegido a mí como madre, y que “en la línea de nacimiento”, ella nacería primero. Y que, como su hermana corría mucho más rápido, nació antes. © Christiane Silva / Facebook
  • Mi hijo de seis años dijo que quería volver a mi barriga porque le gustaba estar allí, pero que ya no recordaba cómo era por dentro. © Ausonia Faustino / Facebook

Comentarios

Recibir notificaciones
Aún no hay comentarios. ¡Puedes ser el primero!

Lecturas relacionadas