7 Maneras de soltar el control en tu relación de pareja, según expertos

Psicología
hace 14 horas

¿Sabías que muchas personas repiten patrones tóxicos simplemente porque no conocen otra forma de vincularse? ¿Eres una de ellas? ¿O tal vez estás empezando a cuestionar la forma en que has estado amando? En cualquiera de los dos casos, llegaste al artículo ideal. Si sueles ser la persona que siempre “lleva las riendas” en la relación, sigue leyendo, porque —según expertos— detrás de ese rol puede esconderse una necesidad profunda de seguridad, de reconocimiento o simplemente el miedo a perder el amor. A continuación te compartimos 7 claves respaldadas por terapeutas y especialistas en relaciones que pueden ayudarte a dejar de forzar lo que no fluye, soltar el control y abrirte a una forma de amar más consciente, libre y en paz. Después de todo, nunca es tarde para hacer las cosas diferente y empezar a recibir eso que tanto anhelas y aún no has logrado encontrar.

1. El primer paso es reconocer el comportamiento controlador

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Si no lo aceptas, no tienes con qué trabajar. Reconocer el comportamiento controlador es la chispa transformadora, el primer paso para darle un vuelco a tu vida. Para conseguirlo, te servirá mucho hacer una lista en la que apuntes lo que está bajo tu control y lo que no lo está. Según la coach Hailey Magee, puedes construir tu lista con enunciados como:

  • Puedo controlar si expreso mis necesidades y cómo las expreso. No puedo controlar si los demás satisfacen mis necesidades.
  • Puedo controlar hasta qué punto elijo sanar de mi pasado. No puedo controlar la disposición o la capacidad de los demás para sanar y crecer.
  • Puedo controlar si establezco y hago cumplir límites en torno a comportamientos intolerables. No puedo controlar el comportamiento intolerable de los demás.

2. Conoce las características de una relación saludable

Uno de los pasos más poderosos (y subestimados) para dejar de ser controladora es educarte sobre lo que realmente significa tener una relación sana.

Marina Kerlow, terapeuta de pareja y familia, recomienda aprender sobre características clave como los límites saludables, la comunicación abierta y el respeto mutuo, para poder identificar qué áreas de tu relación necesitan trabajo.

“Comprender qué constituye una relación saludable puede empoderarte para tomar decisiones más conscientes sobre tu vínculo y reemplazar comportamientos controladores por otros más sanos”, asegura Kerlow.

Cuando entiendes cómo luce una dinámica basada en el amor maduro y la confianza (y no en el miedo o el control), se vuelve más fácil cuestionar tus propios automatismos, dejar de lado la rigidez y abrir espacio para una conexión más libre y auténtica.

3. Pregunta antes de ofrecer ayuda

Ofrecer ayuda puede parecer un gesto noble, pero cuando se vuelve constante, invasivo o cargado de expectativas, puede ser otra forma de control disfrazada de buena intención.

Pregúntate: “¿Ofrezco consejos no pedidos, analizo sus emociones, o trato de guiar sus decisiones como si fuera su terapeuta?”

Esto es más común de lo que parece, especialmente en personas que han desarrollado una forma de amor basada en el “yo sé lo que es mejor para ti”. Pero ayudar no debería ser una forma de manipular ni de obtener validación. La terapeuta Hailey Magee asegura que muchas veces las ganas de ayudar pueden ser una manera de imponer tu visión del mundo: “Lo que para mí era fascinante, para otros era incómodo o invasivo.”

La clave está en preguntar primero. “¿Quieres que te ayude con eso?” o “¿Puedo darte una opinión?” Y si la respuesta es no, ahí termina la conversación. Nada de insistir con un “¿segura?” o intentar que cambie de idea. Aceptar el “no” con madurez es una forma poderosa de honrar la autonomía del otro y dejar de proyectar tus propias necesidades de control.

4. Dale prioridad a tomar decisiones en conjunto

Aprender a decidir en pareja es construir confianza. Es entender que dos personas tienen formas distintas de ver el mundo es una oportunidad de crear algo en común. Según Kerlow, “practicar la toma de decisiones colaborativa, valorando el aporte del otro, fortalece la confianza y la fiabilidad dentro de la relación.”

Esto significa que ambas voces importan, desde qué película ver hasta qué ciudad visitar o cómo organizar las finanzas. El objetivo es empezar construir el futuro de la relación a dos manos, con escucha real y voluntad de coincidir, no de imponer. Es decirle a tu pareja: “Confío en ti. Quiero lo que tú también quieres”.

5. Establezcan y respeten límites

Establecer límites en una relación no es un acto de egoísmo. De hecho, es un gesto de autocuidado. Muchas veces esperamos que nuestra pareja adivine lo que necesitamos, pero el amor no convierte a nadie en lector de mentes. Comunicar lo que sentimos y deseamos es clave para evitar dinámicas de control.

Los límites protegen nuestro bienestar emocional y previenen el resentimiento. Según Magee, una forma efectiva de expresarlos es usando frases en primera persona, que permiten hablar desde la experiencia propia sin culpar ni generar conflicto. Así se abre un espacio de entendimiento y respeto mutuo.

Aunque al principio poner límites puede resultar incómodo, es una práctica que fortalece la relación. Como plantea la terapeuta Melody Beattie, dejar de controlar al otro nos permite actuar con más libertad y autenticidad. El resultado: vínculos más sanos, conscientes y duraderos.

6. Canaliza a través de tus hobbies

Mantener tus hobbies, incluso cuando tu pareja no los comparte es esencial. En una relación sana, el equilibrio entre la conexión y la autonomía es lo que le da oxígeno al vínculo. Tener actividades propias te permite seguir siendo tú, con tus pasiones, talentos e intereses, lo que enriquece tu mundo interior y, por extensión, la relación. Lo importante es encontrar un ritmo que respete la individualidad de ambos y, a la vez, nutra la seguridad afectiva. Así, el amor se transforma en un espacio libre, pero presente.

7. Cultiva la comunicación

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Una comunicación abierta y honesta es una de las herramientas más poderosas cuando quieres dejar de controlar en tu relación. Hablar desde lo que piensas, sientes y necesitas —sin imponer, manipular ni asumir— te permite influir de forma saludable, sin forzar ni generar resistencia. Cuando aprendes a comunicarte de manera directa y respetuosa, fomentas un ambiente de confianza y comprensión mutua.

Esto ayuda a que tu pareja también se sienta segura de expresar lo que quiere, piensa y necesita, abriendo un espacio de verdadera colaboración emocional en lugar de luchas de poder. Cultivar este tipo de comunicación te aleja del control y te acerca a una conexión donde cada uno puede influir sin anular al otro.

Como has visto en estos siete puntos, existen formas concretas y respaldadas por expertos para comenzar a soltar, poco a poco, ese impulso de querer controlar todo. No eres la única que ha transitado esta compleja conducta de intentar manejar cada detalle, incluso dentro de la relación de pareja.

En muchos casos, desde la infancia nos han enseñado a amar desde el miedo. Pero la buena noticia es que siempre estamos a tiempo de desaprender esos patrones obsoletos y abrirle paso a una versión más saludable, amorosa y auténtica de nosotras mismas.

Si te sentiste identificada con alguno de estos hábitos y estás decidida a transformarlos, cuéntanos en los comentarios cuál punto te resonó más o cuál te gustaría trabajar primero.

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