5 Peculiaridades de las casas japonesas que las hacen las más agradables del mundo
Las casas japonesas son extraordinarias para la persona occidental con su laconismo, sencillez y destacada austeridad. No hay nada sobrante, cada objeto tiene su propio lugar y en conjunto adquieren un sentido simbólico.
Genial.guru te cuenta sobre los conceptos básicos y peculiaridades de las viviendas japonesas qué las hacen tan únicas y diferentes.
1. Abundancia del espacio libre
Los japoneses no acostumbran a llenar sus viviendas con muebles extra y baratijas. En términos ideales, en la sala, la cual se dice en japonés "ima", no tiene que haber nada excepto tatamis (esteras de caña y paja de arroz con las que recubren todo el suelo). Ellos también lo utilizan como unidad de medición de la superficie: una habitación tradicional incluye 6 de ellas.
Los demás enseres domésticos pueden incluír una mesa de té con alfombras para sentarte, una cómoda y futones (colchones rellenos de algodón que se utilizan en lugar de camas). A menudo, estos sillones son guardados en unos armarios especiales incorporados al lugar llamados "oshiire", que tienen el mismo color que las paredes y no se ven. Todo esto ayuda a crear un efecto de espacio abierto en el cual no molesta nada y no se desvía la atención. Este concepto también tiene otra ventaja indiscutible: un mínimo de muebles y otros utensilios de casa no permiten que el polvo y la mugre se acumulen, lo que considerablemente facilita la limpieza.
2. Universalidad
En una casa tradicional japonesa no hay paredes interiores en el sentido tradicional. En lugar de ellas, se utilizan puertas ligeras que se deslizan llamadas "fusumas", hechas de tablas de madera o bambú y papel de arroz. Éstas fácilmente se quitan y se deslizan, y gracias a ella sin esforzarse tanto pueden cambiar la planificación de la casa haciendo varias recámaras o cambiando las fronteras entre ellas. Además, por el uso de pocos muebles y su movilidad, el cuarto en la noche puede ser utilizado como dormitorio y en el día como sala.
Pero el baño y el inodoro en casas grandes normalmente se encuentran en diferentes espacios, y además, este cuarto puede constar de dos recámaras. En la primera se encuentra el lavabo y la ducha y en la segunda el ofuro. Todo está en la importancia que dan los japoneses a los procedimientos del baño: la suciedad se limpia en la regadera, pero el baño tradicional japonés se utiliza para descansar y relajarse en el agua caliente.
3. Cercanía a la naturaleza
El compañero indispensable de las casas japonesas es el jardín. Se puede entrar en él directamente desde la casa, y para esto, es suficiente abrir unas puertas que se deslizan llamadas shōji. Cuando las condiciones climatológicas lo permiten, las puertas del jardín pueden estar siempre abiertas.
La cercanía a la naturaleza se garantiza por los materiales: madera, bambú, papel de arroz y algodón, los cuales se utilizan al constrír las casas por ciertas razones: en primer lugar, son más baratos y accesibles que la piedra y el hierro. En segundo, en Japón a menudo hay terremotos y construir de nuevo esta casa "de papel" después de una catástrofe es más fácil, y las probabilidades de morir bajo los escombros son menores.
4. Abundancia de la luz
Otra parte que integra el interior japonés es la abundancia de luces tenues que entran a la casa a través de paredes exteriores hechas de un material translúcido, y que se disipe por sus estructuras enrejadas. Un efecto análogo se crea mediante las lámparas hechas de bambú y papel de arroz.
5. Minimalismo
Lo principal en el interior de una casa japonesa no es la belleza exterior, sino la comodidad y tranquilidad de su habitante. Allí no hay colores llamativos, brillantes y una multitud de baratijas que a menudo tienen los departamentos de Occidente. Todos los objetivos decorativos se encuentran en un lugar, en un especial cubículo llamado tokonoma. Allí ponen las cosas más valiosas y bonitas: grabados, figuras netsuke, ikebana, pergaminos con jeroglíficos, entre otros. Tal laconismo ayuda a la persona a relajarse y descansar, ya que estas pocas cosas bonitas que hay en casa disponen de los pensamientos y de la contemplación.