Yo sí iría de visita este país
6 Características de la vida en Noruega que cuentan la verdad más sincera sobre los escandinavos
Aproximadamente dos tercios de la superficie de Noruega son montañosos y la tierra cultivable representa solo alrededor del 2 %. A pesar de la escasez de recursos naturales, este país es considerado uno de los mejores del mundo para vivir. Y el nivel de felicidad allí es sorprendentemente alto.
Genial.guru se preguntó: ¿tal vez tengan una forma especial de vida y de pensamiento? Entonces averiguamos qué cualidades distinguen a los noruegos y cómo viven. Y el bono incluye un par de historias divertidas que te ayudarán a comprender aún mejor esta cultura nórdica.
1. No se puede simplemente ponerse a hablar con un extraño en Noruega
En Noruega, el espacio personal es una cuestión sagrada. Y es una de las razones por las que mucha gente encuentra a los noruegos fríos y hostiles. En realidad, los lugareños simplemente no abren sus corazones a cualquier transeúnte.
Allí no se acostumbra sentarse en el transporte público junto a uno de los pasajeros si hay al menos un asiento vacío en alguna otra parte. Y para entablar una conversación con un extraño, definitivamente necesitarás una excusa. Por lo general, la conversación comienza con una pregunta sobre el clima, especialmente si te encuentras fuera de la capital.
Las personas tímidas a veces tienen problemas con este código de conducta tácito. Se sienten muy solas, pero no se atreven a acercarse a alguien para conversar.
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Estaba haciendo dedo en una carretera. Se detuvo una mujer. Robusta, con trenzas gruesas. Le dije a dónde necesitaba ir, asintió en silencio. Arrancamos. Luego, de repente, ella redujo la velocidad, me sacó del coche y me entregó la comida. Ella también comió. Terminamos y me escoltó en silencio al interior del auto. Seguimos viaje. Comenzó una tormenta. La mujer condujo hacia una casa. Entramos. Empezó a sacar algo de comida de las cajas y le pregunté si esa era su casa. En respuesta, obtuve: “Ok”. Pasamos la noche juntos, luego me llevó a la ciudad a la que necesitaba ir, me dejó en silencio y se fue. Decir que estaba en shock es no decir nada. © Francis Xavier / quora
2. La mejor forma de pasar el fin de semana es ir a la casa de campo, donde no hay ni luz ni agua
Los lugareños tienen una actitud especial y reverente hacia la naturaleza. A la mayoría de la gente le encantan las actividades al aire libre: esquiar, acampar, pescar, etc. Si alguien no es muy aficionado a la naturaleza, entonces se ve un poco extraño a los ojos de la sociedad.
Muchas personas a menudo tienen que explicar a los vecinos, colegas y a otras personas interesadas por qué un fin de semana no se pasó en el bosque o en la montaña. Las cosas son así no solo en las provincias, sino también en la capital del país.
Incluso las postales para los turistas son, en su mayoría, de hermosas vistas en lugar de atracciones culturales.
Y los noruegos ricos, por regla general, tienen una casa aislada en algún lugar en las profundidades del bosque, como una casa de verano. Las casas suelen ser de madera, no hay camino de acceso a ellas (hay que caminar un par de kilómetros o incluso más), casi no hay beneficios de la civilización en el interior (no hay grifería, electrodomésticos como tostadoras o microondas), y los más valientes ni siquiera usan electricidad. En busca de agua van a la fuente más cercana o la traen de la ciudad.
3. La igualdad de género en Noruega no es solo una forma de decir. Aunque hay algunas vicisitudes aquí
Los noruegos aconsejan a los ciudadanos extranjeros que no sean caballeros. Suena extraño, pero el hecho es que en este país oficialmente no hay diferencia entre hombres y mujeres, todos son solo personas. Y si, sin darte cuenta, le abres una puerta a una dama o le haces un cumplido, puedes ofenderla o meterte en problemas.
Al mismo tiempo, es curioso que, según las observaciones de los residentes del país, los hombres locales, siempre que sea posible, prefieran establecer relaciones con mujeres extranjeras o visitantes. Una de las razones es el orgullo y la exigencia de las nativas noruegas.
Además, muchos señalan que, de hecho, las mujeres en secreto quieren que el hombre no comparta la cuenta con ellas en un café o un restaurante, sino que la pague él mismo. Al menos en la primera cita. Habrá mucha más equidad financiera en citas posteriores.
