17 Cosas que nos enfurecían en los años 90

Curiosidades
hace 3 años

Los niños de los 90s son únicos: ya tenían computadoras, pero todavía podías encontrarlos jugando afuera. Pero también tenían algunos problemas propios de la época. Lo bueno es que ahora causan una sonrisa y una ligera sensación de nostalgia.

Genial.guru recordó algunas de las cosas que nos enfurecían en los años 90 y te las mostramos aquí:

Problema n.° 1

Durante las aburridas clases, hacíamos girar spinners improvisados hechos con un lápiz y una regla. Esta última, a veces salía volando en dirección desconocida, lo que no podía dejar de llamar la atención del maestro.

Problema n.° 2

Todos teníamos en el grado a ese niño desagradable que era el primero en llevar a la escuela todo tipo de cosas interesantes, y el resto lo envidiábamos. Por ejemplo, estos marcadores que olían deliciosamente, cada uno de una manera distinta. Suplicábamos a nuestros padres que nos compraran unos iguales, pero muchas veces eran inflexibles.

Problema n.° 3

La enciclopedia electrónica en disco no era Wikipedia, pero ya era algo. Este disco pasaba de mano en mano para que todos pudieran usarlo por unos días, y si te perdías tu turno, era un verdadero drama personal.

Problema n.°4

No podríamos llamar a nadie sin nuestra agenda de contactos. O, mejor dicho, nuestro cuaderno de contactos.

Problema n.° 5

Y las conversaciones telefónicas privadas con un amigo se veían así.

Problema n.° 6

Hasta los juguetes de aquellos días ponían a prueba nuestra paciencia. El resorte slinky (en ese entonces, por supuesto, no sabíamos que se llamaba así) se enredaba todo el tiempo. Y aún si lográbamos desenredar ese nudo infernal, quedaban pliegues que arruinaban todo el resorte.

Problema n.° 7

Podías convertirte en un psicópata intentando ensartar los anillos en los pinchos de este juguete.

Problema № 8

El Photoshop de nuestra infancia no dejaba mucho espacio para la creatividad.

Problema n.°9

Las muñecas Barbie eran excelentes, pero, un mes después de su compra, su cabello se convertía en una especie de esponja. Y en algunos casos, además venían con una calva que quedaba a la vista en cuanto el cabello de la muñeca se soltaba.

Problema n.° 10

En aquellos días, el álbum de figuritas era el principal patrocinador de la frase “Mamá, cómprame”. Y, como de costumbre, casi todos tus amigos tenían el álbum soñado. Pero tú no.

Y los chicos soñaban con álbumes de este tipo.

Problema n.° 11

A veces, sin ninguna razón aparente, los cassettes sufrían pequeñas tragedias como ésta. O grandes, si se trataba de tu cassette favorito.

Problema n.° 12

Cuando eso pasaba, no quedaba más remedio que hacer con las cintas una obra de arte callejero. Nuestra “creatividad” no les gustaba demasiado a los adultos, y muchas veces nos retaban por nuestras creaciones.

Problema n.° 13

Teníamos un montón de VHS. Y éramos demasiado perezosos como para poner cada uno en su propia caja. Pagábamos por esto más tarde, cuando teníamos que revisar todos y cada de ellos para encontrar la película correcta.

Problema n.° 14

Grabábamos las películas con una videograbadora, en un estado de concentración extrema. Sabíamos que podríamos ver la película más tarde, ahora, lo más importante era no perderse el comienzo y el final de la publicidad.

Problema n.° 15

Por alguna razón, no nos molestaba en absoluto que todas nuestras fotos feas fueran vistas por primera vez por una persona completamente extraña: el revelador del salón de fotografía.

Problema n.° 16

Teníamos que convertirnos en cirujanos para nuestro mouse cuando dejaba de funcionar.

Problema n.° 17

Para conectarnos a Internet, teníamos que esperar a que todos en la casa terminaran de hablar por teléfono. ¿Y eso de que un archivo tardaba media hora en descargarse? ¿Y eso de que ni siquiera supiéramos lo que era Internet una buena mitad de la infancia?

Imagen de portada babiki/blog

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