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Los psicólogos aseguran que la crisis no es un problema, sino solo una etapa de desarrollo personal, un momento en el que es necesario dar un próximo paso en la vida. Pero no siempre los marcadores de la crisis son la depresión y la tristeza. Mira estos 20 indicios no obvios y piensa si quizás también debas cambiar algo en tu vida.
En Genial.guru tratamos de comprender cómo hacer para darse cuenta de que uno está en crisis y como pasar exitosamente este período, volviéndose mejor y más sabio.
La principal causa de una crisis son los grandes y abruptos cambios en las condiciones de vida. No siempre son negativos. Por ejemplo, los momentos críticos pueden ser por finalizar los estudios, empezar a trabajar, casarse, tener un hijo, mudarse o jubilarse.
Todos estos cambios están acompañados de dificultades considerables, reorganización forzosa del comportamiento y la conciencia, y todo esto causa tensión.
Pero hay marcadores inesperados que indican que estás en una crisis y necesitas cambiar algo para dar el próximo paso en la vida. Presta atención a las siguientes señales:
Una crisis siempre es un estrés para una persona. Y en una situación de estrés, el cuerpo trata de sobrevivir de cualquier manera. Entonces aparecen los extremos. O te resulta imposible despertarte antes del mediodía o debido a las emociones acumuladas no puedes quedarte dormido hasta la madrugada.
Ayer ni siquiera sabías en quién se había convertido Lucía, tu compañera de clase, quién fue una alumna sobresaliente. Y hoy te molestan su departamento de 3 habitaciones en el centro de la capital y que se va de vacaciones 4 veces al año. Y tus propios logros, aunque tampoco son muy modestos, se desvanecen en el contexto de los éxitos de tus compañeros. Esto se debe a una condición especial durante la crisis, cuando involuntariamente te sientes un fracasado y crees que eres peor que otros.
Recién te parecía que todo estaba maravilloso en tu trabajo. Pero durante la crisis todos los sentimientos se agravan, además, se acumula la fatiga. Muchas frases, incluso las más inocentes, de colegas, superiores e incluso amigos y familiares te están comenzando a irritar. Quieres aislarte de todo el mundo y quejarte de la injusticia.
La concentración funciona bien cuando una persona está relajada y segura de sí misma. Si te sientes cansado y abrumado, en algún momento llega el punto de no retorno. Resulta muy difícil concentrarte en cualquier tarea, aunque antes te parecía muy interesante y apasionante.
Unas fuertes ansias de cambio a menudo aparecen cuando todo te aburre y no puedes seguir así. También uno se guía por películas con historias de éxito. Parece que para comenzar una nueva vida alcanza con llevar una pequeña bolsa con las cosas más necesarias y comprar un pasaje de ida.
Durante la crisis, cambia el funcionamiento de los sistemas nervioso y hormonal del cuerpo. La composición de la sangre literalmente se vuelve un poco diferente. Naturalmente, esto también afecta nuestro estado de ánimo. En un momento quieres saltar de la felicidad y en el otro quieres desaparecer.
Durante la crisis, inconscientemente queremos complacernos con algo, desconectarnos de la realidad difícil y disfrutar de la vida. ¿Cómo hacerlo de la manera más simple y más segura? Y sí, ir de compras y luego disfrutar de tu ropa nueva frente al espejo. Y esto te hará sentir por un momento que otra vez está todo bien.
Si antes te sentías feliz cocinando algo delicioso para ti y tu ser querido, entonces de repente lo rechazas, esto puede hablar de la crisis en tus relaciones. Además, no quieres compartir comida rica con tu pareja y cualquier intento suyo de sacar algo de tu plato te irritará increíblemente.
Si de repente empezaste a sentir asco por tu pareja es un indicio de que la relación está en crisis. De repente empiezas a darte cuenta de que está desordenado o no cepilló sus dientes, aunque antes podían estar en la cama hasta el mediodía sin bañarse y todo estaba bien.
