Yo no tengo valor para decir no en determinadas situaciones.
7 Situaciones en las que se nos complica decir “no” (y sufrimos por ello)
¿Con qué frecuencia hacemos cosas que no queremos hacer? Y, ¿para qué? Para que las personas a nuestro alrededor nos den palmaditas en la espalda y digan “¡Bien hecho!”. Precisamente por eso, muchos no tienen el valor de alejarse del colectivo y ganarse su desaprobación. ¿Te arriesgarías a abandonar un absurdo chat de padres de familia en WhatsApp, o rechazar la invitación para la fiesta de fin de año, o negarte a prestarle a la vecina sal (huevos, papás, cebolla, un foco o papel de baño)?
Genial.guru leyó algunas discusiones en Reddit, Pikabu y The Question y se dio cuenta de que no todos los usuarios se entusiasman por participar en reuniones y eventos “voluntariamente forzosos”.
1. Comunicación con otros miembros del comité de padres de familia y la participación en chats
¿Qué personas normalmente forman parte del comité de padres de familia? Correcto: en general, son las mamás que más tiempo libre tienen y que están dispuestas a dedicarse por completo a sus hijos. La actividad más frecuente de estos padres consiste en crear chats en WhatsApp o alguna otra red social y elaborar largos monólogos, como por ejemplo: “Se tiene que entregar la cuota escolar a más tardar el día X”, “¿Qué restaurante vamos a reservar para la graduación de nuestros hijos?”. Frecuentemente, las mamás mencionadas anteriormente carecen por completo de delicadeza.
- “Hace una semana, la maestra comunicó que necesitaba urgentemente a una familia para participar en una competición deportiva. Nos pidieron que fuéramos los representante del grupo. Está bien, no es problema para nosotros. Ayer, al recoger a mi hijo de la escuela, se acercaron las mamás del comité de padres. Nos miraron de una forma meticulosa y dijeron: ‘¡Si no ganan el primer lugar, pondrán en vergüenza a todo el grupo y (señalaron a mi hijo con el dedo) le dará vergüenza tener padres como ustedes!’. Ahora ya no tengo ganas de participar”.
2. Excursiones
¿Nos prometemos nunca volver a ir a una excursión en un autobús abarrotado de turistas igual de cansados que nosotros? Pero aun así, algo literalmente nos obliga a realizar un viaje por lugares de interés histórico durante nuestras vacaciones.
- “¿Cuándo llegaremos? ¡Odio este autobús! ¡Dos pisos y un baño que no funciona! Es mejor no comer ni tomar nada. El conductor no se detiene cuando se lo piden”.
3. Vacaciones de tu hijo en un campamento
Durante las vacaciones, todos los niños tienen que recibir su porción de bienestar y aire libre. Por eso, como tradición, los enviamos a un campamento de verano, pero frecuentemente olvidamos que nosotros mismos nos sentimos incómodos allí cuando teníamos su edad. Solo recuerda la necesidad de estar con el grupo todo el tiempo y prácticamente no tener espacio ni objetos personales.
- “Cada fin de campamento terminaba con ’una noche espectacular’. A la mañana siguiente, todos despertaban con pasta de dientes por todo el cuerpo; los chicos y chicas casi todas las noches se escapaban a las partes opuestas del edificio para robar la ropa y los artículos higiénicos del ’territorio del enemigo’”.
4. Fiestas de fin de año
Una cosa es celebrar en compañía de colegas que se convirtieron en buenos amigos y otra es estar sentado en una postura recta cerca de personas que te caen mal. Además de que su manera de divertirse puede diferir de la tuya.
- “A nuestra empresa le está prohibido visitar una gran multitud de restaurantes ya que, durante muchos años, el gerente de ventas rompió las sillas y puertas en los cuartos de baño y después amenazó a los empleados del establecimiento. Él genera muchos ingresos para la empresa, por eso los jefes soportan su comportamiento”.
5. Visitas tradicionales a familiares
Te has cansado de las visitas obligatorias a tus familiares “favoritos”, pero aun así continúas haciendo visitas de cortesía. ¿No te parece raro que, al mismo tiempo, tengas que escuchar un montón de lecciones y sermones? ¿Sería más fácil limitar tu círculo social de familiares con los cuales realmente te gustaría pasar tu tiempo libre?
- “Tengo novio, pero no tengo planeado casarme ni tener hijos. Por alguna razón, las demás personas se enojan por esto. Pero estoy cansada de callar y mentir diciendo que ‘aún es temprano’, que ‘no estoy lista’ o ‘tal vez algún día’... Lo digo honestamente: no quiero eso, el resto es su problema, mis queridos familiares. No, no es egoísmo. Egoísmo es obligar a las demás personas a vivir a tu manera”.
6. Comunicación forzosa con los vecinos
Antes, la amistad con los vecinos realmente era una necesidad; ellos podían ayudarte en complicadas situaciones. Pero ahora, al llegar a casa cansados después de un día laboral, solo queremos pasar tiempo con nuestra familia (o en plena soledad). Las frecuentes conversaciones forzosas con la vecina de tu piso ya no te alegran.
- “En nuestro complejo habitacional, la mitad de los departamentos se alquilan y es algo que se nota mucho, créemelo. En mi piso hay cuatro departamentos, tres de ellos están en alquiler. ¿Hoy tu vecino es un triste Sr. Desconocido y mañana un extranjero? Es bastante difícil acostumbrarte a las personas desconocidas en tu complejo habitacional. Disculpa”.
7. Reuniones de graduados
Pocas personas logran conservar una sincera amistad de la infancia a través de los años. Normalmente, después de terminar la escuela, aparecen viejos rencores, y los encuentros anuales de graduados parecen competencias clandestinas de lo que “has logrado en la vida”. ¿En realidad estás listo para gastar tu tiempo en fiestas con tales las personas?
- “Toda la tarde estuve sentada con mis amigas, cenando y observando a mis ex compañeros de la escuela, que cantaban algunas canciones. Unos se subían encima de los hombros de otros, gritaban y rompían botellas. Alguien se peleó con una persona. Yo estaba callada pensando en irme pronto a casa. No me gusta estar en el lugar equivocado a la hora equivocada. Por eso, esos momentos de mi vida parecen ser un desperdicio total, como si no tuvieran sentido en lo absoluto”.
Por último: una pequeña aclaración
Por supuesto, no exhortamos a ninguno de nuestros lectores a ignorar a sus vecinos o rechazar de forma abierta las fiestas con tus colegas. Simplemente consideramos que en todas las actividades colectivas hay que participar por voluntad propia y el rechazo consciente es algo normal.
Lo más importante es que, en cada una de estas situaciones, al no tener ganas de hablar y participar de manera activa, te sientas cómodo.
Y tú, ¿has tenido que quedarte en la fiesta de fin de año de manera obligatoria? ¿O tal vez mantienes una relación forzada con tus ex compañeros de colegio de quienes ya estabas harto en la escuela?
Comentarios
Estoy harta del grupo de whatsapp de madres pero no me saldría de él.
Todos los años en fin de año me planteo no salir, pero al final cedo y lo hago.
Yo me reconozco en el 80%
Hola
Lisamarie Pèrez