Hay imágenes que se sienten como el botón de “antes y después” en la vida. No gritan, pero cuentan historias enteras. Cambios que no hacen ruido, pero que nos dejan con la boca abierta. En ese contraste silencioso es donde nace la verdadera fuerza de una imagen.
“De los 21 a los 33. ¿Quién dijo que solo se florece a los veinte?”
“Estamos en vacaciones escolares y mi hijo decidió hacerse un cambio radical para el verano”
“De los 13 a los 42, empecé a sentirme muy bien”
“Mi hermano y su esposa. Jugaban juntos de niños, fueron novios en la secundaria y hoy celebran 22 años de casados”
De ser una gatita callejera a convertirse en la reina de la casa
“El Óscar al mejor actor es para mi planta de albahaca (antes y después de regarla)”
“Antes y después de pintar esta casa de contenedores”
“Hay un intervalo de 15 meses entre las fotos”
“Mi bisabuela y yo en mi infancia y ahora”
“No me cortaba el cabello desde hace 3 años. El cambio es tan grande que mi colega dijo que ni siquiera me reconoció cuando me vio por primera vez con un nuevo corte de pelo!”
“Recojo la basura por iniciativa propia. Aquí está uno de los lugares donde he limpiado, antes y después”
“Así he cambiado de los 12 a los 28 años”
“Una mamá múltiple, antes y después de que sus gatitos encontraron hogar”
“Compré un garaje, saqué toneladas de basura y lo renové un poco”
“El primer y último día de colegio de mi hija. Por cierto, llevamos la misma mochila y gorra”
“Yo, con 35 años de diferencia”
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