9 Datos científicos muestran la otra cara de nuestros malos hábitos

Salud
hace 4 años

Desde la infancia nos han enseñado a luchar contra los malos hábitos. Pero, aun así, el concepto de la norma acaba siendo diferente para cada uno. Por ejemplo, en México se acepta llegar tarde a todas partes, mientras que en Japón se puede hacer ruidos masticando durante una comida particularmente sabrosa. Sorprendentemente, existen hábitos que, de forma simultánea, son molestos y aportan beneficios. Después de leer este artículo, sabrás por qué tu compañero de trabajo que siempre se muerde las uñas, no enferma incluso durante la temporada de gripe o ve videos divertidos con gatitos durante su jornada laboral cada vez que logra los mejores resultados de todo el departamento.

En Genial.guru hemos recopilado para ti un total de 9 malos hábitos que tienen también un punto de vista positivo.

1. Mover algo con las manos constantemente

El hábito de mover constantemente algo entre las manos, hacer clic con el bolígrafo o tamborilear con los dedos sobre la mesa, irrita a muchos, pero en realidad puede aportar beneficios. Los movimientos obsesivos, que incluyen incluso el de estar inquieto en una silla de oficina, ayudan a quemar 350 calorías al día. Para no enfurecer a tus compañeros, puedes comprarte un expansor carpiano. No hace mucho estuvieron de moda muchos dispositivos divertidos de este tipo que ayudaban a tener algo entre las manos: por ejemplo, el spinner y los cubos antiestrés. Lo mueves, calmas los nervios y a la vez quemas algunas calorías.

2. Saltarse la ducha por la mañana

No tendrás un mal aspecto si te duchas con menos frecuencia, pero bajo ninguna condición reniegues de visitar el baño en absoluto. Después de la ducha matutina, te sientes más jovial y hueles bien, pero, al mismo tiempo, eliminas de ti tu protección natural. En la superficie de la piel y el cabello habitan muchas bacterias beneficiosas que se destruyen al entrar en contacto con el jabón o el gel. Por lo tanto, a veces, puedes saltarte una ducha sin sufrir remordimientos de conciencia.

3. Chismorrear

Incluso, una cosa tan desagradable y molesta como contar chismes, tienen su lado positivo. El cotilleo sube el estado de ánimo y mejora los vínculos sociales. Tres horas de charlas con amigas pueden aliviar el estrés mejor que una sesión de masaje y las habladurías sobre el éxito de alguien inspiran y motivan al desarrollo personal de cada uno. La comunicación activa, el intercambio de información secreta y de las últimas noticias une más a las personas y aumenta el nivel de confianza entre ellas.

4. Comer dulces en el desayuno

¿Te gusta desayunar un pastel de chocolate y no sabes cómo vencer este mal hábito? Nos apresuramos a darte una alegría: un estudio de la Universidad de Tel Aviv demostró que quienes comieron algo dulce durante el desayuno perdieron, de media, dos kilos más que aquellos que abandonaron por completo el chocolate y los pasteles. Se trata de producir de forma activa la hormona ghrelina, gracias a la cual, la sensación de hambre baja mientras que se eleva el estado de ánimo. Como resultado, es más fácil digerir alimentos bajos en calorías durante el almuerzo y la cena. Y el postre de la mañana supone unas calorías de las que te resultará más fácil deshacerte durante el día.

5. Decir palabrotas

Si las palabrotas forman parte de tu habla cotidiana, no vale la pena buscarle algo positivo. Pero una palabra malsonante en situaciones emocionalmente fuertes ayudará a disminuir el estrés. Los resultados de una investigación revelan que las palabrotas causan una subida del nivel de adrenalina y que, a su vez, aumenta la resistencia a una situación desagradable, así como alivia el dolor. Durante el experimento, las personas mantenían sus manos en agua helada. Las que podían decir palabrotas aguantaron más tiempo que aquellas que tuvieron que permanecer en silencio. Pero, si las malas palabras son tus compañeras de viaje a todas horas, el efecto se anula por completo.

