7 Situaciones en las que necesitas actuar como un “malnacido” para tener una familia feliz
Una relación en la que no hay cariño, compromiso y amor, probablemente no se considerará saludable. Pero algunas personas sienten que en esto hay una obligación. Se comportan con sus familiares “como se debe”, pero así y todo nadie se siente feliz. En tales casos, debes desactivar el modo de mayor amabilidad y convertirte en un tirano delicado. Por el bien común. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo? Encontramos las respuestas en las publicaciones del psicólogo Will Meek y de la psicoterapeuta Tina Gilbertson.
En algunas familias infelices, los principios de las relaciones saludables pueden tener una interpretación extraña. Averigüemos cómo distinguir una acción adecuada de un sacrificio excesivo.
Anteriormente mencionamos la palabra “tirano”. Aclaremos por las dudas que no se te sugiere que persigas a tu familia con un hacha, habiendo calmado previamente la conciencia con un litro de alcohol. Tampoco se trata de acciones sadomasoquistas. El equipo de Genial.guru te lo explica detalladamente a continuación.
1. Cuidado vs. Esclavitud doméstica
Tú asumes parte de las tareas domésticas. A cambio, los demás realizan una cantidad equivalente de trabajos, y todos reciben un agradecimiento sincero. Así es como se ve la asistencia mutua y la distribución justa de los deberes.
Los hechos pueden desarrollarse de manera diferente. Todo comienza con el deseo de complacer a tus seres queridos, de rodearlos de cuidados. Con el tiempo, las hazañas domésticas se menosprecian y la gente de la casa se permite ser caprichosa.
Según los psicólogos, el sacrificio perjudica a todos los miembros de la familia. El benefactor, al no haber recibido el elogio, se vuelve cada vez más malhumorado. La parte receptora escucha reproches, pero no hace nada al respecto. Un círculo vicioso.
¿Cómo romperlo? Primero, al resolver tareas rutinarias simples, borra pensamientos como estos:
- “Ellos no pueden hacerlo”.
- “Lo haré mejor y más rápido”.
En segundo lugar, recuerda la regla: mientras una persona no aprenda a hacer las cosas por sí misma, no apreciará adecuadamente el trabajo de los demás.
Cada miembro de la familia tiene sus propios derechos. ¿Una persona ama los platos preparados según las recetas de los mejores chefs? Tiene derecho a cocinar. Aléjate de la cocina y no interfieras.
Y en tercer lugar, vale la pena releer “La transformación” de Franz Kafka. Se describen las consecuencias de la sobreprotección.
2. Apoyo vs. Responsabilidad por la incompetencia de tu pareja
El ejemplo que ves en la imagen es relativamente inofensivo. En la mayoría de los casos, este comportamiento se corta con la falta de indulgencia. Hazle saber a tu compañero que lo amas y lo cuidas, pero esto no significa que no tiene que usar sus propios razonamientos.
Hay escenarios más dramáticos:
- “Bueno, tomé café con mi ex. No atendí el teléfono durante medio día porque me quedé sin batería. Bueno... tú no tenías por qué hacer un viaje de negocios durante 2 semanas”.
- “Sabías que después del quinto vaso no me controlo. La próxima vez no caerás en mala hora”.
Los científicos advierten: si te sientes responsable de las acciones desagradables de tu pareja y lo apoyas a costa de tu salud (mental y física), podemos hablar sobre relaciones de codependencia. La mayoría de las veces se debe huir de esa relación.
3. Altruismo vs. Situaciones tipo “Mientras ayudo a todo el mundo, la familia esperará y aguantará”
Un mal síntoma es la disposición de tu pareja a dar todo a amigos, colegas y asociaciones para la defensa de lo que sea. Esa persona siempre está dispuesta a ayudar, sin importar que una doble carga de problemas domésticos y financieros recaiga sobre tus hombros. Y si exiges tu porción de atención, escucharás acusaciones de insensibilidad. Molestas a un superhéroe por cosas pequeñas. ¿Reparar algo en el departamento? Pff... El salvador no tiene tiempo, está acumulando fuerza para una nueva proeza.
Según los científicos, los motivos altruistas no siempre son acertados. Muchas personas hacen buenas acciones para confirmar su importancia y asegurarse una porción de las hormonas de la alegría. Comprende lo que realmente motiva a tu pareja a ponerse un traje con la letra S en el pecho.
Cuanto más grave sea la causa de la caridad, más desagradable será la sensación. Por ejemplo, entiendes que en el gran panorama del universo, pagar por el tratamiento de un sobrino de un colega es más importante que comprar un automóvil para tu familia. Pero el deseo de tener un auto no se ha ido a ningún lado, porque tuvieron que limitarse de muchas maneras para ahorrar el dinero necesario. Lamentablemente, te obligaron a elegir y te hicieron sentir vergüenza por tu “insensibilidad”.
No evaluamos tal caridad: es un problema difícil y cada caso es único. Especialmente si no se trata de familiares y personas realmente cercanas, cuando la elección es más obvia. Lo importante es que tienes el derecho moral de no participar en tales acciones. Además, si lo hacen sin consultarte y perjudican mucho tu presupuesto familiar, se justificará una protesta enfática.
