5 Desafíos en la vida de Billie Eilish que pocos conocen y cómo las superó

Psicología
hace 6 horas

“En toda mi vida jamás he sido una persona feliz realmente”, “Sé que soy feliz, pero soy tan infeliz” y “Soy una persona deprimida” no son títulos de tres canciones de Billie Eilish, sino frases suyas al hablar abiertamente sobre su salud mental. Convertirse en una de las estrellas musicales más influyentes del siglo XXI antes de los 25 años ha tenido consecuencias que podrían afectar emocionalmente a cualquiera. Sin embargo, su actitud honesta —la misma que transmite en cada interpretación— se ha convertido en un rayo de esperanza para quienes atraviesan momentos difíciles en su mente o en su corazón. En este artículo te mostramos un lado de la intérprete de Birds of a Feather que no todos conocen, aunque ella nunca lo ha ocultado. Estas son 5 verdades poco conocidas sobre Billie Eilish.

1. Perdió a todos sus amigos al hacerse famosa

“De repente me volví famosa y todo el mundo dejó de hablarme”, confesó para una entrevista de BBC la cantante que alcanzó la fama a los 14 años con el sencillo Ocean Eyes. A pesar de ser una de las artistas más escuchadas e influyentes para la generación Z, Billie ha tenido dificultades para tener amigos que estén cerca de ella por amistad y no por intereses laborales.

Un ejemplo de esto fue la revelación que tuvo en su cumpleaños número 20, cuando miró a su alrededor y notó que todas las personas presentes en la celebración eran empleados suyos. Poco después, uno de ellos renunció y nunca volvió a tener contacto con ella. Ese episodio le dejó claro que, aunque para ella eran amigos, para ellos solo se trataba de un trabajo.

Según compartió con la prensa, esta experiencia la dejó a la defensiva y con muchas dificultades para abrirse o mostrarse amistosa con quienes trabajaba: “Me afecta mucho la pérdida y tengo muchos problemas de abandono”, confesó. Sin embargo, también aclaró que ha trabajado intensamente para superar esas barreras, reconectar con amistades del pasado e incluso hacer nuevas —algo que, según ella, ha conseguido con éxito.

2. Ha tenido una relación difícil con su cuerpo

Antes de convertirse en las estrellas de la música que son hoy, Billie Eilish y su hermano Finneas se formaban como bailarines en el prestigioso centro Revolution Dance, en Los Ángeles. Sin embargo, a los 13 años, Billie se lesionó una placa de crecimiento en la cadera, lo que puso fin a la posibilidad de un futuro en la danza.

En una entrevista, Billie contó que la adolescencia fue una etapa difícil, especialmente por la relación que tenía con su cuerpo, pues sentía como que le jugaba en contra. Sufría lesiones frecuentes, que más adelante descubrió eran causadas por su hipermovilidad, una afección genética que la hace extremadamente flexible, al punto de sentir dolor o lesionarse con facilidad.

Esta situación provocó una relación tormentosa con su cuerpo, ya que sentía que este la traicionaba constantemente. Pero con el tiempo, decidió hacer un cambio de enfoque: “la música reemplazó al la danza”, compartió con los medios.

3. Tiene síndrome de Tourette

A los 11 años de edad, la intérprete de Lunch fue diagnosticada con Síndrome de Tourette, un desorden neurológico que causa tics, lo cual, según le comentó a David Letterman en una entrevista, puede llegar a ser extenuante.

También comentó que casi nadie lo nota, pero en quienes sí lo hacen, suelen reaccionar riéndose de sus tics: “La reacción más común de la gente es reírse, porque piensan que estoy tratando de ser graciosa. Siempre quedo muy ofendida por eso”.

4. Ha sido ghosteada

Para algunas personas podría ser difícil imaginar por qué alguien querría hacerle ghosting a Billie Eilish, pero según ha compartido ella misma sin tapujos, esta es una realidad desafiante que le tocó vivir y superar de forma inesperada.

La artista lo contó durante una charla en el pódcast de Lily Allen, donde reveló que alguien a quien conocía desde hace años —y con quien incluso estaba armando un proyecto—, un día simplemente dejó de responderle... y nunca más volvió a saber de esa persona. “No sabía que la gente aún hacía eso”, confesó Billie. Más adelante se enteró de que esa persona ya estaba saliendo con alguien más.

5. Conoce bien la depresión

En más de una ocasión ha confesado que, aunque es capaz de sentir alegría y reír a carcajadas, eso no la hace una persona feliz. “He sido una persona alegre, pero no una persona feliz”, dijo en una entrevista admitiendo ha sufrido de depresión toda su vida, pero lo más impactante no es solo que lo haya dicho, sino cómo lo ha explicado.

Billie ha descrito su depresión como algo cíclico, y que la idea, la de que “todo pasa”, fue por mucho tiempo su salvavidas mental. Sin embargo, hubo un punto en el que ni siquiera eso le traía consuelo. “Esta vez pensé: no me importa. Ni siquiera quiero que mejore”, confesó. Afortunadamente, su red de apoyo hizo toda la diferencia. Su familia y su mejor amiga de la infancia fueron piezas clave para ayudarla a salir a flote.

Pero también hubo una decisión personal: la de reconectar con la vida, con lo cotidiano. Salir de casa, ir al supermercado, asistir a lecturas de libros o simplemente pasar a por su comida rápida favorita fueron pequeñas acciones que, paso a paso, le ayudaron a recuperar el rumbo. Eso no significa que el miedo desapareció, ella ha admitido sin rodeos que le teme al mundo, a la exposición, a ser vista y grabada todo el tiempo. Y sin embargo, ha decidido hacerle frente.

“Estoy eligiendo hacer lo que me da más miedo”, compartió la también ganadora del Óscar.

Si alguna de las palabras de Billie Eilish te hizo clic, no estás sola. La salud mental es un tema real, complejo y muy personal. Y aunque leer experiencias como la suya puede ser reconfortante, nada reemplaza el apoyo de un profesional. Pedir ayuda, lejos de ser una señal de debilidad, es el primer paso para estar mejor.

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