6. Contener los eructos y bostezos

Aunque creemos que el eructo es un mal hábito desagradable, es perjudicial contenerlo, ya que puede provocar acidez estomacal o dolor en el pecho. Sin embargo, es mejor abstenerse de eructar en voz alta en público, por supuesto, por lo que se recomienda no abusar de las bebidas gaseosas.

Bostezar en público también se considera de mala educación. Pero vale la pena recordar que, en el proceso de bostezar, participan al mismo tiempo los músculos, las articulaciones, el sistema respiratorio y el sistema nervioso, lo que activa de forma brusca el flujo sanguíneo en los vasos de la cabeza. De esta manera, las células nerviosas recuperan su funcionamiento.

Y aún más, no se recomienda reprimir el deseo de estornudar. Una historia instructiva al respecto es la de un ciudadano británico que, en un intento por no estornudar, se destrozó una parte de la garganta, información que inundó los medios de todo el mundo cuando sucedió. Así que estornuda por salud y no te contengas.

7. Comerse las uñas

Este hábito molesto tampoco es el más perjudicial del mundo. Algunas bacterias, ubicadas debajo de las uñas, pueden resultar beneficiosas para el cuerpo. Los científicos averiguaron que las personas que de vez en cuando se comen las uñas, tienen un sistema inmunológico más fuerte, se ponen menos enfermas y bajan sus probabilidades de desarrollar alergias. Pero no olvides que los microbios de debajo de las uñas son diferentes, y además desde fuera, esto parece ser un síntoma de nerviosismo y algo poco estético. Así que, si este hábito a veces resulta ser más fuerte que tú, no olvides lavarte las manos con frecuencia (y también por debajo de las uñas) para no "comerte" ningún parásito.

8. Ver videos graciosos de animales en horas de trabajo

Estudios realizados por científicos japoneses han demostrado que ver videos o imágenes con lindos cachorros de animales afecta positivamente la productividad. Después de tal carga emocional, la persona se concentra mejor y lleva a cabo las tareas establecidas. ¿Por qué sucede esto? Existe la teoría de que, cuando se observan animales graciosos, en las personas se despierta el impulso de cuidar a alguien, relacionado con el instinto maternal. Se vuelven más atentos y responsables.

9. Sentarte muy relajado en la silla

Los padres y maestros inciden desde nuestra infancia: "Siéntate bien en la silla". Pero la postura más sana es la de inclinarse hacia atrás, la columna debe formar un ángulo de aproximadamente 135 grados con respecto a las caderas y apoyarse contra el respaldo de la silla o del sillón. En esta postura, nada interferirá a la circulación sanguínea a lo largo de la columna vertebral y la presión se distribuirá uniformemente por todas las vértebras y discos intervertebrales.

Los malos hábitos aportan una especie de placer en el individuo, pero a veces sucede que no mejoran para nada tu vida, pero no consigues ponerles fin. Si en tu juventud te gustaba beber un par de botellas de cerveza en compañía de amigos, eso no significa que hacerlo todavía no siga dándote alegrías.

Presta atención a lo que te aporta un hábito. ¿Fumas porque no encontraste otras formas de eliminar el estrés? ¿Dependes de los cigarrillos o es un hábito social?

El segundo y muy importante factor a tener en cuenta es la moderación. Es ridículo comerte la tarta entera y justificarlo con el hecho de que te invadieron las ganas de comer algo dulce. La grosería y las descalificaciones hacia tus seres queridos no se pueden justificar bajo el fundamento de que así alivias el estrés. Cualquier mal hábito debe evaluarse siempre en el contexto de cada situación.

¿Puedes recordar ejemplos de tu vida cuando algún mal hábito te ha aportado beneficios? ¿Y cuál de los hábitos, en tu opinión, resulta ser el más molesto? Comparte tus reflexiones en los comentarios.

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