Escuché una conversación secreta entre mi esposo y su compañera de trabajo y nunca me había sentido tan humillada

Pareja
hace 9 meses
Vender puede ser un arte, pero a veces se siente más como un deporte extremo. En algún momento todos podemos ser clientes maravillosos... o desastrosos. Esos que piden descuentos imposibles, que leen la política de cambios después de armar un escándalo, o que creen que el vendedor es una especie de psicólogo con uniforme. Si alguna vez has vivido una situación similar, te sentirás identificado. Y si no, tal vez después de leer esto, empieces a valorar un poco más el trabajo de quienes están al otro lado del mostrador
Las interacciones entre vendedores y compradores pueden estar llenas de emociones inesperadas. En ocasiones, lo que se compra trae consigo sorpresas impresionantes.