18 Camareros de la vieja escuela que realizan sus tareas con una envidiable vocación

El placer de visitar una cafetería o un restaurante empieza con la comunicación con el camarero. Es él quien determina el tipo de experiencia que uno va a tener en el establecimiento. En las historias que siguen, los clientes no tuvieron que quejarse, porque los camareros superaron todas sus expectativas creando un ambiente positivo y cálido.

1. “Mi mamá solo quería una cuchara de pastel. Y el camarero supo cómo satisfacer sus deseos”

2. “El camarero nos dio una caja llena de esto”

• Déjame adivinar: ¿has pedido un par de bombones de menta para llevarte? © Coooolwhyip / Reddit

3. Las normas de cortesía de los camareros jordanos están tan lejos de lo que estamos acostumbrados que pueden resultar chocantes

• En Jordania, si alabas algo, se considera de mala educación no ofrecerte el objeto elogiado. Pensaba que estas palabras eran una exageración hasta que me encontré con una situación así: un amigo mío elogió el reloj de un camarero y este se lo sacó e intentó metérselo en las manos a mi amigo. Pero incluso si realmente quieres algo, se considera de mala educación decir que “sí” antes de haber dicho que “no” tres veces. © unknown author / Reddit

4. “Esa es la mirada que le echó mi novia al mozo que nos trajo el bistec”

5. Una regla general que conviene respetar en todo el sector de servicios

• Hay un montón de normas relativas al servicio. Reglas para servir, reglas para usar la bandeja con destreza, en qué orden los invitados deben servir la comida, etc. Pero para mí, el consejo más útil fue el que me dio mi primer jefe cuando aún era estudiante y trabajaba a tiempo parcial en una cafetería. Me dijo: “Querido, puedes conocer tantas normas y trucos como quieras, pero nunca serás capaz de conectarte con tus clientes. Intenta atender a cada cliente como si fuera un viejo amigo y lo hubieras estado esperando todo el día”.

6. “Pedí que le añadieran limón a la bebida”

7. “Por primera vez en mis cinco años de mesera, me emocioné hasta las lágrimas. La semana pasada elogié el collar de una chica que vino con su familia y hoy ella volvió con un regalo”

“Gracias por ser tan amable. Esto es para ti, porque eres tan bonita como ella”.

8. En este restaurante, el camarero anota el pedido directamente sobre la mesa

9. Cuando el personal merece su propina al 100 %

No dejo propina si no me gustó el servicio o si fueron groseros conmigo. Pero una vez estaba comiendo en un restaurante y todo iba de maravilla. Llegó la hora de pagar y solo tenía monedas, el cajero automático más cercano estaba a 2 o 3 km. Me daba vergüenza no dejar propina, pero pagué la cuenta con la tarjeta y “hui” lo más rápido posible. Me alejé unos 200 metros del restaurante. Era de noche. Entonces oí que alguien me alcanzaba. Miré hacia atrás y vi al camarero corriendo con algo en las manos. “¡Señor, se le ha olvidado la tarjeta!”. Era una ciudad extranjera, y en ese entonces no existían aplicaciones de pago por móvil. Fui a sacar dinero del cajero, volví al restaurante y le dejé propina de media cuenta. © ilgizigli / Twitter

10. “En mi restaurante favorito me trajeron un postre de sorpresa el día de mi cumpleaños”

11. “El camarero no solo me envolvió el resto de la pizza para llevar, sino que, con mucho cariño, se las ingenió para crear un asa de papel de aluminio”

12. Cómo debe ser el servicio para los italianos

• Una compañera de clase que estudiaba italiano se ganó una beca para estudiar en una universidad de Milán. Un día estaba cenando en un bonito restaurante y oyó por casualidad al dueño regañando al camarero que atendía a la pareja de la mesa del fondo. Hay que decir que comer es casi un ritual sagrado para los italianos. Con la entonación característica de los italianos, el dueño regañaba al mesero por trabajar demasiado deprisa, sin hacer pausas y sacando nuevos platillos en cuanto los comensales habían terminado los anteriores, sin dejarles disfrutar de la conversación y de la maravillosa velada.

13. “Estábamos celebrando el cumpleaños de mi padre en un restaurante. Nos trajeron unas galletas, pero yo ya estaba llena y decidí llevármelas en una bolsa. Así que el camarero me trajo más galletas”

“Me dio un poco de vergüenza, pero agradecí el gesto”.

14. “Tuve una mañana complicada, pero el camarero me levantó el ánimo con este café con leche”

15. Resulta que el secreto de un servicio perfecto es sencillo...

• Ayer cobré mi sueldo y fui a comer a una cafetería cercana. Me recibió una camarera que no conocía y el nivel de servicio fue digno de una diosa. Nunca me habían recibido tan bien como en ese establecimiento, ni siquiera en los de alta categoría. Cuando estaba pagando la cuenta, decidí expresarle mi sincera admiración y al mismo tiempo averiguar el secreto de su correcta actitud ante la vida y el trabajo. Le dije que estaba haciendo un gran trabajo y que era la primera vez que veía una actitud así hacia un cliente. Le pedí que me dijera cuál era su secreto. La respuesta que obtuve fue: “Soy la dueña de esta cafetería”.

16. “Estaba volviendo a casa para arreglar una tubería rota. Paré a comer algo y encontré una bonita nota pegada al contenedor del restaurante”

“¡Eres increíble! Nos encanta tu sonrisa”.

17. Cuando el camarero elevó la calificación del lugar con un gesto

• Mi esposa y yo pasamos por un restaurante asador local que había cambiado de nombre recientemente. La comida allí siempre era decente, pero los camareros eran como moscas dormidas y a menudo confundían los pedidos. Pero esta vez estaba ÉL, el camarero con mayúsculas. Era educado como un lord inglés, atento y con la memoria de un superordenador. Mi mujer probó la ensalada de piñones, pero no le gustó, así que la apartó para que se la llevaran. El mesero preguntó qué problema tenía la ensalada. Mi esposa simplemente dijo que no le había gustado el sabor. El camarero se disculpó, retiró el platillo empezado, dijo que lo quitaría de la cuenta y trajo también un postre como disculpa.

18. “En 1990, el camarero que atendió a mi tío era Paul Rudd. En ese entonces no era famoso, pero como a mi tío le gustaba relajarse en esa cafetería, se tomó una foto como recuerdo”

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