20+ Joyitas escritas por niños que merecen estar en un libro de comedia

Historias
hace 2 horas
20+ Joyitas escritas por niños que merecen estar en un libro de comedia

Los ensayos escolares son todo un arte. En ellos se pueden encontrar comparaciones inesperadas, conclusiones filosóficas y situaciones tan sorprendentes que podrían dar inicio a una novela. Reunimos las frases más divertidas y sinceras escritas por estudiantes, eligiendo aquellas que, simplemente, te sacarán una sonrisa.

  • A mi hija le encargaron en la escuela escribir un ensayo sobre su mascota. Escribió sobre nuestro gato. Volvió de clases llorando, me mostró el ensayo y, al final, tenía una calificación de “6”, junto con una nota que decía: “Alisa, no hace falta inventar cosas”. Leí el texto y enseguida me llamó la atención una frase: “Mi gato es amarillo y esponjoso. Le encanta jugar con la pelotita y sentarse en el borde de la ventana”. Y sí, el gato era amarillo. Al final del escrito, ella había agregado: “El gato realmente es amarillo. Si no me creen, vengan a casa”. Al día siguiente, la maestra que vivía en el edificio de al lado vino de verdad. Trajo pastelitos y, con una sonrisa irónica, preguntó: “¿Dónde está ese famoso gato amarillo?”. El gato apareció, y la cara de la maestra lo dijo todo. Mi esposo y yo no podíamos dejar de reír. Aprovechamos para contarle cómo había contraído una rara especie de hongo y cómo nuestro veterinario, que tiene buena formación, logró curarlo por completo espolvoreándole cúrcuma molida. Pero el gato se había quedado amarillo, incluso después del baño. Tal vez en uno o dos años de baños regulares con champú recupere su color. Por ahora lo llamamos Pikachu. © Habitación n.º 6 / VK
  • Anoche me desperté por una luz intensa que me daba directamente en los ojos. Resulta que mi hermanita de 7 años tenía que escribir un ensayo sobre su familia, describiendo con detalle la apariencia de cada miembro. Pero no sabía de qué color tengo los ojos, así que decidió usar su ingenio y alumbrarme con una linterna para observar mejor. Nos reímos y prometió no volver a hacerlo. Al día siguiente llegó de la escuela con un 6 en el ensayo. Le preguntamos qué había pasado y nos dijo: “Es que no logré ver de qué color tiene los ojos Ana (o sea, yo), así que puse que los tenía cerrados, porque estaba dormida”. Nos reímos toda la familia. © Not everyone will understand / VK
  • En la escuela nos dejaron una tarea: escribir un ensayo sobre “El bosque en otoño”. Lo escribí y saqué un 5. Después, simplemente copié un fragmento de una obra de un escritor famoso sobre el bosque en otoño. Obtuve un 6 con el comentario: “Estás mejorando”. © anarchy19 / Pikabu
  • En sexto grado, mi hijo se lastimó el cuello durante el recreo. Le colocaron un collarín cervical y le dieron reposo médico. Aproximadamente un mes después, tuvieron que escribir un ensayo en casa. Y él lo comenzó así: “Cuando me torcí el cuello, mi vida mejoró de inmediato”. © SvetlanaBezruk-l9g / Faktoriya / YouTube
  • Mi hijo escribió un ensayo titulado “Cómo cuido la naturaleza”. No diré nada sobre la ortografía ni sobre lo mal que escribe, pero el texto decía lo siguiente: “Riego las flores. Le doy de comer a las hormigas. Ahorro aire: estuve 30 segundos sin respirar”. © Not everyone will understand / VK
  • En la escuela, los niños escribieron una breve redacción. Nuestro hijo tiene 10 años. Me trajo la suya y me la dio para que la leyera, diciéndome que la maestra valoró mucho su esfuerzo. Leí el título del tema: “¿Qué significa el hogar para ti?”. Pasé a leer lo que escribió y no pude contener la risa. Decía así: “El hogar es un lugar especial. Ahí mamá puede cocinar cosas ricas, yo puedo jugar en la computadora, y papá ya no tiene que meter la panza como cuando está en la calle. Puede ver fútbol gritando fuerte a los jugadores, o bailar un vals con el gato como si nadie lo estuviera mirando”. © Mamdarinka / VK