En el matrimonio, por regla general, los roles se distribuyen de manera algo diferente que en las familias de muchas otras partes del mundo. Por ejemplo, un hombre ayuda en la casa, cuida a los niños y se ocupa del hogar, pero espera una contribución significativa de la mujer al bienestar económico de la familia. Y si un noruego puede cambiar el pañal de un bebé, entonces una noruega puede poner neumáticos de invierno en un automóvil sin ayuda.
No es sorprendente que las amas de casa no sean reconocidas en este país. No agradan aquí. Se cree que el trabajo es más importante que la crianza de los hijos: es mejor ir y construir una carrera que perder el tiempo con un niño. El gobierno apoya este sistema: si quedas embarazada y tienes empleo, se te ofrecerá licencia anual paga; si estás desempleada, recibirás una pequeña suma una sola vez, que puede no ser suficiente ni siquiera para las necesidades más básicas.
4. El trabajo para los lugareños es sagrado. Nadie se queda en casa (excepto en casos raros)
El trabajo es uno de los componentes de la mentalidad noruega. Buscan trabajo inmediatamente después de graduarse. Alternativamente, inician su propio negocio. Prácticamente no hay casos en el país en los que alguien vive de familiares y no trabaja.
En el trabajo, las relaciones también son completamente diferentes. Nadie monitorea al empleado y no controla la calidad de su trabajo. Los jefes solo esperan que el trabajo se haga a la perfección. Si el empleado comete errores con una frecuencia mayor de la esperable, de todos modos no se le asignará un “observador”, simplemente lo despedirán.
Los noruegos no solo trabajan para ganar dinero, tienden a amar aquello a lo que se dedican. Así que hablar sobre tu vida profesional es una de las mejores formas de entablar una conversación con alguien.
La jerarquía está poco expresada en este país. Todos se comunican entre sí en igualdad de condiciones. En las oficinas, los jefes no les gritan a los subordinados ni les hablan sobradamente. En general, el liderazgo autoritario aquí está sujeto a la condena.
5. Sin embargo, encontrar trabajo en este país es difícil incluso para quienes viven en él
No basta con encontrar un trabajo, también es necesario conservarlo. En Noruega, son valorados los verdaderos especialistas y poco se hace “así nomás”, por lo que aquellos que están bien versados en su campo tienen más posibilidades de éxito. Las profesiones relacionadas con la producción de petróleo y gas, así como con la industria petroquímica, tienen una gran demanda en este país.
¿Recuerdas que la confianza es uno de los valores culturales fundamentales? Puedes obtener un lugar sin mostrar tu diploma al empleador si le informas sobre tus calificaciones. O si alguien digno de respeto avala tus conocimientos y habilidades.
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Trabajé en Noruega por un empleo de temporada. Me apasiona la cultura local, me resulta muy cercana. Pero debo advertirte: es poco probable que te quedes mucho tiempo aquí si, como yo, no eres un ingeniero petrolero, un especialista en TI o algo así. El sistema local es duro. Para vivir aquí, debes ser necesario para la comunidad local. © Silvia Branco / quora
6. Se dice que no hay pobres en Noruega. En cierto sentido, realmente no los hay
Se cree que en Noruega no existe la pobreza como tal, pero todo es relativo. Estos son algunos ejemplos clásicos de lo que se considera falta de dinero en este país:
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En agosto comienzan las clases y algunos niños no pueden contarles a sus amigos que tuvieron unas vacaciones de verano estupendas en Francia o España porque sus padres no tienen dinero para esos viajes.
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Un niño con un iPhone 5 puede recibir burlas de sus compañeros. Los adultos que pueden pagar un teléfono inteligente por 130 USD, y no el dispositivo más genial por 1200 USD, también se sentirán incómodos.
Las personas que por alguna razón no pueden trabajar reciben seguridad social del estado. Algunas de ellas apenas pueden permitirse comidas calientes y regalos de Navidad, mientras que otras se van tranquilamente de vacaciones un par de veces al año.
Como regla general, la pobreza en Noruega significa solo la incapacidad de satisfacer tus propias debilidades y caprichos. Pero la cuestión del hambre, el frío o la atención médica no es un problema para nadie. Se necesitará bastante esfuerzo para que esto sea un inconveniente.
