No quiero imaginar la cara del jefe y el empleado que fueron a la misma entrevista de trabajo ?
16 Personas contaron sobre las situaciones embarazosas que hicieron inolvidables algunas de sus jornadas laborales
En promedio, durante su vida, una persona pasa 90 mil horas en el trabajo, es decir, más de 10 años. No es sorprendente que allí ocurran eventos de mucha importancia, a veces se entabla una amistad o, por el contrario, se hacen enemigos. Pero aún más a menudo, los días laborales están llenos de curiosidades y fracasos que, al recordarlos, nos dan vergüenza y risa al mismo tiempo.
En Genial.guru, adoramos a las personas que pueden reírse de sí mismas. Fueron ellas quienes contaron estas 16 historias sobre las situaciones más ridículas y embarazosas que les han ocurrido en el trabajo.
- Una vez, le pedí un día libre a mi jefe con el pretexto de estar enfermo, y fui a una entrevista a otra empresa. Pero mi jefe hizo lo mismo: nos encontramos allí en la sala de espera. Por cierto, ninguno de nosotros consiguió ese empleo. © mgtd76 / Twitter
- Un excolega solía guardar un sándwich en la nevera al llegar a la oficina cada mañana; después de él, venía una mujer y también dejaba su comida en la misma nevera. Por lo tanto, esta señora veía diferentes sándwiches cada vez que abría la nevera, pero pensaba que eran el mismo. Dos semanas después, tiró un sándwich recién hecho a la basura para que mi colega no se intoxicara. Dicen que el chico se quedó hecho piedra cuando vio con sus propios ojos cómo su almuerzo había sido arrojado a la basura. © friel / Pikabu
- Hace muchos años, trabajaba en un banco. Una vez, imprimí varias hojas de correspondencia personal con mi novio y luego no pude encontrarlas. Al final, me di cuenta de que las había adjuntado a mis informes. © RMCunliffe / Twitter
- Para una reunión de negocios con el vicepresidente de Google, me puse unos zapatos con cordonera sofisticada. Al final de la reunión, intenté irme, pero me di cuenta de que los cordones de los zapatos se habían enredado y enganchado a la silla. En aquel momento, le di mil vueltas a la cabeza pensando si marcharme con la silla, descalzarme o cortar a mordiscos mis piernas. © danbri / Twitter
- Siendo estudiantes, mi amigo y yo trabajábamos en una cafetería. Una vez, mi amigo accidentalmente echó mayonesa en la batidora. Sorprendentemente, recibimos solo un par de quejas, y a todos los demás realmente les gustó el batido de mayonesa y chocolate. © bracestower / Twitter
- Anteriormente, trabajaba en una gran empresa y llevaba unos cuantos meses viendo una chaqueta fea que colgaba de una percha frente a mí. Nadie la usaba. Al final, no pude soportarlo y la tiré a la basura. Luego resultó que era la chaqueta de mi jefe. © johnszim / Twitter
- Hace muchos años, tuve la oportunidad de trabajar como jefe de intérpretes en una gran empresa. Asistí a una reunión importante, todo iba bien, pero en ese momento abordaron el tema de equipos para extraer la vesícula biliar (la empresa se dedicaba al procesamiento de carne). Se produjo una incómoda pausa, el director me estaba mirando a mí, yo estaba mirando a mis intérpretes, y todos ellos pudieron leer en mis ojos: “El archivo está vacío”. Nadie sabía traducir “bilis” al inglés. Uno de los socios daneses salvó la situación preguntando: “Oh! It’s about yellow stuff?”. Nuestro director, sonriendo estúpidamente, le respondió: “Exacto”. Entonces la reunión continuó. La palabra “stuff” en nuestro idioma suena similar a la palabra “chisme”. Así que, allí estábamos, licenciados jóvenes, viendo cómo hombres de negocios serios repetían las palabras “chisme amarillo” una y otra vez, hablando sobre asuntos importantes y contratos multimillonarios. © MissLoyality / Pikabu
- Dejé una carpeta con documentos para una demanda multimillonaria en el metro. Fue encontrada por un indigente y vendida a un abogado por una suma considerable. Afortunadamente, allí no había documentos confidenciales, pero aun así me despidieron. © Shady_Milkman / Reddit
- En mi conjunto residencial vive un hombre de unos 40 años. De niño, le pasó algo y quedó mal de la cabeza, pero es un tipo muy bondadoso y alegre, además, tiene una novia que es igual que él. Soy amiga de ellos. Estaba en una entrevista de trabajo y estos dos me vieron por la ventana y entraron corriendo a la oficina para decirme: “Ven rápido, encontramos un local que ofrece comida gratis”. Se produjo una pausa. “No quiero hacerle perder más tiempo”, dijo el director y se echó a reír. © “Oído por allí” / Vk
- Estaba trabajando de maestra en un jardín de niños. Cuando un papá volvió a traer tarde a su hija, me dispuse a llamarle la atención. Pero cuando lo miré a la cara, me di cuenta de que intentaba contener la risa. Me enfadé aún más. Entonces, el hombre, dándome una gran sonrisa, dijo: “¡Se ve espectacular hoy!”. Y se fue. Miré hacia abajo: se me había levantado la falda casi hasta la cintura. © “Oído por allí” / Vk
- Hace tiempo, tuve la oportunidad de conocer al actor Brian Cox y entrevistarlo. Acordamos encontrarnos al lado de un centro comercial. Había mucha gente alrededor, y no lograba encontrar a mi interlocutor. Pasó mucho tiempo, la multitud se disolvió, solo quedamos un hombrecito pequeño y yo. Ambos miramos el reloj e intercambiamos miradas. Al final, no pude soportarlo y decidí irme. Al dar 5 pasos se me ocurrió que era el hombre que estaba esperando, me di media vuelta y susurré con horror: “¿Brian?”, “¡Sí, soy yo!”, gritó el hombre. No hace falta decir que nuestra entrevista fue un poco tensa. © AliCatterall / Twitter
- Una vez recibí un correo electrónico que contenía un virus y decidí advertirles a mis colegas sobre el peligro. Envié una advertencia a toda la empresa, adjunté un ejemplo del correo con el virus para que supieran cómo se veía, pero olvidé eliminar el virus. © Entropy72 / Twitter
- Al volver a casa del trabajo, generalmente, me quito toda la ropa y me voy a la ducha. Esa mañana tenía muchísima prisa, así que me puse rápidamente los pantalones del día anterior y fui corriendo a trabajar. Para mi horror, mis calzones que había usado anteriormente se habían quedado atrapados en una pernera y se cayeron en el suelo de la oficina. Permanecieron allí varios días: nadie quería recogerlos. Yo tampoco lo hice: tenía miedo de que todos supieran que eran míos. © StellaPurrCam / Twitter
Y tú, ¿recuerdas alguna situación embarazosa que pasaste en tu trabajo?
Comentarios
Qué vergüenza el de las cartas con el novio
Ya es casualidad ir vestido justo como los camareros del local
Muy lista la persona del correo del virus XD
Me moriría de vergüenza si salgo de casa con la ropa interior enganchada al pantalón