20 Personas que sacaron a su humorista interior gracias a una inyección de anestesia

Historias
hace 1 año

Seguramente, alguna vez habrás tenido que someterte a una cirugía o conoces a alguien a quien le ha tocado, son situaciones de vida a las que tenemos que enfrentarnos, aunque no nos guste para nada la idea. Es en esos casos cuando la anestesia se transforma en la absoluta protagonista. Claro que esto no ocurre en soledad, estamos rodeados de médicos, enfermeros y anestesistas. Todos ellos se transforman en los espectadores de las más desopilantes historias que contamos cuando estamos bajo los efectos de este somnífero que parece aflojar todas nuestras inhibiciones.

¿Cuándo fue la última vez que dijiste algo por puro impulso y después te arrepentiste? ¿Qué experiencia has tenido tú con la anestesia?

  • En medio de la cesárea, pedí pollo asado, jajaja. La doctora me dijo que tenía las tripas casi afuera y así y todo pedía comida, y le respondí: “Pues, aunque estén afuera, ¡tienen hambre!”. © Rosario Maya-Tzintzun / Facebook
  • En mi cirugía de apendicitis (la primera vez que me operaron), le dije al doctor: “Doc, no quiero operarme, tengo miedo. ¿Y si despierto mientras todavía dura la operación?”. Él se empezó a reír y me contestó: “Ya te operamos”. © Gabriela Ibarra / Facebook
  • Abrí los ojos ya en la habitación y vi la cara del médico. Lo abracé, lo besé y le dije que lo amaba. ¡Mi madre casi se desvanece de la vergüenza! ¡Y después yo también! 🤣🤣🤣🤣 Más tarde me excusé aludiendo que era por la felicidad de estar viva 🤣😬. © Lilian Taruhn / Facebook
  • Para mi tercer parto, creo que me dio el efecto del enamoramiento. El doctor fue tan bella gente que cuando me dio las últimas indicaciones de autocuidado y me dijo “ya mañana me voy para un hospital en la zona sur”, yo le supliqué que se quedara conmigo. Hasta que mi esposo me hizo reaccionar diciéndome en voz muy alta: “Ya, ya, Isa, cálmate”. © Isabel Navarro Jimenez / Facebook
  • Cuando desperté de la anestesia, le dije al médico: “¡Malo, te comiste todo el huevo frito y no me convidaste! ¡Ojalá te dé diarrea!”. Me sentí muy avergonzada cuando me lo contaron, ¡pobre hombre! En casa recordé que cuando me llevaban para operarme de urgencia, mi hermano se estaba haciendo huevos fritos. © Sandra Martinez / Facebook
  • Al despertar de la anestesia, le empecé a contar chistes de doctores a mi cirujano. Todas las enfermeras se reían a carcajadas y yo me sentía el mejor standupero del mundo. © Don Seb / Facebook
  • Después de mi operación de apéndice, me preguntaron cómo me sentía; en respuesta le tomé la mano a la enfermera y le levanté el pulgar. © Ricardo Vazquez / Facebook
  • Cuando salí del pabellón, les veía tres ojos a las personas y me asusté. Pensaba que había muerto y que en esta nueva vida éramos así. Le pregunté al doctor y me dijo que estaba bien, que sí, que teníamos tres. © Jovita Jacqueline Araya Muñoz / Facebook
  • Cuando me operé de la vesícula, el doctor después de la operación me dio un sopapo para despertarme. Claro que fue despacio, pero me puse a pelear con él, ¡y le dije que le iba a pegar yo! Después, cuando me estaba dando la recomendación de la dieta, yo seguía medio grogui y le decía que él no era nadie para decirme lo que tenía que hacer. © Mariana Santillan / Facebook
  • Saliendo de mi primera cesárea, mientras me estaban acomodando en el cuarto, volteo a ver al papá de mi hija y le digo: “Tengo que confesarte algo, creo que ella no es tuya”. Ya se imaginarán que hasta tuvimos que hacer ADN. © Yela Dguez / Facebook
  • Al finalizar la cirugía, la doctora trataba de despertarme diciendo repetidas veces: “María, María”. Yo la oía, pero no daba señales de vida porque nadie me llama por mi primer nombre (que es María), ¡todos me llaman Eva! © Eva Marenco Prestes / Facebook
  • Después de mi cirugía, tenía mucho frío y en el quirófano me bajaron el tapabocas para ponerme oxígeno y yo tenía los labios pintados. Riendo, el anestesiólogo me dijo: “Primero muerta que sencilla”. © Ortíz Ana María / Facebook
  • Tengo recuerdos de despertarme en la cirugía y querer sentarme a ver cómo iba todo. Al salir, escuché a la anestesióloga diciendo que no había logrado dormirme. Entonces respondí: “Pues cómo querían que me durmiera si estuvieron dele hablar y hablar”. Todos se empezaron a reír y ella me dijo: “Ah, muy bien, lo tendré en cuenta y para la próxima estaremos callados”. Cuando reaccioné, me dio mucha vergüenza 😥. © Flor Figueroa / Facebook
  • Como estaba nerviosa, después de 27 horas de parto, me sedaron. Recuerdo que cuando me llevaron a la habitación, me volví loca porque veía dos cunas. Jajaja, me quería morir, pensé que había tenido gemelos. © Ursula Lopez Ortega / Facebook
  • Yo no me acuerdo exactamente de qué decía, pero lo que sí recuerdo es que quería decirle algo al doctor de guardia y me tapaba y destapaba todo el tiempo. Me tapaba para dormir y después me destapaba para decirle algo al doctor, así como unas 10 veces. Hasta que él se enojó y me dijo: “Ay, cómo molestas, ya duérmete”, así que dejé de molestar e hice todo lo posible para dormirme de una vez. © Lana Rivera Kozlov / Facebook
Ten en cuenta: este artículo se actualizó en diciembre de 2022 para corregir el material de respaldo y las inexactitudes fácticas.
Imagen de portada Yela Dguez / Facebook

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