  • Mi hermana Paula terminó la escuela hace poco, y me contó una historia bastante curiosa. Cuando estaba en sexto o séptimo grado, en una clase de lengua, la maestra les dio como tema de redacción: “Qué sé hacer bien”. Mi hermana decidió hablar de su habilidad para cocinar sopa de col, pero se equivocó con el orden de los pasos al escribir la receta, y terminó poniendo la carne a hervir después de todos los demás ingredientes. Cuando la maestra leyó lo que escribió cada estudiante, le dijo a toda la clase: “Chicos, no se casen con Paula, ella no sabe hacer sopa”. Ahora mi hermana tiene casi 19, y está saliendo con el hijo de esa misma maestra. © Ward No. 6 / VK
  • En noveno grado nos pidieron escribir una redacción corta sobre el tema “¿Qué es el amor?”. Pensé durante mucho rato, pero no se me ocurría nada. Entonces fui con mi papá. Me miró a los ojos y dijo: “El amor es cuando miras a la persona que amas y entiendes que quieres tener hijos con ella. Y luego esos hijos llegan y te agotan con preguntitas tontas”. Eso fue exactamente lo que escribí, pero por alguna razón la maestra me puso un 5. En ese momento pensé que mi papá solo estaba bromeando. Pero ahora, cuando miro a mi esposo y siento que quiero tener hijos con él, me doy cuenta de que mi papá tenía razón. © Not everyone will understand / VK
  • Mi hermana una vez escribió un ensayo titulado “Cómo pasé el verano”: “Todo el verano estuve juntando estiércol”. Lo que pasa es que la enviaron al pueblo con nuestro abuelo, que justo estaba ampliando su huerto y construyendo nuevos invernaderos. Para llenarlos se necesitaban fertilizantes, así que así fue su verano: recolectando estiércol de vacas y caballos. © eavest23 / Pikabu
  • Fui a la junta de padres y la maestra no paraba de elogiar a mi hija por un ensayo muy emotivo, aunque en casa era bastante floja. Incluso me felicitaron a mí por su buena crianza. Llegué corriendo a casa, la abracé emocionada y ella me miró como si estuviera loca: “Mamá, ¿qué te pasa? Solo escribí lo que a los maestros les gusta: gatitos, huérfanos y bondad. ¡Eso nunca falla!” © Overheard / Ideer
  • Mi esposo contó que, cuando estaba en la primaria, también escribió una redacción sobre el verano. Narró cómo salía con los chicos del pueblo a atrapar ranas, cómo se metían en una casa abandonada, cómo encendían el fogón. Y al final agregó: “Y luego mi mamá me llevó de viaje a otro país por dos semanas. Ahí estuvo aburrido”. © FemmeDuNord / Pikabu
  • Un niño de tercero de primaria, una vez, cambió por completo mi forma de ver las cosas al escribir en su redacción: “Salimos al río y vimos una represa. Enseguida entendimos que los castores la habían construido durante la noche”. © apreleva_olga / Threads
  • Hace unos 40 años, una maestra dedicó toda una clase a leer en voz alta nuestros ensayos. Hubo muchas joyas, pero la que más se me quedó fue una frase de mi compañero de al lado: “La cabeza del conejo era rectangular, como un huevito”. © marina_maybe / Factoria / YouTube
  • Estábamos analizando estructuras narrativas acumulativas, y pedí que escribieran una respuesta a la pregunta: ¿por qué el cuento que acabamos de leer termina así? Una niña de 10 años escribió, y la verdad, no hay nada que decir: “Porque después los problemas solo habrían sido peores”. © izergill / Threads
  • Mi esposo y yo tuvimos un hijo siendo muy jóvenes; yo tenía 19. La mayoría de las personas no me creen cuando les digo que Alex es mi hijo. Hace poco, en la escuela, al niño le pidieron que escribiera un ensayo con el tema “Por qué amo a mi mamá”. Después de entregarlo, me llamaron del colegio. “Querida mamá, ¿sabe lo que escribió su hijo? Que está orgulloso de usted porque hasta los hombres adultos y los chicos se le quedan viendo”. Bueno, perdón, pero ¿acaso es mi culpa que me vea bien? Y mi hijo, por cierto, un genio: ¡tiene una mamá que está de diez! © Mamdarinka / VK
  • Mi hijo llegó de la escuela con la tarea de escribir un ensayo sobre “Mi familia”. Pasamos toda la tarde pensando juntos, discutiendo qué poner. Yo intentaba ayudarlo, pero él hacía todo a su manera. Al final, trajo el ensayo a casa, lo leí, y no pude evitar soltar una carcajada. Escribió, y cito: “Mi mamá es la jefa de la familia, porque siempre sabe qué hacer, y mi papá es su ayudante”. Se lo mostré a mi esposo, y ahora bromeamos diciendo que él es mi asistente. Incluso me dice, solo por hacerme reír: “Jefa, ¿me da permiso de salir con los muchachos después del trabajo?” © Mamdarinka / VK
Imagen de portada Mamdarinka / VK

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