Yo rompí muchos vasos en mi primer trabajo de camarera
20+ Usuarios de Genial cuentan cuál fue la experiencia más incómoda que vivieron en su primer empleo
Muchos han tenido que experimentar la difícil etapa del primer empleo; algunos la pasaron muy bien, pero otros vivieron una pesadilla en un espacio donde se suponía que iban a crecer. Por esa razón, les pedimos a los usuarios de Genial que compartieran aquellos momentos incómodos sobre su primer trabajo.
Genial.guru elaboró un listado con las mejores anécdotas de quienes pasaron por situaciones embarazosas cuando apenas comenzaban en el mercado laboral.
- Mi primer jefe me pidió hacer una reserva de hotel para varios médicos importantes que venían a una convención. Recordé que había un motel de paso, siempre que iba de visita a casa de unos amigos de mi papá y me gustaba mucho, así que llamé para preguntar los costos y le entregué las cotizaciones a mi jefe. Su cara fue de sorpresa cuando vio esa cotización y ese día tuvo que explicarme la diferencia entre un hotel y un motel. Lo más gracioso fue cuando yo, muy emocionada, le decía que solo cobraban 250 pesos y tenía jacuzzi. Faby Faby
- Trabajé de camarera en un restaurante chino a los 16 años. Recuerdo a una señora que pidió un flan de mango y este era muy gelatinoso y escurridizo, así que salió del plato y aterrizó en el escote de ella. Tuve que encerrarme en el baño de la vergüenza. Mi jefa que era un amor, lo arregló todo. Anna Güerri Aparicio
- Yo aprendí a escribir en máquina mecánica en una escuela de mecanografía y, en mi primer día de trabajo, me pidieron hacer un memorándum en una máquina eléctrica. Para adaptarme a ella, se desperdiciaron cerca de 50 hojas, las cuales coloqué en una carpeta para que nadie las pudiera ver. Por supuesto, ese día me las llevé a casa. Ligia Palma
- Yo trabajaba en un ciber café y siempre me regañaban o amenazaban con cobrarme las hojas que imprimía erróneas y demás. Entonces, comencé a guardarlas en mi mochila y me las llevaba a casa. Junté tantas hojas que puse un negocio de reciclaje y, heme aquí, como toda una empresaria. Lucha Lucha
- En principio, todo comenzó cuando fui a una entrevista con el jefe y este me pidió que fuese a la oficina del contable para presentarme, ya que yo iba a trabajar como ayudante. Sin embargo, el contable pensó que yo empezaba a trabajar ese día y me tuvo 2 horas entre papeles. Por vergüenza no dije nada, hasta que subió el jefe a ver dónde me había metido. Creo que me contrataron por pena. Isabel Rios Vega
- Cuando trabajaba en un estudio fotográfico, un cliente pidió mi opinión y me preguntó: “¿Cuál de las dos fotos imprimo?”. Y yo le respondí: “Esta, porque en la otra sale medio bizco”, pero cuando lo veo, resulta que sí era bizco. Me quería morir. Selvin Enamorado
- En mi primer trabajo como cajera, me encontré un llavero como el de los autos y mientras atendía a los clientes, no tuve mejor idea que apretarlo como 4 veces seguidas. Resulta que era la alarma del local y estaba conectada con una comisaría. Inmediatamente, llegaron 4 patrullas de policías armados preguntando qué pasaba y dónde estaban los delincuentes. Ana Beatriz Casas
- Viene a mi memoria el día que estaba en caja y un cliente quería pagar, cuando estornudé y se me salió un pedo. ¡Qué vergüenza! Por suerte, el cliente fue muy amable, se fue, pero antes me dejó una buena propina. Quele Valga
- Un día salí con mis compañeras de trabajo a desayunar. Todas se sentaron frente a mí, mientras me comía un yogur de frutas. De repente, una de ellas contó un chiste y no pude aguantar la risa, y les escupí el yogurt a todas. Los uniformes quedaron muy sucios y me dio un ataque de risa mientras más las veía. Ellas estaban muy enojadas. Me dio tanta vergüenza que me ofrecí a lavarles el uniforme. Magie Gi García
- Trabajé como mesero cuando tenía 17 años y recuerdo que las propinas se entregaban a la cajera. Un día me fijé que una de sus uñas no estaba pintada y le dije: “Ja, no te alcanzó el esmalte o ¿qué pasó?”. Resulta que la chica no tenía un dedo y al día siguiente renuncié. Pedro Elias
