7 Características de las cremas que pueden ser útiles para elegir una loción de día o de noche

La piel es el órgano más grande del cuerpo, y como tal, es fundamental cuidarla para conservar su vitalidad. Para ello, podemos hidratarla bebiendo la cantidad suficiente de agua al día, y usando sérums y lociones que sean apropiados para las necesidades de nuestro cutis. Este cambia según la estación del año, por lo que hay que tener en cuenta si sufrimos de sequedad o de exceso de sebo para ir variando los cosméticos. Por lo pronto, una de las claves está en utilizarlos con sabiduría y diferenciarlos según sus propiedades diurnas y nocturnas.

Genial.guru preparó una lista de cualidades que puede socorrerte a la hora de elegir una crema dependiendo del momento del día en que la vayas a utilizar.

1. Hidratación

La crema de día está formulada para retener el agua de nuestra piel y proteger nuestra dermis de factores ambientales como la contaminación. También actúa como un escudo frente al estrés que algunos de nosotros padecemos. Suele ser liviana, ya que durante el día podemos usar maquillaje y/o sudar y, normalmente, está diseñada para no obstruir los poros y no causar imperfecciones. Eso sí, el efecto depende del tipo de piel que tengamos.

2. Reparación

La crema de noche, a diferencia de la diurna, contiene una mayor concentración de nutrientes, y no, no es producto de la casualidad. Durante nuestras horas de descanso, la piel, como el resto del cuerpo, aprovecha para regenerarse, y como no está expuesta a los agentes perjudiciales del exterior, es el momento en que mejor se vale de los beneficios de las lociones.

3. Protección solar

Probablemente, es una de las diferencias más notables entre ambas lociones. La crema de día suele tener FPS entre sus activos, una función esencial para preservar nuestro cutis de los rayos UV, a diferencia de la crema nocturna, que no lo posee. Este factor puede resultar grasoso, por lo que no es muy buena idea utilizarla de noche. Aunque no salgamos a la calle, podemos aplicárnosla, ya que las pantallas también emiten radiación.

4. Ingredientes de noche

Aunque ambas pueden tener elementos para hidratar y humectar, la crema de noche suele tener aceites entre sus componentes, como el de jojoba, oliva, jazmín o incluso manteca de karité. También es común encontrar vitamina C, un potente antioxidante, o retinol, un derivado de la vitamina A que combate las arrugas. Con estas cremas debemos evitar la exposición a la luz del sol, puesto que hay riesgo de que nos salgan manchas, por ello, usarlas de día no es lo ideal.

5. Ingredientes de día

La loción de día suele tener una menor concentración de elementos en su fórmula para que su consistencia no sea tan pesada. En su INCI, la lista de ingredientes y sus porcentajes, normalmente encontramos ácido hialurónico, colágeno, antioxidantes e iluminadores para dar un efecto de piel lisa y rejuvenecida, y un mínimo de factor 12 o 15 para que los rayos del sol no incidan en nuestra piel. Si usamos una crema de día por la noche, probablemente no suceda nada grave, pero puede causar acné por la pantalla solar si tenemos un tipo de piel grasa.

6. Textura

La consistencia de una crema suele ser uno de los elementos en los que nos fijamos a la hora de adquirirla. Lo más común es que la crema de día sea liviana, ya sea en forma de gel para las pieles con más sebo, o comercializada como una loción untuosa que se absorbe rápido para las pieles más secas. Por el contrario, la crema nocturna puede llegar a ser mucho más espesa y oleosa. Podemos encontrarla también en formato de sérum.

7. Perfume

Aunque a muchas nos encanta que todo tenga un rico aroma, en materia de cremas, es mejor que no lo tengan. Esto se debe a que muchas marcas añaden aditivos para lograr una fragancia en particular, y eso puede provocar irritación y/o comezón que, sobre todo, a las pieles sensibles no les viene nada bien. Y aunque no tengamos ese problema, a largo plazo podría ser perjudicial para nuestro cutis.

Cuando compras una loción facial, ¿compruebas si es diurna o nocturna? ¿Sueles adquirirla por factores como la fragancia, la textura, el empaque o lees la lista de ingredientes?