4. Amor desinteresado vs. La búsqueda de la pobreza
El momento ideal para la implementación de los planes puede no llegar y, por lo tanto, en la vida siempre habrá un lugar para los impulsivos “Quiero” y “¡Sea lo que sea!”. Sin embargo, la toma de riesgos no tiene que impedir una evaluación seria de las oportunidades. Vale la pena estar alerta si tu pareja no tiene en cuenta una triste experiencia o la falta crónica de recursos. Por otra parte, sus argumentos se reducen a un simple “¡de alguna manera lo arreglamos!”.
Tienes derecho a detener el proceso de volver a morder el mismo anzuelo. Tal decisión no tiene nada que ver con el materialismo.
5. Respeto a los familiares vs. La vida direccionada por otros
Hay casos en que los familiares, con la delicadeza de un tanque, invaden el espacio de tu familia. No puedes imponer tus planes y hábitos: el espacio está lleno de opiniones “valiosas” de los demás.
¿Qué se puede hacer? No todos los familiares se esfuerzan por ocupar territorio ajeno. Muchos siguen el principio de “no se puede cruzar una valla”. Pero si no has establecido barreras, no hay nada sorprendente en la aparición de “migrantes”. La conclusión es obvia: marcar los límites. Y según los psicólogos, no alcanza con una cuerda, se necesita una buena cerca. Y el punto de control para las personas impertinentes que solo perciben el “no” cuando es categórico.
Ten en cuenta: al defender tus límites personales, no intentes con los de otros. Si no quieres ayudar a tu tía, no esperes que cuide a tus hijos.
6. Intentos de mejorarte a ti mismo vs. Egoísmo
Capacitación, cambio de profesión, estudio a fondo de una lengua extranjera: para una persona y su familia, tales proyectos son tan importantes como para que una gran empresa conquiste nuevos mercados. Y los proyectos suelen requerir inversiones.
El problema es que no todos tus seres queridos están dispuestos a sacrificar las compras planificadas e incluso las cosas pequeñas agradables por los beneficios futuros. Aparte, el “objeto de inversión” se siente culpable. Bueno, la capacitación es importante, pero los niños quieren irse de vacaciones. Si les niegas el viaje te convertirás en un tirano para todos. ¿Y por qué no? Después de todo, puedes ofrecer una alternativa al balneario, y usar el dinero ahorrado para capacitarte y ser considerado para un ascenso. Después de un par de años, los niños podrían irse de vacaciones mucho más a menudo.
Peor aún, cuando una persona debe gastar menos en su propia salud y apariencia por los “quiero” de alguien. Por supuesto, el peinado de la barba en una barbería o extensión de pestañas pueden esperar. Pero comprar una Xbox en lugar de una visita al dentista es un sacrilegio.
Al menos un cónyuge debe pensar estratégicamente. De lo contrario, los objetivos de vida se reducirán a comprar fideos en oferta o recibir sushi por un reposteo. Solo es importante evitar los extremos: la familia no puede comer chuletas durante años mientras el presupuesto se consume en los cursos de autodesarrollo. “La búsqueda de uno mismo” es un buen proyecto, pero el tiempo de su implementación debe ser limitado.
7. Respeto a los derechos de tu pareja vs. Alentar la permisividad
Algunos eventos en la vida familiar no pueden ser pausados. Uno de los compañeros se rinde, el segundo recibe una doble carga de responsabilidad.
- “Estoy cansada de vivir alquilando. Cariño, ¿vamos a pedir un préstamo hipotecario? Entiendo que vamos a tener que ahorrar”. “Sí, gasté el adelanto en una manicura de lujo. De todos modos, pensé que encontrarías un segundo trabajo. ¡Eres un hombre!”.
- “Querida, ¿qué tal si tenemos un hijo?”. “Oh, él grita fuerte y ensucia el pañal todo el tiempo. ¿Dices que me has advertido sobre esto? Bueno, no lo formulaste con precisión. Eres una mujer, y soy... de Marte. Es tu culpa, no te diste cuenta. Me causaste un trauma, me voy a un bar para tranquilizarme”.
Una pareja no debe ejercer sus derechos a la libertad, descanso y pasatiempos a costa de ti. Al recordarle a una persona sus obligaciones, no cometerás un delito.
¿Por qué estamos hablando de ser “malparido” y “tirano”?
En cualquier forma que suene la palabra “no”, causará una protesta. La fase de negación es casi inevitable. Lo principal es que las personas, tras “digerir” las emociones, aún sienten amabilidad y participación de tu parte. Pronto se eliminará el estado de “tirano” del archivo personal.
¿Cómo se escribe correctamente: “viernez” o “biernes”? Tú, probablemente, rechazas ambas opciones absurdas. Nosotros también. Por desgracia, en las relaciones, las personas a menudo no ven una alternativa. Por ejemplo, cuando están entre dos estados: un egoísta sin alma y una víctima de las circunstancias. Pero hay una opción de compromiso: un hombre cuyas fronteras son respetadas. Esperamos que lo elijas.
Te contamos cómo evitar los sacrificios, pero cualquier instrucción puede ser complementada. No es de extrañar que tus ojos están buscando el ícono de Comentarios. ¡Cuéntanos tu opinión!