20 Veces en que la infidelidad rompió vidas y dejó cicatrices difíciles de borrar

hace 1 mes

La infidelidad es un evento sumamente estresante en la vida de cualquier persona. Algunos intentan superarlo en soledad, mientras que otros eligen compartir su dolor con todo Internet. Para estos últimos, probablemente sea más tolerable, ya que así encuentran palabras de apoyo que les ayudan a sanar y seguir adelante con la frente en alto.

La hija de una amiga, con tan solo 13 años, descubrió que su papá le era infiel a su mamá. No dudó en contárselo, y su madre, al enterarse, pidió el divorcio de inmediato.
El padre, en lugar de asumir su responsabilidad, primero culpó a su hija por “haber destruido la familia” y luego a su exesposa, cuando al año comenzó una nueva relación. Para justificarse, decía cosas como: “Es normal que un hombre de verdad sea infiel”. No me sorprendería que, pese a todo, terminen volviendo. © EvDekk / Pikabu
Conocí a un chico y, a los pocos días, ya estábamos viviendo juntos. Un mes después, recibí una llamada de una mujer que, sin rodeos, me gritó:
—¡Soy su esposa! ¿Quién eres tú?
¡Yo ni siquiera sabía que estaba casado! Le respondí:
—¿Qué esposa? ¡Llevamos un mes viviendo juntos!
La mujer quedó en shock. Resulta que habían tenido una pelea, ella lo echó de la casa... y él, sin perder el tiempo, me conoció a mí.
Ellos acabaron divorciándose y, con el tiempo, nosotros nos casamos. No lo echo de casa, porque seguro va y encuentra a otra. © Veto44ka / Pikabu

El esposo de una amiga le fue infiel. Se divorciaron y él terminó casándose con la mujer con la que tuvo el romance. Mi amiga quedó devastada durante un año, pero eventualmente conoció a alguien nuevo y comenzaron a vivir juntos.
Un año y medio después del divorcio, su ex la llamó gritando, acusándola de comportarse de manera inapropiada. ¿De verdad pensaba que, con apenas 25 años, ella iba a quedarse sola el resto de su vida, llorando por él? © Qwerasdf100 / Pikabu
Estuvimos juntos durante 22 años. Un día comencé a sospechar que mi esposa me estaba engañando, así que revisé el viejo GPS del coche.
Estaba vacío. Pero al conectarlo a la computadora y explorar la memoria, encontré un archivo con información bastante reveladora. Descubrí que, durante los últimos seis meses, mi esposa había estado faltando al trabajo para ir, siempre en horario laboral, a la misma dirección en otra ciudad.
No le quedó más remedio que confesar su infidelidad. Y, por supuesto, terminó culpándome a mí de todo. © Gorod204 / Pikabu

Un amigo de un compañero se creía muy listo: engañaba a su esposa “de forma inteligente”, solo durante horas laborales y siempre en lugares neutros.
Pero su amante llevaba tiempo rogándole que se fueran juntos a un resort, sin esconderse. Al final, él cedió y se fue “de viaje de negocios”.
Pasaron una noche maravillosa en el hotel. Pero por la mañana, al bajar a desayunar, se toparon con una pareja sonriente: su vecino y la esposa del vecino, que resultó ser la mejor amiga de su esposa.
¿El resultado? Una llamada a la amiga y divorcio inmediato. © Alexbuka / Pikabu
Cuando mi esposo y yo empezamos a salir, me fue infiel. Lo perdoné y lo dejé en el pasado. Era joven, ingenua y nuestra relación aún no era seria.
Pasaron 20 años y, de pronto, me dice:
—Necesito confesarte algo, pero no te preocupes, no es nada grave.
Su “nada grave” era una aventura con una compañera del trabajo durante un evento corporativo. ¿Y sabes qué me dijo después?
—¿Por qué reaccionas así? Esto ya lo superamos antes, actuaste como una mujer sabia. ¿Perdiste tu sabiduría con la edad? ¡No esperaba esto de ti!
Ahora ya no vivimos juntos. © Mamdarinka / VK
Mi abuela era enfermera. Un día asistía en un parto cuando el supuesto padre comentó, con orgullo, que el bebé se veía muy bien para ser prematuro.
Sin pensarlo dos veces, mi abuela le dijo:
—Ese bebé no es prematuro. © tornado28 / Reddit

