17 Empleados que solo querían un día tranquilo en la oficina, pero el destino tenía otros planes

Historias
hace 3 horas

No existe una profesión en la que los empleados solo se dediquen a tomar té con galletas y disfrutar del trabajo sin ningún problema. Siempre hay obstáculos: desde compañeros que esconden un informe importante hasta aprendices en una pastelería que toman las instrucciones demasiado literalmente.

  • Firmé con el jefe un informe para Hacienda y lo dejé en mi escritorio. Mire después y... ya no estaba. Mientras tanto, mis compañeros, con sonrisas burlonas, me preguntan si no me falta algo. Digo: “¡Devuélvanme el documento!” y ellos, muertos de risa, responden: “¡Pídelo bien!” Me harté, lo imprimí de nuevo y fui con el jefe. Me preguntó por qué se lo llevaba otra vez, así que le conté todo. Al final, mis compañeros se quedaron sin bonificación y ahora me miran con resentimiento.
  • En nuestra tienda llamó un hombre diciendo que necesitaba un recibo por una guitarra que había comprado aquí. Le pedí su apellido y busqué en el sistema, pero no encontré nada. Le pregunté cuándo la había comprado, ya que nuestra base de datos solo abarca desde principios de los años 2000. Después de pensarlo un momento, me respondió: “Debe haber sido en el verano del 57”. ¿Perdón? Sí, dijo que compró la guitarra en 1957, o quizá en 1955, no estaba seguro. Le respondí: “Lo siento, pero no tenemos registros de esa época. La tienda se mudó en 1980, y solo guardamos reportes de los últimos siete años”. Él insistió: “No estoy pidiendo reportes, solo quiero una copia de mi recibo. ¿No transfirieron los archivos del viejo local?”. Me quedé sin palabras. Le expliqué que no podía ayudarle. Pidió hablar con el gerente, así que transferí la llamada. El gerente le dijo lo mismo. No podía creerlo. Incluso si, por alguna magia, existieran archivos repletos de recibos escritos a mano de los años 50, ¿realmente esperaba que yo los buscara por él? © Unknown author / Reddit
  • En una ocasión, trabajé como cajera en una pastelería. Me asignaron a un aprendiz, un chico de unos 18 años. Una mujer llegó, eligió un éclair y él la atendió. Colocó el éclair en una bolsita, pero la clienta cambió de opinión y eligió otro pastel. Pagó y se fue. El aprendiz se quedó con la bolsita en la mano y me preguntó: “¿Y qué hago con esto?”. Un poco exasperada, le contesté: “¡Cómelo!” y me fui al almacén. Cuando regresé, lo vi comiéndoselo. No pude evitar reírme.
  • Trabajé en soporte técnico y un día recibí un mensaje de voz: “La computadora emite un pitido raro. ¿Podría venir a revisarlo?”. Supuse de inmediato que sería un problema grave, tal vez de la placa base o del altavoz interno. Sin embargo, poco después llegó un segundo mensaje: “Olvídelo, era una sirena de bomberos en la calle”. © halbowitz / Reddit
  • Trabajé en una línea de atención gratuita como operadora. Un día recibí una llamada de un hombre. Recité el saludo estándar y él preguntó: “¿Estoy hablando con una computadora o con una persona real?”. Me quedé un poco desconcertada y respondí: “Con una persona, sí... está hablando con una operadora”. Entonces, del otro lado escuché un grito triunfante y emocionado: “¡Ahhh! ¿Qué te dije, José? ¡Perdiste la apuesta! ¡Gracias, señorita!”. Y colgó.
  • Trabajé en una cafetería y un día la máquina de café se descompuso. Dos camareras intentaron arreglarla mientras yo revisaba las mesas. Cuando regresé a la barra, las vi usando un montón de ligas, cuerdas y otras cosas extrañas para repararla, pegando todo tipo de cosas de la máquina a las paredes. Nuestro gerente estaba ahí, ayudándolas en esta “reparación Frankenstein”.
    Me acerqué, quité todo lo que habían puesto y simplemente tapé la fuga con plástico y una liga. Me reí durante todo el día. No podía creer que tres personas no pudieran solucionar algo tan sencillo. © Throwaway583thisdumb / Reddit
  • Durante la fiesta de la empresa, me llenaron de elogios sobre lo inteligente y responsable que soy. Me fui con algunos compañeros a las 11 de la noche porque al día siguiente teníamos que estar en la oficina. Cuando llegamos al trabajo, el jefe nos dijo que estaba molesto con nosotros. Nos quedamos sin entender por qué, hasta que suelta: “Porque ayer no bailaron conmigo”.
  • Si tienes un amigo diseñador y le pides algo, ya sea un collage o una tarjeta, y llegas con urgencia diciendo que lo necesitas para hoy mismo, ¿de verdad te sorprende que te cobre más caro? Todo trabajo tiene un costo, y los encargos urgentes aún más. El hecho de que sean amigos no hace que el trabajo sea más sencillo, sigue siendo un esfuerzo. Y luego, enojarte y rechazar el trabajo terminado porque “es caro”... ¡eso sí que no! El tiempo ya fue invertido. Es frustrante. Por favor, no hagas eso.
  • Trabajo como chef. Es un trabajo exigente, pero me encanta. Paso entre 12 y 15 horas de pie, rodeada de calor, caos y prisas. Durante esas horas, mi mente está completamente enfocada en el trabajo. Pero cuando llego a casa, mi esposo me abraza, sonríe y me dice que huelo a hamburguesas, panecillos o sopa. Es un gesto tierno, pero yo quiero oler como una mujer: a perfume y flores. Con este trabajo, cualquier perfume es inútil.