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Crecí en una familia muy pobre. Mi padre nos dejó hace mucho tiempo y consiguió un buen trabajo, pero mi madre tenía problemas de salud, y no tenía suficiente dinero. A veces yo pasaba la noche con mis abuelos. En el colegio se reían de mí por mi ropa (era normal, pero no igual a la de los demás), y a veces no había comida en la mesa. En realidad, en Noruega todos los desempleados reciben prestaciones, pero mi madre, debido a su estado mental, ni siquiera lo intentó. Y yo era una niña y no podía pedirle ayuda a nadie. Una vez tuvimos que montar una tienda de campaña en el bosque y vivimos en ella todo el verano. © unknown author / quora
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Mi infancia fue en la década de 1960. Crecí en una granja. Ciertamente teníamos menos dinero que los habitantes de la ciudad, pero nunca pensamos en nosotros mismos como pobres. Teníamos suficiente comida y ropa. Trabajábamos duro: ordeñando cabras, desyerbando la huerta, recolectando frutas y bayas. Teníamos incluso más comida de la que necesitábamos y, a menudo, se la dábamos a amigos a cambio de algo de ropa. Jugábamos con juguetes de madera o pilas usadas. Los juguetes de la tienda eran pocos y eran muy preciados. En Navidad recibíamos un obsequio de lujo: naranjas, nueces y hasta un par de cocos. © Magnus Itland / quora
Bono: los lugareños hacen “sorpresas” culturales no solo a los extranjeros, sino también a quienes han vivido en Noruega
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Desde que me mudé, no me canso de sorprenderme: todos aquí parecen vivir más despacio, nadie tiene prisa y los coches dejan pasar a los peatones. Recuerdo que, al llegar, me acerqué a un cruce peatonal y me detuve junto al camino. Un auto se detuvo para dejarme pasar. En mi país la gente siempre espera a que el transporte pase primero. Así que me paré y esperé a que el auto pasara, y el auto me estaba esperando a mí. Al final, el chico que estaba detrás del volante abrió la puerta y con una sonrisa me preguntó si estaba bien. Para mí fue un choque cultural. © Aleksandra Skrzypek / Quora
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Fuimos a Noruega y nos hospedamos en un hotel. El sistema de alimentación allí era de buffet. En lugar de desayunar, algunos simplemente se llevaron un par de frutas. Pues el personal del hotel obligó a todos a abrir sus bolsillos y a mostrar sus mochilas, nos quitaron todas las frutas e incluso nos multaron con 20 €. ¡Fue humillante! Noruega, por supuesto, es un país maravilloso, pero mucha gente de aquí no comprende las peculiaridades culturales de otras personas. © Chris Price / Quora
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En 2016, fui a visitar a mi familia a Noruega. Cuando vivía allí (un año antes), usaba el mismo autobús todo el tiempo. Esta vez hice lo mismo. En cuanto entré, el conductor me dijo: “¡Cuánto tiempo hace que no nos vemos! ¿Te has mudado?”. Fue una agradable sorpresa, porque antes ni siquiera hablábamos con él. De alguna manera se acordó de uno de sus pasajeros. Y luego fui a un café al que también solía ir antes. El barista me preguntó en noruego qué quería pedir. Y luego admitió que solo me lo había preguntado porque estaba comprobando si yo todavía recordaba el noruego o si ya lo había olvidado. © Attman Kar / Quora
- En la tienda, le pregunté a mi esposo: “¿Te gustan las papas fritas?”. Él: “¡Por supuesto!”. La duda se apoderó de mí por su rostro sonriente. Llevamos las papas del norte de Noruega. Estaban empaquetadas en una bolsa opaca. Debí haber dudado entonces, pero no. Cuando abrí el paquete en casa, solté un grito. Las papas del norte de Noruega son del tamaño de unos guisantes. Bueno, es bastante justo, qué quieres, estamos más allá del Círculo Polar Ártico. Uf, finalmente todo estaba pelado, picado, arrojado en una enorme sartén de hierro fundido con aceite chisporroteando. ¡Mi esposo agarró romero picado y lo espolvoreó en la sartén! No dije nada, aunque mi ánimo estaba lejos de ser feliz. Después olí aroma a cordero, pero resulta que ni siquiera eso era lo peor. Menos mal que me había acercado a la cocina en el momento en que mi esposo abrió su caja de especias y empezó a sacar la nuez moscada. Tapé la sartén con el pecho: “¡No dejaré que tus trazos noruegos estropeen el icono de la cocina eslava!”. Comimos absolutamente todo, por supuesto. Mi marido casi lamió el plato al final. Yo no estaba tan encantada como él, pero también comí rico, aunque con un leve sabor a pata de cordero. © jasiula / Pikabu
¿Has estado en Noruega? ¿O tal vez realmente sueñas con ir allí?
Comentarios
Buen plan para los fines de semana!
Me gusta mucho el tema de la igualdad de género
Me sorprende que no haya pobres
Visitaría este país mañana mismo :)