Llegué a casa después de un turno doble y encontré el asiento del inodoro levantado. O mi esposa no orinó en 20 horas o hubo otro hombre en casa.
Sospechaba de su “amigo gay” del trabajo. Sabía que él estaba vendiendo su casa, así que llamé a la inmobiliaria y pedí una visita.
Al entrar, vi una de las chamarras de mi esposa colgada en el recibidor. Luego, en la sala, sobre la repisa, había una foto de ellos dos.
Nos divorciamos poco después. Ella se casó con él, luego lo engañó y también se divorciaron. No sentí lástima por él. © signalthree / Reddit
De niño, delaté a mi papá. En invierno, solía llevarme a pasear, se aburría, conocía a alguna mujer con un niño y nos íbamos todos a una cafetería.
A mí me encantaba, así que siempre esperaba con ansias esos paseos.
No sé si sus “amistades” seguían más allá, él salía poco conmigo y eran mujeres distintas. Pero una de ellas me caía muy bien. Tenía una hija de mi edad y jugábamos juntos.
Un día, cuando íbamos de camino al parque, pregunté si veríamos a la señora Smith y a Olivia, y si después iríamos a su casa.
Se armó un escándalo, ese día no fuimos a ningún lado y mi papá quedó vetado para sacarme a pasear. © Tatiana Lobanova / ADME
Mientras buscábamos juntos un lugar para comer, en su celular apareció un mensaje coqueto de otro chico.
Estaba comentando una foto que yo mismo le había tomado ¡y que ella le había enviado mientras aún estaba conmigo!
¿Lo peor? Todo ocurrió en la Torre Eiffel, apenas unas horas después de comenzar unas vacaciones que se suponían durarían dos semanas. © Meh_Ill_Do_It_Later / Reddit

Terminé con una chica después de descubrir que me engañaba: la vi besándose con otro.
Mi ex quedó devastada. Me llamaba todo el tiempo, fue a casa de mis padres llorando, rogándome que volviéramos.
Me dijo que estaba embarazada y me mandó una foto de una prueba con dos rayas. Me quedé en shock, pero decidí tragarme el orgullo y le dije que la perdonaba, que criaríamos al bebé juntos.
Por suerte, mi amigo fue más astuto que yo.
Me llamó y me dijo:
—Dan, eres un tonto. Encontré esa misma foto de la prueba en Internet.
Y ahora me pregunto, ¿qué se habría inventado después? ¿Habría fingido la tragedia de perder al bebé? © Mamdarinka / VK
Mi exnovio no encontró mejor momento que el 30 de diciembre para confesarme que me engañaba cuando viajaba por trabajo a otras ciudades.
Esa vez, además, decidió que ya no iba a pagar el alquiler del departamento y se fue con otra.
Justo el contrato vencía en Nochevieja. Me quedé sola el 31 de diciembre. Lloré, grité y no se me ocurrió nada mejor que volver a casa de mis papás.
Les estaré siempre agradecida por haber guardado silencio cuando llegué con todas mis cosas. No preguntaron nada sobre mi ex. Lo entendieron todo al instante y se esforzaron por darme una celebración inolvidable. © Habitación 6 / VK
Yo fui quien separó a mis padres. Un día, le pedí a mi mamá si podía volver a cenar a casa de la “Christie”, porque preparaba mi pasta favorita. Resultó que mi mamá no tenía idea de quién era “Christie”. Era la compañera de trabajo con la que mi papá se acostaba. © AussieCanuck94 / Reddit