  • Trabajo como repartidor y hace un mes tuve un incidente bastante peculiar. Solo tenía la calle, el número de la casa y el teléfono del cliente como referencia. Al llegar, me di cuenta de que no tenía ni el número del apartamento ni el edificio, y para colmo, mi teléfono, como si tuviera vida propia, se había quedado sin batería. Me sentí completamente perdido. Empecé a acercarme a los transeúntes, explicando mi situación y pidiendo un teléfono prestado. No les dije, pero soy un tipo grande, con barba y una voz que bien podría ser la de Batman. Evidentemente, nadie estaba dispuesto a prestarme su teléfono. Después de recorrer el barrio frustrado, un hombre se acercó y, para mi sorpresa, me ofreció su teléfono. Me dijo que había visto mi desesperación y quiso ayudarme. Hoy, uno de mis colegas pasó por una situación similar. Conociendo nuestra zona, dudé que alguien lo ayudara. Recordando lo que viví, le presté mi teléfono sin decir nada. La moraleja de esta historia es simple: ¡confíen más en los demás! Y si por alguna casualidad el hombre que me ayudó está leyendo esto, quiero que sepa que lo recuerdo y que la bondad se ha transmitido.
  • Amo mi trabajo, llevo dos años sin vacaciones ni días de baja. Pero un día caí enferma y me quedé en casa con fiebre. Al principio, mis compañeros mostraron algo de compasión, pero luego comenzaron: “Oye, haz esto urgente”. Al quinto día, ya no pude más y apagué el teléfono. Un par de horas después, revisé mis mensajes y me quedé en shock: “No esperábamos esto de ti. Nos has dejado en una situación difícil”. Ahora no sé qué hacer ni cómo volver a la oficina después de la baja.
  • Trabajé en un taller mecánico, y un día mi jefe me pidió que estacionara un camión de un cliente. Él no entendió que se trataba de un tráiler, demasiado grande para entrar al garaje. Yo, siendo nuevo, no sabía que algunos camiones simplemente no caben en ciertas áreas del taller. Comencé a estacionarlo, y de repente el techo del camión se arrancó como si fuera una lata de sardinas. Una tubería del techo se rompió, inundando tanto el camión como el taller. Lo peor de todo: el cliente estaba viendo todo. Fue una experiencia horrible. © LanDew / Reddit
  • Una mujer llegó con una foto de su bisabuelo, en la que él aparecía de espaldas. Me pidió: “Escanea la foto, ábrela en el editor y gíralo para que se vea su rostro”. No entendía por qué eso no era posible. Finalmente, se me ocurrió una solución creativa: le expliqué que las cámaras antiguas no podían captar toda la información de un objeto para mostrar el otro lado. Le dije que esa tecnología aún no había sido inventada en esa época. Ella me creyó sin cuestionar nada. No aclaré que esa función todavía no existe. © Unknown author / Reddit
  • Trabajo en un equipo compuesto solo por mujeres, así que conozco muchas estrategias y artimañas. La semana pasada llegué con zapatos nuevos. Otra chica habría esperado recibir cumplidos de sus compañeras, no los habría obtenido y se habría sentido mal. Pero yo sé que en nuestro “nido de víboras” las cosas no funcionan así. Al contrario, si llego con zapatos nuevos y nadie los menciona, significa que logré despertar la envidia de todas. Así que su silencio vale más que cualquier elogio.
  • Cuando decidí dar clases particulares, todos, desde mi mamá hasta mis amigas, se convirtieron en “expertas” en marketing de servicios. Me aconsejaban empezar con los hijos de conocidos y familiares, y criticaban que cobrara “muy poco” para mi nivel profesional. Pero, cuando mencioné que estaba dispuesta a ayudar a sus hijos por el precio que ellas mismas habían sugerido, todas desaparecieron. Incluso mi mamá dijo que le daba pena ofrecer mis servicios a sus conocidos. Al final, solo una amiga me ayudó a conseguir a uno de mis primeros estudiantes.
  • En una fábrica contrataron a un técnico para reparar una máquina grande. El técnico llegó, la inspeccionó y simplemente la golpeó con un martillo. La máquina comenzó a funcionar de inmediato. El dueño de la fábrica quedó encantado, pero su actitud cambió al recibir la factura de 100 dólares. Le pareció excesivo y pidió un desglose detallado. El técnico entregó la factura: “Herramienta para golpear: 1 dólar; saber dónde golpear: 99 dólares”. © LadeeAlana / Reddit
  • Por trabajo, manejo grandes sumas de dinero, ya que me dedico al comercio. A veces, los clientes cometen errores y me entregan una cantidad mucho mayor de lo que deberían. Pero como soy una persona honesta, siempre devuelvo el dinero, porque sigo una regla: lo ajeno no me interesa, pero lo mío tampoco lo cedo. Tal vez esto sea una especie de prueba de honestidad por parte de la gente, pero en diez años no me he quedado ni con un centavo que no me pertenezca.

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