Miranda, la gatita 4, me pareció preciosa
16 Historias de nuestros lectores que demuestran que a veces subestimamos la astucia y sabiduría de los gatos
Los gatos son animales domésticos realmente curiosos: se dice que pueden invertir hasta el 24 % de su día acicalándose, pasan más de la mitad del tiempo durmiendo y, entre otras cosas, tienen una forma especial de “hablar con nosotros”, pues los maullidos están reservados (casi exclusivamente) para comunicarse con los humanos. Más allá de todo esto, quienes tienen un felino en casa saben que sus ocurrencias son tan extraordinarias que podrían escribirse varios libros con ellas.
Genial.guru recopiló entre los comentarios de sus lectores, diversas historias que demuestran lo especiales que son estas mascotas y decidió compartirlas contigo. En el bono, podrás conocer a algunos de sus protagonistas.
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Adopté a mi gato de mes y medio. Desde el primer día se acostó sobre mi barriga, ronroneaba y se frotaba sobre ella. Pasado un mes, noté que estaba embarazada, ¡y él siguió con sus cariños! Hoy mi hija tiene 15 meses y mi gato la protege de todo. Si llora, corre a ver qué pasa; cuando se despierta, él es quien me avisa y además le encanta dormir a sus pies. Es su mejor amigo y su guardián. Daniela Monsalve / Facebook
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Todos los días por la mañana salgo de mi casa a toda prisa, y no me da tiempo ni de hacer la cama. Mi gatito se queda en la lavandería. Cuando llego por la noche, empiezo a tender mi cama mientras el gato me espera pacientemente en la puerta. Cuando termino, voltea a verme como diciendo “ya era hora”, y salta para dormir como un rey en medio de la cama, jajaja. Yahaira Eli RV / Facebook
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Mi gato Odín empieza a maullar cuando voy a llenar la cubeta para limpiar la casa o cuando riego el jardín. Busca tomar agua directamente de la manguera; parece un perro en vez de un gato, a veces pienso que tiene doble personalidad. Cinthya R’Ceballos / Facebook
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Soy diabética y mi gata me ha despertado en ocasiones en que he tenido el azúcar muy baja. La primera vez que lo hizo no logré entenderla. Pero luego, la segunda vez comprendí que se subía sobre mí y comenzaba a molestarme con sus patitas hasta despertarme, porque de alguna manera sabía que necesitaba azúcar. Puedo decir que me salvó. Ines Ramos / Facebook
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Uno de mis gatos parece un perro disfrazado, atrapa la correspondencia cuando la entregan por debajo de la puerta y la lleva hasta donde estoy. También agarra sus juguetes cuando se los arrojo por el aire y luego me los trae esperando a que se los vuelva a lanzar. Son una caja de sorpresas. Laura Martinez / Facebook
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Mi gata siempre ha sido libre de estar donde quiera dentro de la casa menos en nuestro dormitorio. Una mañana se subió a la cama y nos despertó. Por más que insistimos en que se fuera, no lo hacía. Después entendimos que quería que saliéramos porque sabía que a los pocos minutos habría un terremoto. Victoria Sánchez / Facebook
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Una vez me enfermé cuando mi gata pequeña solo tenía 2 meses. Ella, preocupada, se sentó en el borde del inodoro mientras yo vomitaba y me tocaba con su patita. Cuando me levanté, me encontré con que todo el suelo estaba mojado. Resulta que tomó una esponja de baño y se puso a limpiar con ella, como intentando ayudar a mi mamá. Karlita Ason Rodriguez / Facebook
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Dakota ya cumplió 21 años. Me pareció necesario que mi hijo tuviera una mascota que le enseñara a sentir empatía hacia los animales. Es tanto lo que ambos se quieren que me felicito por haber tomado esa decisión. En una ocasión, alguien dijo que odiaba a los gatos y mi nene le respondió: “No vayas nunca a nuestra casa”. Aclaro que Jordan tiene síndrome de Down y es solo afectivo con los animales. Con las personas es atento, pero pone distancia. Nora Bagnis / Facebook
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Mi gatita era muy apegada a mí. Un día estaba muy triste y lloré tanto que no me di cuenta de que ella estaba mirándome. Se acercó a mí, se metió entre mis brazos y con su carita secó mis mejillas; además, se desveló conmigo mientras yo hacía mi tesis. Fue mi motor para terminarla. Los animales son maravillosos. Niky Vargas Garzón / Facebook
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Mi hija gatuna cuando era pequeña maullaba en la puerta cuando quería salir. Yo dejaba el juego de llaves colgado permanentemente en la puerta y siempre con una vuelta cerrada, así que se movían antes de abrir. Un día, escuché las llaves sacudirse a cada rato, me acerqué y era Jazmín. Estaba paraba en dos patas, estirada, moviendo las llaves mientras retrocedía tocando la puerta de arriba abajo como esperando a que se abriera. Martin Mujica / Facebook
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Mi gato Gilbert llegó solo a mi negocio. Un día, escuché maullar a un gatito que no salía de su escondite, entonces le compré alimento y le puse dos platos: uno con agua y el otro con croquetas. Actualmente tiene más de un año con nosotros y es muy educado. Si me excedo en la porción de croquetas, las que quedan en el plato simplemente no las come. Maúlla y exige que le limpiemos su plato, y solo cuando le hacemos caso, acepta nuevamente croquetas. Yendi Cruz / Facebook
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A mi gato Merlín le gusta desde muy chiquito jugar con una pelota que hago con el envoltorio de los chocolates. Yo la arrojo y él la trae hasta mis pies para que se la vuelva a arrojar. ¡Es muy divertido! Salvo cuando quiere jugar a las 4 de la madrugada y me despierta saltándome en la cabeza y dejando la bolita de papel junto a mi cara para que se la arroje. Mirta Vyllarino / Facebook
Bono: también nos presentaron a sus felinos
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¿Tienes alguna historia para agregar? ¿Has tenido gatos que comparten su espacio con otros animales? ¡Queremos conocerlos! Cuéntanos sobre ellos en los comentarios.
Comentarios
Curioso que el gato supiese antes que la mujer que estaba embarazada
Siempre me han parecido animales muy listos
Wooow la historia del terremoto