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¿Crees que el café debe ser amargo? Tal vez, sin saberlo, te has acostumbrado a esos sabores a humo, ceniza o incluso a quemado que suele tener el café mal preparado. Aunque muchos lo toman así, lo cierto es que esos sabores no son señal de un buen café, sino de una mala elección de grano, una preparación incorrecto o ambas. La verdad es que un café de calidad puede tener notas frutales, toques caramelizados e incluso matices achocolatados. Sí, el café no solo sirve para despertarte, también puede enamorar al paladar. A continuación te mostramos 3 consejos clave de expertos para identificar un buen café y poder disfrutar su mejor versión en casa, sin necesidad de ir a una cafetería.
El primer paso para un café perfecto es elegir granos de alta calidad. Según la Specialty Coffee Association (SCA), los granos de café especiales se distinguen por sus atributos sensoriales únicos, como el aroma, el sabor y el dulzor natural.
Fíjate, primero, en el color del grano. Si ves que el grano tiene tonos de color café: desde el café claro hasta el café un poco oscuro (sin que sea negro), es probable que sea un buen café.
Si tu grano de café es de color negro y es brillante, seguramente es de baja calidad. Te olerá a humo, te sabrá amargo. Fíjate en las dos fotos que te dejamos, la de arriba es la de un buen café, un café de especialidad; la de abajo es la de un mal café, que usualmente se quema para ocultar su mala calidad.
Consejo: Busca cafés con certificaciones de origen y procesamiento sostenible. De tostión o tueste medio. Estos granos suelen tener un sabor más equilibrado y frutal.
La molienda incorrecta es uno de los errores más comunes al momento de preparar café. Si el café está molido demasiado fino, si usaste agua demasiado caliente o si el café estuvo en contacto con el agua demasiado tiempo puede que libere sabores amargos debido a esta sobreextracción.
Consejo: Ajusta la molienda según el método de preparación. Para cafeteras de filtro, usa una molienda media; para espresso, una molienda fina pero no excesiva. Para la temperatura del agua, te recomendamos que esté entre 90 y 96 grados centígrados, justo antes de que empiece a hervir.
Los residuos de café viejo en tu cafetera o molinillo pueden afectar el sabor de tu bebida, lo que añade notas amargas y desagradables. El café viejo que dejes en tu equipo no hará más que quemarse y contaminar el sabor de tu bebida.
Consejo: Limpia regularmente tu cafetera, molinillo y otros utensilios. Usa una mezcla de agua y vinagre para desinfectar y eliminar los residuos acumulados.
La SCA destaca que la forma en que preparas el café influye en su sabor final. Métodos como el V60, la prensa francesa o el AeroPress pueden resaltar diferentes atributos del café, como la acidez, el dulzor o el cuerpo.
Consejo: Prueba diferentes métodos para descubrir cuál resalta mejor los sabores de tu café favorito.
Como pudiste ver, el café no tiene por qué ser una bebida amarga y sin matices: con los granos adecuados y una preparación consciente, puedes transformar tu rutina en una verdadera experiencia gourmet. ¿Te animas a probar estos consejos y redescubrir tu taza diaria? Cuéntanos en los comentarios qué descubriste sobre tu café.