18 Personas que descubrieron que el destino les tenía reservado algo muy especial

Historias
hace 1 año

Mucha gente cree que la casualidad no existe; sin embargo, todos hemos vivido situaciones inexplicables en las que ella fue la protagonista. Mensajes o sucesos que aparecen en el momento menos pensado o de las personas menos esperadas. Situaciones que nos dejan con los ojos como platos y dándole vueltas a la cabeza en busca de una explicación racional, que finalmente no conseguimos encontrar.

  • Yo quería hacerme novia de un chico, por eso en una actividad de una reunión de jóvenes le aparté una silla y lo esperé con la silla vacía y reservada para él. De repente llegó otro joven guapísimo al que no conocía y me preguntó si esa silla estaba ocupada. Como el otro aún no había llegado, le contesté que no. Actualmente, ese chico y yo vamos a cumplir 38 años de casados. El que esperaba originalmente nunca llegó, se enteró de esta historia con los años y lamentó no haber sido el que se sentara en esa silla. © Nora Hilda Pèrez Cruz / Facebook
  • Trabajo en control prenatal. Después de las 20 semanas de embarazo, me gusta preguntarles a los futuros papás si ya tienen elegido el nombre de su bebé, para anotarlo y llamarlo por su nombre en las citas siguientes. En una ocasión estaba atendiendo a una de mis pacientes en la semana 26, y mientras revisaba los exámenes, le pregunté si ya tenía el nombre. Me contestó que no, que estaba entre dos, pero no le pregunté cuáles. Volteé a la computadora para anotar algo, y cuando terminé me levanté y le dije: “Ahora sí, vamos a ver a Rodri...” y antes de terminar me detuve. Enseguida le dije que no sabía por qué, pero me había venido a la mente el nombre de Rodrigo. Mi paciente se llevó las manos a la cara y me dijo: “Ese es uno de los dos nombres que tenía pensados”. Finalmente, dijo convencida: “Ya está, se va a llamar Rodrigo”. Creo que el bebé escogió su propio nombre y yo fui su medio de comunicación con su mami. © Paola Méndez / Facebook
  • Estuve atendiendo a mi bisabuelita de 114 años durante dos semanas en las que no podía levantarse, hasta que falleció. Un día me preguntó si yo estaba enferma y le contesté que sí, que tenía gastritis y no podía comer nada. Ella me contestó: “Una gastritis con pies y manos”. Tenía razón, resultó que estaba embarazada, pero no lo supe hasta dos meses después. © Marina Fernández Cruz / Facebook
  • Cuando tenía entre 10 y 11 años, vivía en medio del campo. Un día, vi una bandada gigante de cuervos a muy pocos metros sobre mí. Sentí miedo. En un momento, levanté la vista y tres o cuatro dieron vuelta la cabeza y me miraron. Sigo sintiendo, 35 años después, que ese día me perdonaron la vida. Hoy, adulta, consciente y con estudios, sé que me salvé por muy poquito. © Victoria Gil / Facebook
  • Una noche, soñé con una antigua compañera de trabajo que no veía desde hacía muchos años. Dos días después, extrañamente, me la encontré por donde yo vivo, cuando ella vive en otra parte. Fue una casualidad muy rara. Así como estas, me han ocurrido varias situaciones que me dejan pensando, casualidades raras que a veces me quitan el sueño, y me gustaría poder saber qué significan. © Iv Ik Sr. / Facebook
  • Hace un tiempo visité Oaxaca, un pueblo donde se dice que suceden milagros. Yo no podía tener hijos, y en la entrada encontré a un hombre que nos preguntó si queríamos un milagro. Quien iba conmigo le dijo que yo deseaba tener un bebé. Su respuesta fue: “Ella ya trae a su bebé dentro”. Cuando regresé a casa, me hice los estudios de embarazo y fue positivo, mi hija ya tiene 15 años. © Lupita Cardan / Facebook
  • Mi ahora esposo, cuando yo aún era una niña, me invitó a una fiesta. Me dio su número de teléfono y acordamos que lo llamaría si me daban permiso, pero al final, mis papás no me dejaron ir. Pasó el tiempo, y como 6 años después, él llegó a mi casa y me dijo en broma que venía porque yo no lo había llamado nunca. Yo le dije que me sabía su número de memoria, y la verdad no sé ni cómo, pero lo tenía fresco en mi memoria después de seis años. Lo demás es historia, hoy ya llevamos 27 años juntos. © Paola Ortiz / Facebook
