21 Personas que buscaban un príncipe azul y se encontraron con el sapo

hace 1 año

Cuando se trata de encontrar el amor, el viaje es muy distinto para cada quien. Algunos terminaron en pareja con la única persona con la que han salido y otros conocieron a miles, pero aún no se toparon con el o la indicada. En este caso, un hilo de Twitter recopiló las historias de 21 personas que están en busca de su media naranja, pero tropezaron en un par de citas.

En una cita, una vez un hombre me dijo que los dientes separados solo se les veían bien a los famosos como Madonna y que yo debería usar ortodoncia. © ogeicosnag / Twitter
Salí con un chico al que estaba conociendo ese mismo día y la “cita” se convirtió en un acompañamiento a los tribunales porque él tenía juicio y no me dijo nada. © marieeljosee / Twitter
Una vez, un chico me tocó las manos y me dijo: “Tienes las manos muy suaves, son las de alguien que nunca ha trabajado en su vida”. Otro me dijo que tenía ladillas y me habló de su expareja durante dos horas. © Jolsck / Twitter
Una vez fui a la casa de alguien y estaba llena de luces de Navidad. Todo el techo y los baños. También tenía figuras de porcelana por todos lados. Salí corriendo. © JRodolfoM / Twitter

Fui a la casa de la muchacha con la que estaba saliendo, después me preguntó si la podía dejar en una fiesta, pero que debíamos pasar por alguien antes. Buscamos a un muchacho que resultó ser su novio y los dejé en la fiesta de su suegra. © BryantEEA / Twitter
Me llevó a su “casa” y luego de media hora me dijo que me tenía que ir porque los dueños iban a llegar sorpresivamente. Le dije: “No entiendo, ¿no vives aquí?”. Me respondió: “No, yo solo limpio el departamento”. © HipotesisPoder / Twitter
Fue la primera y última cita con un chico que acababa de conocer. Le estaba hablando de mis sueños de irme a Noruega o Escandinavia y me interrumpió para decir: “Ay, pero yo no hablo noruego. Bueno, podemos ir los dos de refugiados a la embajada hablando español”. © AquiOjos / Twitter
Me pasó a buscar en un camión gigante para ir a tomar mate en una gomería mientras le emparchaban una rueda. Primera y última vez que salimos. © jurisich_aldana / Twitter

Sugerí que nos viéramos a las 2 de la tarde porque yo salía de trabajar media hora antes de eso. Llegué al restaurante y ella no estaba. Llegó a los pocos minutos y me dijo que me había esperado afuera de mi trabajo porque quería confirmar si de verdad salía a la hora que le dije. Se enojó sin razón y se fue. © davidrevr / Twitter
En la preparatoria fui con una chica al cine y todo bien, hasta que salimos y empezó a decir que no la había abrazado y que tenía frío. Le dije que no me gustaba abrazar a la gente, se sentó en el piso en el medio de la plaza y no se quería levantar. Yo era aún más vergonzoso y ahí me quedé de pie a su lado. © julioplaceress / Twitter
Una chica me preguntó si yo había visto la película Esperando la carroza. Cuando le dije que no, me respondió que cómo podía ser, que era su película favorita. Luego me recitó de memoria todos los diálogos y no habló de otra cosa más que de eso. © JacquesDuponttt / Twitter
Fuimos al cine a ver una de las últimas películas de La momia y llegó tarde. Ya en la película solo volteó para decirme: “Seguramente no sabes para qué se construyeron las pirámides”. Le respondí que eran tumbas y dijo que si ya sabía todo, para qué veía la película. Luego abandonó la sala. © luisabr_ramos / Twitter

Salimos a cenar y pasó el tiempo hasta que se nos hizo tarde y yo debía volver para sacar a mi perro a pasear. Se lo dije y me respondió que nunca estaría con una chica con perro porque siempre están preocupadas y calculan sus tiempos para sacarlo y darle de comer. © sol00827 / Twitter
Él era físico. Su papá era físico, sus hermanos eran físicos, sus abuelos y tíos eran físicos. Solo hablaba de física y se terminó comiendo mi comida. © lavidadenicol / Twitter
Me dijo que tenía ganas de comer algo dulce, entonces le hice alfajores de almidón de maíz, hice las tapitas y todo. Cuando nos vimos y le entregué los alfajores, me dijo que no le gustaba el coco rallado y los terminó tirando a la basura delante de mí. © ppp_*_*_a / Twitter
Una vez una amiga conoció a una chica lesbiana y nos armó una cita a ciegas. Ella no me gustó de entrada, pero no quise dejarla plantada. Fuimos a un bar y me empezó a “leer el futuro” con (oigan bien) numerología. © ComadreLesbiana / Twitter

Si alguna vez has vivido un momento incómodo y te diste cuenta de que no habría una segunda cita, con los siguientes artículos entenderás que no eres el único: