18 Historias contadas por las personas que en su infancia visitaron el trabajo de sus padres y nunca lo olvidaron

hace 2 años

Probablemente a casi todos nosotros, nuestros padres o familiares nos han llevado al trabajo al menos una vez. Algunos hemos admirado el comedor y la deliciosa comida, otros hemos tenido la oportunidad de jugar con una calculadora, una perforadora o incluso una partida de Solitario en una computadora de verdad. Por supuesto, mamá y papá se sonrojaron más de una vez en sus lugares de trabajo por nuestra culpa, pero gracias a eso ahora hay algo que recordar.

En Genial.guru hemos rememorado muchas historias intrigantes de la infancia y las hemos añadido también a esta recopilación.

  • Hace mucho tiempo, mi madre me llevó al trabajo con ella, y escribí en un documento muy importante que la amaba. Hoy volví a pasar por su oficina y vi que todavía tenía esa nota. © linaneeed / Twitter
  • Los sábados, mi madre me llevaba a menudo al trabajo con ella, ya que no tenía a nadie con quien dejarme. Allí aprendí a jugar con la computadora y sabía jugar al Solitario a los 6 años. Mucha gente se sorprendía de que a esa edad supiera cómo se juega. © chelicman / Twitter
  • Mi madre trabajaba en la administración de la ciudad, y en las oficinas adyacentes había todo tipo de gente importante: gobernadores, alcaldes, diputados y demás. Cuando estaba en primer grado, solía ir a su trabajo después de la escuela y me quedaba sentada tranquilamente en su oficina. Pero a veces me aburría y me venía a la cabeza la idea de sacudir un poco ese aburrido lugar. Corría por el pasillo, golpeaba las puertas y luego, como un espía, me escondía a la vuelta de la esquina. Todas estas personas importantes se ponían nerviosas, pero nunca entendieron quién era el bromista. Unos años después, le conté a mi madre mi secreto.
  • Cuando tenía unos 5 años, mi madre me llevó al trabajo con ella. Vi a una persona sin hogar por primera vez en mi vida. Cuando mi madre me explicó qué clase de personas eran, enseguida me puse a llorar y a rogarle que la invitara a vivir en nuestra casa© amberalert123 / Twitter
  • Cuando tenía 4 años, mi madre me llevó a la escuela donde ella trabajaba como profesora. Por la mañana escribí en un papel adhesivo: “Patéame”, y se lo pegué en la espalda. Se paseó con él todo el día y todos se rieron. Todavía me avergüenzo de ello... © AminaduJean / Twitter
  • Recuerdo que a menudo me llevaban al trabajo de mi madre: ella trabajaba en un mayorista cerca de un bosque, y mientras ella realizaba sus tareas, yo juntaba bayas. © xbebblackx / Twitters
  • Cuando tenía 7 años, mi padre me llevó a su trabajo. La mujer que trabajaba en la oficina frente a la de mi padre coqueteaba tanto con él que cuando se fue a casa, yo entré allí, destrocé el lugar y tiré todos los documentos. © llourdess6 / Twitter
  • Mi padre trabajaba en la industria de productos lácteos y un día me llevó a mí, una niña, a una fábrica de helados. El deleite de una niña tomando un cremoso helado en una copa directamente de la cinta transportadora es indescriptible. También íbamos a menudo al sauna con piscina que pertenecía a la fábrica, donde aprendí a nadar. © kuhlya / Twitter
  • Mi padre me llevaba con él al trabajo a la unidad de cuidados intensivos cuando era pequeña, porque no quería ir al jardín de infantes, así que les leía cuentos a los pacientes, coloreaba atlas, recorría las salas con las enfermeras y les decía a todos que iba a ser médica. ¡Y todos se emocionaban! 18 años después, estoy trabajando en esa unidad de cuidados intensivos. © laytness / Twitter
  • Mi madre era la directora de uno de los internados. Yo era una niña entonces, recuerdo que me llevaba con ella al trabajo y esos niños la llamaban mamá. Yo misma intentaba no llamarla mamá delante de ellos porque se ponían celosos y dejaban de hablarme. © mixtape__93 / Twitter
  • Mi padre era militar. En otoño conducía un camión para llevar la papa del campo, que los soldados estaban cosechando. Un día me llevó con él en la cabina del camión. Condujimos fuera de la carretera, yo estaba rebotando sobre el asiento como si estuviera en un trampolín. Recuerdo que me reía con mucha alegría. Uno de los días más felices de mi vida.
  • Mi madre me llevó una vez al instituto de diseño. Debía tener unos 6 años. Me aburría en el trabajo de mi madre, así que dibujaba a todos en la oficina. El jefe también estaba allí. Su cabeza calva brillaba, y le crecía un grueso cabello en los costados. Su retrato me recordaba a un pantano del parque, así que añadí ondas a su cabeza calva y dibujé juncos en los bordes. Y se lo di. Todos se rieron hasta llorar, solo el jefe no se rio.
  • Tenía 3 años y mi madre me llevó al trabajo. Me sentó en un escritorio y me dijo: “Dibuja en silencio, no corras y, sobre todo, no molestes al jefe con preguntas, es muy estricto”. Rápidamente me aburrí de dibujar y galopé alegremente hacia el jefe, diciendo: “¡Lo sé todo sobre ti! Tú eres el jefe. Mi madre dijo que eras muy malo”. Él se levantó y sonrió, y empezó a calmar a mi madre, que intentaba apartarme de un nuevo e interesante conocido. Me quité alegremente las sandalias y empecé a correr por la oficina y a reírme. Todo el mundo estaba absolutamente encantado (excepto mi madre, por supuesto) y me pidieron que volviera. Curiosamente, lo decían en serio: después visité a mi madre muchas veces, y todos sus compañeros me trataban bien.
  • Cuando era niño, mi padre me llevó una vez al trabajo. Su jefe vino y trató de humillarlo delante de mí, a lo que mi padre respondió de forma bastante grosera. Fue despedido al día siguiente. Más tarde me dijo: “Siempre se puede conseguir un nuevo trabajo, pero el respeto ante tus ojos lo perdería para siempre”. © lawrencekingyo / Twitter
  • Cuando mi madre me llevaba a su trabajo en un concesionario de coches, donde trabajaba haciendo el papeleo, yo corría por la oficina con engrapadoras y clips para papeles, imaginando que eran pequeños dragones o cocodrilos. © RoaminBison / Twitter

¿Te llevaron tus padres al trabajo en la infancia? ¡Cuéntanos tus historias épicas!

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