- Soy rusa y, cuando todavía vivía allá, empecé a estudiar español. Recuerdo un empleo que buscaba una chica que hablara español para reemplazar a una recepcionista que se iba de vacaciones. Tuve 3 días de prueba, cuando llamó un señor muy importante de España y yo terminé la conversación con él con un “vale”. Luego me di cuenta de que se quedó muy sorprendido con la palabra tan informal. Finalmente, no me quedé en ese trabajo porque me quedaba lejos, pero por vergüenza, ni siquiera fui a cobrar los 3 días de prueba. Irina Pavlova
- ¡Jajaja! Yo me acuerdo de que mi primer trabajo fue en una papelería y un día tuve que hacer un encuadernado, pero lo hice al revés y lo peor es que la pasta no coincidió con los orificios. Era un trabajo de 500 hojas y lo arruiné. ¡Qué pena! Dyan Ivon DP
- Apenas en mi segundo día de trabajo, sorprendí a la encargada de la tienda robándose la mercancía. Roberto Cardoso Rocha
- Era becaria de un lugar y un día preguntaron si alguien podía traer café para unas entrevistas. En ese momento yo trabajaba en Recursos Humanos y, para ser proactiva, levanté la mano y dije: “yo lo hago”. Resulta que, como era una muy niña estudiosa y consentida, en mi vida había hecho un café, pero pensé que no debía ser difícil, así que agregué TODOS los ingredientes (agua, café y azúcar) en la parte donde se coloca solamente el agua. Yo no sabía nada de filtros, ni nada. Por su puesto, dañé la cafetera y menos mal que no me la cobraron. Ysabel Cristina Rivas Larez
- Yo tenía muchas ganas de ir al baño y, en aquel lugar donde trabajaba, no había. Recuerdo que ese día tenía turno en la noche, así que decidí usar un envase que encontré. Justo cuando estaba en plena hazaña, llegó un cliente. Yo quedé congelada y con el papel higiénico en la mano. Jenifer Jurado
- Mi primera experiencia laboral fue en un cine y una vez me tocó la apertura, así que me enviaron a otra sucursal, a un par de cuadras, para buscar un carro con donas de Dunkin Donuts. La cosa es que las calles todavía eran de adoquín y yo llevaba el carro tiritando, hasta que se me cayó una bandeja completa. Entonces, miré a todos lados, las recogí e hice como si nada hubiera pasado. Aún siento pena por las personas que compraron las donas. Liset Acuña Segovia
- En mi primer día como azafata de tierra en el aeropuerto de Ibiza, me pidieron que fuera a recoger a los pasajeros de Londres, pero me equivoqué de avión y fui a recoger a los de Madrid. Me retaron de tal forma que nunca más me equivoqué. María Teresa García Romaní
- Entré a trabajar como carnicero sin saber NADA, cuando una señora me pidió medio kilo de queso amarillo para sándwich, así que saqué la barra de queso, ya rebanado, y lo corté con el cuchillo por la mitad y así darle su medio kilo. Los demás carniceros me miraban asombrados y yo no sabía por qué, mientras que la señora tenía una cara de: ¿es broma, verdad? Aquí Estuvo Jorge
- Se me cayó desde el primer escalón de arriba de las escaleras una bandeja con platos de pizza. Toda la comida rodó y yo bajando detrás de ella. ¡Jajaja! Solo las sacudí y serví. Estefy Gallardo
- En el estudio de animación donde empecé (y sigo hasta hoy), mi jefe me estaba explicando cómo funcionaba el programa, cuando dijo que había un olor muy feo. Entonces, vi que mi zapato estaba embarrado de caca de perro y me acordé de que, cuando me dirigía al trabajo, había caminado por el césped. Fue horrible porque el piso estaba alfombrado y tuve que usar el baño y pasar aún más por la vergüenza al pedir un cepillo porque no se le quitaba con el chorro de agua. Angel Emilia Ramírez Castillo
¿Recuerdas haber vivido un episodio como estos? ¡Comparte más abajo tus comentarios!
Comentarios
Alucino con la persona del cyber que montó la empresa de reciclaje
Algunos no tenían el don para trabajar cara al público…
Yo recuerdo un error en un presupuesto en mis primeras semanas de trabajo. Menos mal que se pudo solucionar
Es normal cometer cosas así por los nervios y la inexperiencia