Mi esposo me engaña. Lo sé porque su amante es mi manicurista. Ellos no se conocieron por mí, se encontraron en una tienda.
Ahora que estoy de baja por maternidad, voy a hacerme las uñas cada tres semanas, y ella me habla de su nuevo novio, me enseña fotos y regalos. La primera vez que vi la foto de mi esposo en su celular me quedé impactada. Ahora ya lo tomo con calma.
La chica es guapa, pero bastante simple. No entiendo qué ve en ella mi esposo, que siempre se ha jactado de valorar la inteligencia, la creatividad y el sentido del humor. Le promete matrimonio pero “más adelante”.
No estoy dolida, me parece ridículo todo.
Hace ocho meses que sé de la aventura, pero no he hecho nada. Solo voy a la manicura y escucho cómo ella habla. Miro a los ojos de mi esposo y no veo nada en ellos. © Overheard / Ideer
Descubrí que mi novio me engañaba. Estuve dándole vueltas a cómo vengarme. Tardé aún más en convencerlo de que nos hiciéramos tatuajes iguales.
Al final aceptó. Fuimos con el tatuador, él se lo hizo primero y yo me fui a casa. Esa misma noche terminamos. Ahora sí me siento genial. © Overheard / Ideer

Mi novio, al principio de la relación, solía bromear: “En el siglo XXI, ser infiel no es lo peor que puede pasar en una relación”.
Tres años después descubrí que tenía una amante y que ni siquiera sabía de mi existencia. La conocí, le conté todo. Nos reímos, dijimos que no era gran cosa y las dos lo dejamos. © Overheard / Ideer
Fui a IKEA poco después de mi primera boda para comprar un comedor. Éramos mi entonces esposo, una amiga cercana... y yo, la ingenua.
Lo que no sabía era que esa “amiga” era su amante.
Los observé caminar juntos como una pareja, discutiendo las opciones hasta elegir una mesa con cubierta de vidrio que yo había dicho muchas veces que era poco práctica.
Aunque ignoré muchas señales, fue ese momento el que me abrió los ojos. Lo confronté días después. © CommonFrequency / Reddit
Sentí que algo no estaba bien y, por primera vez en 18 años, revisé el celular de mi esposo. Lo único que encontré fue vergüenza.
Montones de mensajes con chicas de veintitantos. Todas del gimnasio al que vamos. De algún modo consiguió sus números en recepción.
Les coquetea, pero ellas solo lo mandan a volar.
Lo que más me molesta ni siquiera es la posible infidelidad, sino que todo el gimnasio se burla de él... y por ende, también de mí. © Overheard / Ideer

Salía con un chico al que quería muchísimo. Todos los días regresaba del trabajo con la ilusión de verlo.
Si él llegaba primero, me preparaba mis platillos favoritos para cenar. Si yo llegaba antes, cocinaba lo que a él más le gustaba.
Un día me sentí muy mal en el trabajo y me dejaron salir antes. Pensé que, al llegar, lo encontraría dormido... pero estaba con otra mujer. En ese instante, todo el amor que sentía por él se desvaneció como una burbuja.
Entré a la habitación, encendí la luz y, con total calma, le dije:
—Lárgate, quiero dormir.
Me acosté y cerré los ojos.
Diez minutos después, él la acompañó a la puerta y volvió a despertarme, diciendo que quería disculparse. Pero yo ya no quería escuchar nada.
A la mañana siguiente, hice mi maleta. Él me seguía por el departamento, intentando abrazarme y besarme, pero su contacto me daba asco.
Me fui a casa de una amiga, lo bloqueé de todos lados, borré sus fotos y todos sus mensajes. © Unknown author / Pikabu
Mi relación con mi novio ya se venía abajo. Descubrí que me engañaba, y encima me culpaba a mí por todo.
Durante ese tiempo, quien más me apoyó fue mi mejor amigo. Un día, mi novio y yo fuimos a hablar a un restaurante donde trabajaba mi amigo. Él pidió una pizza de champiñones, diciendo con orgullo que era mi favorita. Pero cuando llegó la pizza, no tenía champiñones.
Él empezó a armar un escándalo:
—¿Dónde están los champiñones? ¡A mi novia le encantan! Y entonces mi amigo, que era el mesero, le respondió con una sonrisa:
—Ella odia los champiñones. Creo que a otra persona le gustan. ¿Recuerdas? Viniste con ella la semana pasada. Mi novio no dijo ni una palabra. Solo se levantó y se fue.
Y yo, en silencio, pensé que algo así solo pasaba en las películas. © Habitación 6 / VK