En los momentos difíciles, a menudo miramos hacia atrás y revisamos nuestro pasado. Nos parece que aquel día, en ese maravilloso período, todo realmente estaba bien, no como ahora. Entonces queremos recordar estos momentos agradables una y otra vez.
Te resulta difícil hacer algo. Y luego tienes que quejarte, recibir estímulo moral o económico por el trabajo, y esto se convierte en una cuestión de principios.
Tal vez antes reservaste pasajes casi seis meses antes de tus vacaciones y creaste una lista de lugares para visitar. Ahora la situación ha cambiado drásticamente. Te falta menos de un mes hasta las vacaciones que esperaste durante tanto tiempo y tú... no haces nada y tampoco quieres hacerlo.
Pueden cambiar los hábitos alimenticios por estrés. Podemos comer mucho y de todo, o sin darnos cuenta, omitir algunas comidas. Y esto ya es una señal bastante alarmante a la que se debe prestar atención para evitar la inanición.
Cada uno de nosotros tiene algunas fantasías en su cabeza. Imaginamos cómo compramos zapatos nuevos, vamos a la tierra de nuestros sueños, escribimos una novela. Pero durante la crisis, nuestra imaginación deja de molestarnos. Nos empieza a aburrir soñar con algo que seguramente no sucederá e incluso con lo que puede suceder.
Es genial cuando uno puede conservar una amistad para toda la vida. Pero en la vida real todo cambia y tarde o temprano empezamos a tener intereses diferentes con nuestros compañeros de escuela. Esto es normal. Lo anormal es cuando hay un deseo obsesivo de comunicarse a cualquier costo con personas con las que fuiste al jardín de infantes o a la escuela.
Recientemente, de repente empezaste a saltar tus entrenamientos físicos o comenzaste a comer en exceso por las noches. O tal vez incluso te niegas a ir a trabajar por la mañana, diciendo que estás enfermo. Estás avergonzado por el engaño, pero no puedes cambiar nada. Esto indica que la crisis se apoderó de ti.
La confianza en uno mismo es una característica de una persona psicológicamente madura. Pero cuando estás en una crisis, puedes tener ataques de timidez y pedir excusas en cualquier ocasión. Solo queremos que nos traten mejor.
La capacidad de hacer varias cosas al mismo tiempo es algo bueno. Pero si ese régimen te cansa, deja de traer alegría, pero igual no lo puedes dejar, puede ser indicio de una crisis. Después de todo, en este estado, dejas de buscar algo que te dé placer y sobrecargas tu agenda con obligaciones aburridas.
No sabes lo que harás el próximo año y cómo será tu vida en el futuro. Y esto te asusta, así como pensamientos constantes sobre las cosas negativas que pueden suceder.
Sí, todos tienen sus propias preocupaciones, esto es normal. Pero esto no significa que nadie te ayudará en un momento difícil. Sin embargo, durante la crisis, nos resulta difícil evaluar juiciosamente la situación y entender a quién podemos solicitar apoyo y asesoramiento.
En primer lugar, debes permitirte detenerte, reducir la velocidad. Por supuesto, esto no es fácil, especialmente para los que siempre buscan lograr algo. Pero si no paras por tu propia voluntad, la vida tarde o temprano lo hará a la fuerza.
Puedes simplemente tomarte un día libre o irte de vacaciones por el máximo período posible. Y en este momento apagar todo el ruido de la información: apagar el teléfono, no usar Internet o incluso irte a algún lado.
En segundo lugar, es necesario decidir qué es importante y valioso para ti.
En tercer lugar, debes aceptar un nuevo “yo” y tus nuevos objetivos. Y empezar a actuar: enviar un currículum, ir a una reunión importante, mantener conversaciones, tomar una decisión seria.
La regla principal para superar cualquier crisis de vida no es enterrar tu cabeza en la arena, sino tratar de trabajar sobre tus descubrimientos y convertirlos en algo real y productivo.