Por qué las personas realmente ahorrativas se esfuerzan por ganar más en lugar de limitarse

Todos estamos de acuerdo en que las situaciones incómodas siempre se producen en los peores momentos. Ese momento en el que saludas con la mano a alguien que no te estaba saludando a ti, o cuando sueltas un "¡Tú también!" después de que el mesero te diga: "Que aproveche". La vida está llena de estos contratiempos sociales, ¡pero no temas! Hay formas de salir indemne. Aquí tienes nueve trucos que te ayudarán a esquivar, desviar y salir airoso incluso de las situaciones más vergonzosas. Vamos allá.
A veces, conocer a gente nueva es como adentrarse en un campo de minas social. Conoces esa sensación: las palmas de las manos sudorosas, el silencio incómodo, la presión por decir algo cool y no demasiado raro.
Así que empieza con un simple y amistoso "¡Eh, encantado de conocerte!" y sigue con una observación desenfadada sobre la situación, como "Conocer gente nueva siempre es un poco desesperante, ¿eh?". Así se crea una sensación de camaradería desde el primer momento y se quita presión a todo el mundo.
Un cosquilleo en la garganta puede parecer insignificante al principio, pero una vez que empieza, puede ser increíblemente molesto y frustrante. Si se aclara constantemente la garganta en vano, pruebe este sencillo truco: ¡ráscate la oreja!
Estimular los nervios del oído puede desencadenar un espasmo muscular reflejo en la garganta, lo que ayuda a aliviar la irritación y produce un alivio rápido. Es un truco sorprendentemente eficaz que puede evitarte molestias interminables.
¿Necesitas parar un estornudo en una reunión? Prueba con esto: hazte cosquillas en el paladar con la lengua durante 5-10 segundos o presiona firmemente la lengua contra los dientes delanteros. Ambos trucos pueden ayudar a que las ganas desaparezcan sin llamar la atención.
Otra opción es presionar con fuerza la lengua contra los dos dientes frontales.
Si alguien se acerca a ti agresivamente, mantente firme: no retrocedas, pero tampoco avances. Mantén una postura relajada pero firme. Mantén el contacto visual, pero no mires fijamente, solo lo suficiente para mostrar confianza.
Si invaden tu espacio, inclina sutilmente el cuerpo hacia un lado en lugar de mirar a la persona de frente. Parecerás más sereno y difícil de intimidar. Mantén las manos abiertas y relajadas para mostrar que tienes el control. Y cuando llegue el momento de marcharse, hazlo con suavidad: gira con decisión, camina con paso firme y sin prisas. Irte con confianza envía el mensaje de que tú tienes el control, no ellos.
Otra solución que puedes probar es una botella de agua. Tápate los oídos y empieza a beber agua. Pero ten cuidado de no tragar demasiada.
Otro método que puedes probar es llevar las rodillas al pecho y abrazarlas durante 2 minutos. Además, ejerce una suave presión a cada lado de la nariz mientras tragas.
A todos nos ha pasado: alguien bosteza y, de repente, tú también. Para escapar de la incomodidad, reconócelo con humor.
No hagas que la situación sea extraña y síguele el juego. Bostezar es natural, así que la próxima vez, ríete y sigue la conversación.
Sentirse estresado justo antes de un acontecimiento importante es normal, pero puede hacer que te despistes.
Contrae todos los músculos de la cara, los hombros y los brazos. Cierra las manos en un puño. Ahora relájate. Respira hondo y ya estás listo para actuar.
Controlar tus preocupaciones puede serte útil. Masticar chicle engaña a tu cerebro para que piense que estás relajado; al fin y al cabo, si tienes tiempo para comer, ¡todo debe ir bien!
Este sencillo truco puede ayudarte a calmar los nervios en los momentos de tensión, ya sea en una entrevista, en una conversación difícil o simplemente si te sientes ansioso.
Es un consejo útil cuando te sientes sensible, pero no quieres que la gente vea tus lágrimas, como en el cine, por ejemplo. Mira hacia arriba y aguanta la respiración un par de segundos. Ahora exhala lentamente.
Te sentirás mejor.
Al fin y al cabo, los momentos incómodos no son más que pequeños giros argumentales en nuestras vidas. Dan lugar a grandes historias, divertidas charlas de grupo y, aunque solo sea eso, a un excelente desarrollo del carácter. Así que la próxima vez que te veas atrapado en una situación desagradable, recuerda: la vida es una gran improvisación y, con los trucos adecuados, siempre encontrarás una vía de escape.
¿Y si no? Bueno, al menos tendrás una gran historia que contar.