Me quedo con: "Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad es-coja"
30 Formas de “insultar” de autores famosos que demuestran que se puede ser despectivo sin perder la compostura
A muchos nos ha pasado que, cuando leemos un libro, los personajes nos sorprenden y hacen reír con las respuestas hostiles que le brindan a otro sujeto no grato. Estas frases están llenas de ingenio, y, en algunos casos, debemos volver a leerlas para entender todo su significado mientras pensamos en lo bien que nos haría pronunciarlas en la vida real, en situaciones similares a las de la obra.
Si alguna vez has querido manifestar tu rechazo sin ser grosero, toma nota, ya que Genial.guru reunió para ti 30 frases de autores famosos que puedes usar cuando, al igual que los protagonistas de las ficciones, no puedes ocultar tu rechazo hacia una persona en particular.
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Tiene más cabellos que talento, y más defectos que cabellos, y más riquezas que defectos (William Shakespeare, Los dos hidalgos de Verona).
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Hablas una cantidad infinita de nada (William Shakespeare, El mercader de Venecia).
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La acidez de su rostro agría las uvas maduras (William Shakespeare, Coriolano).
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Deseo que seamos los mejores extraños (William Shakespeare, Como gustéis).
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Querida, me importa un comino (Margaret Mitchell, Lo que el viento se llevó).
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Si tu cerebro fuera dinamita, no habría suficiente para hacerte volar el sombrero (Kurt Vonnegut, Cronomoto).
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Él es simplemente un agujero en el aire (George Orwell, El león y el unicornio).
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Debería tomarte unos cuatro segundos caminar desde aquí hasta la puerta. Te daré dos (Truman Capote, Desayuno en Tiffany’s).
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Es una necia diligencia errada, es un afán caduco y, bien mirado, es cadáver, es polvo, es sombra, es nada (Sor Juana Inés de la Cruz, Engaño colorido).
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Bien con muchas armas fundo que lidia vuestra arrogancia, pues en promesa e instancia juntáis diablo, carne y mundo (Sor Juana Inés de la Cruz, Redondillas).
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Traidor, descompuesto, villano, infacundo, deslenguado, atrevido, desdichado, maldiciente, canalla, rústico, patán, malmirado, bellaco, socarrón, mentecato y hediondo (Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha).
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¡Enemigo del género humano! (Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha).
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Truhan moderno y majadero antiguo, de villana y grosera tela tejido, echacuervos, corazón de mantequillas, ánimo de ratón casero, alma endurecida, pan mal empleado (Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha).
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¡Tus tías han carecido de nariz desde hace siete generaciones! (Rudyard Kipling, Kim).
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¡Eres la quintaesencia de todo lo que es abominable! (Edgar Allan Poe, El aliento perdido).
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Te crees muy gracioso... Pero no eres más que un sinvergüenza arrogante y bravucón (J. K. Rowling, Harry Potter y la Orden del Fénix).
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Está más chiflada que excremento de ardilla (J. K. Rowling, Harry Potter y las Reliquias de la Muerte).
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Le instan a que no meta su desproporcionada nariz en asuntos ajenos (J. K. Rowling, Harry Potter y el Prisionero de Azkaban).
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Acababa de lograr lo que había estado intentando desde que tenía tres años: ser más ancho que alto (J. K. Rowling, Harry Potter y el cáliz de fuego).
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Solo porque tú tienes el rango emocional de una cuchara no significa que todos somos iguales (J. K. Rowling, Harry Potter y la Orden del Fénix).
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Todos los imbéciles odian cuando los llamas imbécil (J. D. Salinger, El guardián entre el centeno).
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Tienes tanto encanto como una babosa muerta (Suzanne Collins, Los juegos del hambre).
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No conozco a la mitad de ustedes, ni la mitad de lo que querría, y lo que yo querría es menos de la mitad de lo que la mitad de ustedes se merece (J. R. R. Tolkien, El Señor de los Anillos: la Comunidad del Anillo).
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Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad es-coja (Francisco de Quevedo, Calambur).
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Tu nariz se ha juntado con el os y ya tu lengua pañizuelo es; sonaba a lira, suena a moco y tos (Francisco de Quevedo, Soneto al mesmo Góngora).
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Nunca vi a nadie tomar tanto tiempo para vestirse, y con tan poco resultado (Oscar Wilde, La importancia de llamarse Ernesto).
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La simplicidad de tu personaje te hace exquisitamente incomprensible para mí (Oscar Wilde, La importancia de llamarse Ernesto).
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Era una herramienta del jefe, sin cerebro ni columna vertebral (Franz Kafka, La metamorfosis).
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Tótem viejo con cara de bota, con cara de remolino en una reserva de basura (Kingsley Amis, La suerte de Jim).
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Permítame decirle que no me gusta su cara (Agatha Christie, Asesinato en el Expreso de Oriente).
¿Qué frase te gustó más? Cuéntanos en que situación la usarías, y comparte con nosotros otras citas capaces de dejar sin palabras a un adversario elocuente.
Comentarios
Me quedo con la forma de insultar de Shakespeare
Geniales todos ellos ;)
Muy buena la del rango emocional de una cuchara XD
“Tienes tanto encanto como una babosa muerta”, la mejor para mí