20+ Personas cuyo nombre “original” tiene toda una tragicomedia detrás

Nuestro nombre es uno de los elementos que mejor nos identifican y nos definen. Si bien muchos viven felices con la selección que sus padres hicieron para ellos, otros no quedaron tan contentos una vez que crecieron y se dieron cuenta de que no les había tocado un nombre “normal”. Ya sea por error de dedo, por una inspiración exagerada o por consejos ajenos, la verdad es que muchos de esos nombres atípicos suelen tener una historia divertida detrás, ¿y qué mejor que poder conocerla?

En Genial.guru hemos hecho una recopilación con las historias de los nombres de nuestros propios lectores.

• Mi padre esperaba un varón, pero cuando nací y vio que era niña, decidió dejarme el mismo nombre que había escogido. Por eso tengo nombre de hombre, me llamo Samir y nunca me ha gustado. © Nanis Diaz / Facebook
• Mi madre me quería llamar Margarita, pero a mi padre se le ocurrió la gran idea de llamarme dizque Magola, y siempre he odiado ese nombre. Intenté cambiármelo, pero ponen mucho problema para eso y me tocó quedarme con ese nombre horrible, por eso prefiero llamarme Isabel. © Isabel Bello / Facebook
• Tengo tres hijos, dos varones y una niña, que es la más pequeña. Cuando los tres pelean, los dos varones le gritan a su hermana: “¡Hombrelina!”, porque ella dice que le hubiera gustado llamarse Catalina. Ellos dicen que ella a veces se comporta como un hombre y los golpea. A mí me da risa cómo compusieron el nombre y hasta dónde llega la imaginación de los niños. © Perla Olvera / Facebook
• Mi padre pensaba que yo sería varón y mi nombre iba a ser Bernardo, pero como nací niña, me puso Bernarda. A los dos años nació mi hermanito y él no quiso quedarse con las ganas, así que finalmente le puso Bernardo. O sea que ahí quedamos con los mismos nombres, uno de dama y otro de varón. Lo único bueno es que el nombre no era raro. © Carmen Bernarda Barra Manrriquez / Facebook

• A mí me iban a poner Olga Patricia, pero como a mi mamá se le olvidó, cuando llegó al registro dijo: “Póngale como viene en el calendario el día que nació”. Toda mi vida he sido María Rita, pero resulta que en el libro del registro estoy como “Ma. Rita”. © Maria Rita Pacheco Vasquez / Facebook
• Mi papá quería que me llamara Hortensia o Concepción. A mí no me gusta ninguno. A mi mamá tampoco le gustaron y dijo que me llamaría Karen, porque una tía cuidaba a una niña que se llamaba así, y a mi mamá le gustó el nombre. Me cuentan que, cuando me llevaron a bautizar, el sacerdote no quería bautizarme porque ese nombre era árabe y no era católico, pero mi papá le dijo: “No importa de dónde sea el nombre, usted bautícela”. © Kaareen Regalado de Aguilar / Facebook
• Mi historia según mi mamá es que ella quería ponerme Yoconda. En el registro no lo aceptaron, entonces mi papá eligió Jessica y como mi segundo nombre, del Pilar. Mi mamá le preguntó por qué Jessica y él no le contestó. Con el tiempo, según ella, supo que fue porque a mi papá le gustaba una Jessica. © Jessica Aspillaga / Facebook
• Mi papá quería ponerme Laura, pero mi abuela quiso que me llamara Lucero. Lo peor es que siempre me preguntan si canto y no, ni los pollitos. Mi nombre sería Laura Paola, pero me llamo Lucero Paola. Mi esposo quería ponerle a nuestra hija Dana Paola (por cierto, muy repetido ese nombre), pero como fui a dar a luz sola, le puse Dana Lucía. © Luci Reyes Cortés / Facebook

• Mi padre quería que me pusieran Luz María, pero mi madre no quería. Mi abuelo intervino y dijo: “Ella será la luz y el mar”. De esta manera se le ocurrió a mi bella madre ponerme Lucymar. © Angeles Cielo / Facebook
• Hice mi servicio social en el registro civil, y no supero haber visto estos nombres: Zoila Virgen Copto y Wisin Yandel Garza Ríos. © Gloria Lara Rodriguez / Facebook
• Yo me llamo Ada, pero siempre creí que me llamaba Ada Gabriela, porque así me decía mi mamá y, como no me gustaba Ada, cuando me preguntaban, decía Gabriela. Pero al ver mi partida, descubrí que solo me llamaba Ada y odio ese nombre porque Ada rima con todo; por ejemplo, tarada. Ahora, cuando me lo preguntan, digo que me llamo Adix, es más original, me parece a mí. © Adixita Yegler Garcia / Facebook
• A mí me iban a poner Rosangel, como una telenovela de aquellos tiempos, pero cuando me registraron, la secretaria se equivocó y me puso Rosa Ángel. Al principio no me gustaba, pero ahora me encanta. © Rosa Angel Martinez / Facebook
• Mi madre quería ponerme Miriam Cinderella, pero mi papá me salvó y me puso Verónica. ¡Gracias, papá! © Veronica Santacruz / Facebook

• Unos señores muy ricos presumían de tener una criada de nombre exótico. La chica se llamaba Cone. Años después se casó con otro criado de la casa y los señores acompañaron a la chica a su pueblo a recoger los papeles necesarios para la boda. Cuando estaban con el padre de la chica y tenían los papeles en la mano, se dio cuenta de que se llamaba Eulalia y no Cone. Al preguntarle el motivo al padre, él respondió: “Pues es que cuando el señor cura nos preguntó cómo se tenía que llamar, yo dije: ’Eulalia’, el señor cura preguntó: ’¿Con E?’ y yo le respondí: ’Pues como usted diga, señor cura’, y Cone se quedó”. © Chusa Garcia / Facebook
• Tengo una amiga que quería nombrar a su hija Valentina, pero su mamá le decía que no, porque solo la llamarían “Vale”. Entonces mi amiga cambió de idea y la nombró Valeria. © Andrea Corona / Facebook
• Me llamo Maury, es nombre más de hombre que de mujer, siempre me dicen “el señor Maury”, ¡jejeje! Pero me encanta, es muy original, pocas se llaman así. Me lo puso mi papá, porque si no, me habría llamado Mayra. © Maury Conde Jimenez / Facebook
• Mi hermana y yo estábamos embarazadas al mismo tiempo. Las dos siempre peleábamos por el nombre que les pondríamos a los niños, porque no sabíamos qué iban a ser. En aquellos años no eran muy comunes las ecografías, como ahora, así que cuando nacieron, yo le puse Cristina y ella, Cristian. © Maria Galvan / Facebook
• En mi ciudad no existe otra persona que tenga mi nombre, soy única, pero yo lo odio. Me llamo Emerenciana. © Emi Romero / Facebook

¿Cuál es el nombre más “original” que has escuchado y qué historia tiene detrás? ¿Prefieres los nombres tradicionales o te gusta más innovar?