6 Lecciones de vida que puedes aprender de tu gato o tu perro
Los grandes maestros de la vida no están escondidos en algúna cueva de la montaña más alta del mundo, están a tu lado todos los días, viven contigo, baten la cola y ronronean.
Tu perro es una descarga de buena energía.
¿Has visto su capacidad de emocionarse ante las cosas más simples del mundo?, su actitud entusiasta frente a la vida hace que revalúes tu forma de ver los problemas. Él es capaz de transformar cualquier día en el mejor día de su vida. "¿Vamos al parque? Genial, podré revolcarme en el pasto, corretear palomas, oler a otros perros. ¿Está lloviendo? ¡Mejor! El prado estará lleno de charcos y barro por explorar. ¿Nos quedamos en casa? Increíble, tal vez hoy me dejes subir a tu cama, me rasques la panza y me des un pedazo de tu pizza". Aprende de él a verlo todo con buenos ojos.
Tu gato es un refugio del mundo. No existe un mejor terapeuta que tu gato.
Cuando le hablas parece entender tus problemas y tener la respuesta (aunque no te la dé). Es probable que cuando te escucha solo esté pensando en el próximo pedazo de pollo que te va a robar, o en cuándo afilarse las uñas con el sofá, ¡pero cómo ayuda hablarle! Cuando todo tu universo está en crisis, tu gato es el refugio a donde debes acudir. Él te muestra cómo permanecer inmutable ante la tormenta, y además se enrosca sobre ti, te llena de calor y es capaz de hacerte olvidar que el mundo afuera sigue existiendo.
El amor de tu perro te hace dueño del mundo.
No hay mal día que no se arregle con el batir de cola de tu perro cuando llegas a casa. Para él no hay nadie más poderoso o increíble que tú; la forma en la que te mira te devuelve la confianza sin importar el tamaño de la derrota que hayas sufrido. Si creyeres en ti como cree tu perro, si te vieras un instante como te ve él, no bajarías jamás los brazos, sabrías que no hay nada imposible, porque él te ama con una fe ciega y no dudaría un segundo de ti.
El amor de tu gato te hace sentir privilegiado.
El momento en que tu gato escoge para enroscarse en tu regazo es sagrado; seguramente habrás pasado toda la mañana buscándolo para acariciarlo y escuchar su ronroneo, pero él decidió ignorarte y justo cuando estás listo para salir de casa, viene se acicala contra ti. Sabes que tienes que hacer que el universo deje de girar porque tu gato ha decidido quererte y no osarías rechazar un privilegio semejante. Pensar que tu gato te escogió para amarte te hace sentir único en la humanidad y no existe nada más gratificante que saberte su elegido.
Tu perro te enseña humildad.
Para tu perro no hay mal que dure un minuto. Tiene una capacidad de olvidar y perdonar que no es digna ni de los hombres más nobles. Si pudieras, como él, dejar que el rencor pasara de largo por tu cuerpo, te ahorrarías años de dolores de cabeza. Tu perro pasa la página más rápido que tú; si viviera tu vida seguramente ya habría olvidado a tu exnovia y perdonado a tu mejor amigo por esa vez que te hirió
Tu gato te enseña amor propio.
Tu gato sabe cuál es su lugar en el mundo, conoce el tipo de vida que merece y no se conforma con menos. Si aprendieras de él a darte tiempo para lo que te gusta, a darles prioridad a tus necesidades y a exigir un lugar en el corazón de los demás, vivirías mucho mejor. Intenta pararte en la vida conla confianza con que lo haría él, seguro tus expectativas y exigencias ganarían varios niveles de calidad.