20 Jefes cuya codicia sin límites es igual o mayor que la de Don Cangrejo

Historias
hace 2 años

Sería bueno que todos los jefes fuesen como nuestros mejores amigos o nuestras mamás, pero por desgracia, no todo el mundo corre con la misma suerte. Así como hay lugares de trabajo que son como el paraíso del trabajador, hay otros en los que ni siquiera se puede pedir un día libre porque te sitúan en la cuerda floja. En esta ocasión te traemos una serie de historias en las que queda muy claro que algunos jefes se olvidaron por completo de que un día fueron los empleados.

  • Hace muchos años, perdí mi trabajo debido a que mi hijo era muy enfermizo, y por supuesto que faltaba, ya que en la guardería no lo aceptaban enfermo. Sinceramente, no me importó, primero estaba la salud de mi hijo, y luego conseguí un empleo mejor. © Mary Carmen Noguez / Facebook
  • En una ocasión me llamaron de la escuela de mi niña, estaba enferma y la llevaron a la clínica. Le pedí permiso a mi jefe, pero me respondió que no era un bebé de 1 año, así que debía cuidarse sola. En Recursos Humanos puse una queja, pero me indicaron que eso pasaba por no ser “amable” con el jefe. Tuve que aguantar mucho tiempo el maltrato, hasta que cambiaron de jefe. No siempre se pueden exigir derechos, pues te quedas sin trabajo. © Marcela Hidalgo Zurita / Facebook
  • En mi caso mi hijo tenía neumonía y necesitaba el permiso en mi trabajo. Aquí no fue mi jefe sino mi compañera de trabajo la que habló con mi jefe para que no me diera permiso. Al poco tiempo, el sobrino de esta compañera se cayó de las gradas de un segundo nivel y quería permiso para ir a ayudar a cuidarlo, mi jefe me miró y le dijo que no, que ella había expresado que yo tenía que decidir entre mi trabajo y mi hijo y no podía estar pidiendo permiso para cada cosa que le pasara. Le dijo “tu trabajo o tu sobrino”, y pues, se volvió a sentar en su escritorio. © Esther Zamora / Facebook
  • Mi hija tenía 8 meses de edad. La dejaba en la sala cuna para ir al trabajo. Trabajaba hasta las 5. En la tarde, al momento de retirarme, mi jefa me dijo que no podía salir y que debía trabajar hasta las 9 de la noche. ¡Fue horrible! © Alicia Bravo / Facebook
  • Fallecieron mi abuela y una amiga, le pedí permiso a mi exjefa para tomarme las 2 horas y media que le restaban a mi turno porque no me sentía bien. Yo hacía telemarketing, así que se me complicaba en ese momento estar hablando. Respondió que eran pretextos y que tenía que acostumbrarme a seguir adelante, porque tal vez toda mi familia podría morir y yo podría quedarme sola y tenía que seguir trabajando. © Ellie Jung / Facebook
  • Una vez me llamaron porque mi mamá iba de emergencia a la clínica y pedí permiso para salir del trabajo. Mi jefe me contestó: “¿Acaso tú eres médica?”. No me dejó salir. Estuve 15 días de permiso cuidando a mi mamá. © Odila Romero-Arria / Facebook
  • Yo tuve que acelerar mi parto porque mi incapacidad estaba por terminar y yo no sentía dolores. Me estaba asustando y los médicos me decían que no había avances, tuve que caminar todo el bulevar de ida y de vuelta y así empecé a sentir dolores. Ese mismo día nació. © Lys Monroe / Facebook
  • Mientras mi hijo de tres meses estaba hospitalizado de urgencias por un paro cardiorrespiratorio, mi jefa me hizo esperar a mi reemplazo para no dejar la caja sola. © Vicky Roxanna Romero Jara / Facebook
  • Cuando encontré trabajo, le pedí a mi jefa que me concediera el viernes o sábado de descanso para continuar estudiando la preparatoria abierta (solo era un día por semana) y claramente me dijo que debía escoger: “O trabajas o estudias, porque no te daré ninguno de esos días”. No tuve opción y acepté el trabajo. Era muy importante para mí, ya que estaba recién divorciada y con tres hijos. © Mar Bello / Facebook
  • A mí me arruinó una Navidad cuando le dije que no iba a trabajar porque estaría con mi hijo. Al día siguiente me llamó para que la ayudara, le dije: “Está bien, pero solo un rato”. Me tuvo hasta las 11 de la noche, nunca se lo perdonaré, porque mi hijo me esperó todo el día. © Romy Martínez / Facebook
  • Cuando fue mi cumple, había pedido el día para descansar. Resulta que me cambiaron esa fecha para hacer los dos turnos, así que trabajé a la mañana y cuando me fui a mi casa por la tarde, empezó a llover y tuve que ir al trabajo, me mojé horrible, todo estaba encharcado. Fue mi peor cumpleaños. © Estefanny Ortíz May / Facebook
  • Terminé mi horario de trabajo y al saludar contenta porque me iba a conocer a mi ahijada que acababa de nacer, mi jefa me dijo que necesitaba que sí o sí me quedase haciendo horas extras para ayudarla a ella a preparar una auditoría. Le dije que mi horario había terminado y que necesitaba irme, me contestó que me fijara bien lo que hacía, que ella necesitaba a alguien comprometido con el trabajo. © Cecilia Mónico / Facebook
  • Llevaba más de seis meses trabajando sin parar y un día le dije a la patrona que necesitaba un día de descanso para convivir un día completo con mi esposo. Ella dijo que lo iba a considerar. Esa consideración NUNCA LLEGÓ. © Betty Galvan / Facebook
  • Pedí un día de vacaciones porque mi hijo de 3 años estaba enfermo. Me llamó mi jefe a las 9:00 de la mañana para ir a hacer la nómina porque no quiso que mi asistente la hiciera. Salí a las 2 de la tarde, mi esposo faltó al trabajo y mi día me lo tomaron completo como vacaciones, y eso que yo tenía el puesto de jefa de Recursos Humanos. © Estrella del Cielo / Facebook
  • Hacía 46 horas a la semana en vez de 40 y tenía solo una tarde libre a la semana, la que ellos quisieran. Una vez, solo una les pedí elegir yo la tarde para poder llevar a mi hijo a su primera cabalgata de Reyes (tenía 2 años) y me dijeron que no. © Dolores Ferreruela / Facebook
  • En mi trabajo hubo ocasiones en que me llamaron para ir sábado y domingo (o sea toda la semana completa) sin un día de descanso, para tomar “cursos” que terminaban entre las 7 y 8 de la noche. Más de 12 horas de trabajo para hacer limpieza general, con la promesa de que habría un pago adicional por todas las horas extra de trabajo. Cuando llegaba la nómina, nos daban entre 20 y 50 pesos. Sobra decir por qué acabé renunciando. © Anabel Cervantes / Facebook

¿Cómo es tu relación con tu jefe? ¿Qué fue lo que te hizo decirle adiós a un empleo?

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