  • Antes de saber que estaba embarazada de gemelos, tenía sueños muy recurrentes de que personas conocidas tenían gemelos. En el día a día, cuando compraba o cocinaba algo, todo me salía doble, huevo con doble yema, ajos unidos, fresas siamesas, etc. Jamás se me pasó por la cabeza que yo tendría gemelos. © Ross Dom Gar / Facebook
  • El día de mi cumpleaños no me quería quedar en mi casa. Decidí irme sola de paseo y tomar un bus que me llevara a cualquier pueblo cercano. Me subí en uno que fue a una bella ciudad. Recorrí sus calles, entré a una iglesia y recorrí una plaza. En este sitio, que era muy grande, al ir caminando miré hacia el suelo y encontré una placa brillante, metálica y muy pequeña. Decía: “Feliz cumpleaños”. Casualidad, azar o milagro, no lo sé, lo único que sé es que me sentí muy feliz y bendecida. Disfruté mucho mi cumpleaños. © Elsa Moreno Reyes / Facebook
  • Moví mi auto para llevarlo a lavar. Lo tenía estacionado frente a mi casa, que es casi en la esquina. Cuando regresé, me encontré con una sorpresa. Había habido un choque y un automóvil fue a terminar exactamente donde yo tenía mi coche estacionado antes. © Malu Becerril / Facebook
  • Cuando estaba embarazada de mi primera hija, tenía mucha panza. Me fui a hacer unos exámenes y el doctor me dijo que si eran gemelos, me tocaría pagar más. Yo, muy seria y muy segura, le dije: “No son gemelos, es uno solo. Es una niña”. Él me preguntó cómo estaba tan segura y le dije que porque lo había soñado. Lo confirmó con la ecografía; asombrado, me dijo que era una niña y yo me reí. © Nubia Jimenez / Facebook
  • Iba caminando por la calle y sin querer pateé una piedra. En el suelo también había una botella y la piedra fue a parar dentro de la botella. La gente de alrededor me ovacionó y me cargaron en hombros. Fue un día único y todo fue por casualidad, un golpe de suerte. © Gabby Castro / Facebook
  • Mi cuñada estaba embarazada de pocos meses. Yo soñé con ella y en mi sueño le preguntaba si ya le habían dicho si el bebé iba a ser niño o niña. Ella me contestó que iban a ser dos, y los dos niños. Efectivamente, en la vida real tuvo dos niños. © Anne Vela / Facebook
  • En mi dormitorio había una foto de la comunión de mi mamá, de cuando tenía 6 o 7 años, vestida de angelito. Un día me levanté y vi que la foto ya no estaba. Le pregunté a mi madre si sabía dónde estaba y me dijo que no, que ella no la había tocado. Es un misterio, no sabemos qué pasó con esa foto. © Claudia Garcia Baksay / Facebook

Bono

Fui madre muy jovencita y ya de mayor, estuve seis años buscando un segundo embarazo, que nunca llegó. Me hicieron pruebas y finalmente los médicos me diagnosticaron una endometriosis grave que requería cirugía y que me impediría volver a ser madre. Con mucha tristeza descarté tener otro hijo y seguí con mi vida. Tiempo después, mi hijo y yo estuvimos haciendo turismo por Egipto. Fuimos a Lúxor, a los templos de Karnak. En una de las zonas, el guía nos explicó que muchas mujeres que no consiguen quedar embarazadas van a ese lugar, ya que tiene “algo mágico” que hace que después de estar ahí, queden encintas. Entre risas y bromas, me puse a saltar, a pegarme a los muros como si fuera una lagartija, incluso dije que me quería revolcar por el suelo. El guía y mi hijo se morían de la risa y el resto de los turistas me miraban como si estuviera loca. Dos meses después, contra todo pronóstico y dejando a los médicos totalmente sorprendidos, estaba embarazada. Hoy mi hijo tiene casi cuatro añitos y le encantan todas las cosas relacionadas con Egipto, como los dioses, las momias y los faraones.

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